Hoy se hace publico el GSR, el resumen anual más detallado sobre la situación de las energías renovables en el mundo. Un informe marcado por esos 178 GW de nueva potencia instalada el año pasado. Buena noticia, sin duda, que contrasta con los avances en calefacción, refrigeración y transporte, tres sectores que, en conjunto, representan cerca de cuatro quintas partes de la demanda final de energía en el mundo, y que siguen muy rezagados en comparación con el sector eléctrico.
La nueva capacidad fotovoltaica alcanzó cifras récord: aumentó hasta los 98 GW, es decir, un 29% más que en 2016. La energía solar sumo al sistema eléctrico global más que las plantas de carbón, gas natural y energía nuclear juntas. La energía eólica también sumó 52 GW a nivel mundial.
Las inversiones en nueva capacidad renovable fueron el doble que las destinadas a los combustibles fósiles y la energía nuclear juntas, a pesar de los cuantiosos y constantes subsidios a la generación energética con combustibles fósiles. En 2017, más de dos tercios de las inversiones en generación de energía fueron para las renovables. Esto se debió a un aumento de la competitividad de costes, así como a la participación de las renovables en el sector eléctrico, que se espera siga creciendo, según constata el informe de REN21.
El tirón de las islas
Las inversiones en renovables estuvieron concentradas regionalmente: China, Europa y Estados Unidos representaron casi el 75% durante 2017. Sin embargo, cuando se mide por unidad de Producto Interno Bruto (PIB), se observa que las Islas Marshall, Ruanda, las Islas Salomón, Guinea Bissau y otros países en vías de desarrollo están invirtiendo en renovables tanto o más que las economías desarrolladas o emergentes.
Tanto la demanda energética como las emisiones de CO2 relacionadas con el sector aumentaron de forma sustancial por primera vez en cuatro años. Las emisiones de CO2 vinculadas a la energía aumentaron un 1,4%. Por su parte, la demanda energética mundial subió aproximadamente 2,1% en 2017, como consecuencia del crecimiento de las economías emergentes y de la población. El proceso de incorporación de renovables no se mueve al mismo ritmo que lo hacen tanto la creciente demanda actual como las continuas inversiones en combustibles fósiles y la energía nuclear.
En el sector eléctrico, la transición hacia el uso de renovables está en camino, pero está avanzando con más lentitud de lo que es posible o deseable. El compromiso realizado en 2015 en el acuerdo climático de París de mantener el aumento de la temperatura “muy por debajo” de los 2° por encima de niveles pre-industriales hace que la naturaleza de este desafío sea mucho más evidente.
Si el mundo ha de cumplir la meta fijada en el Acuerdo de París, los sectores de calefacción, refrigeración y transporte deben seguir el mismo camino que el eléctrico y hacerlo rápido. Porque hasta ahora ha habido pocos cambios: la energía renovable suministró aproximadamente el 10% de la producción total de calor a nivel global en 2015 (sin incluir la quema de madera). Solo 48 países cuentan con objetivos nacionales establecidos con respecto al uso de energía renovable para calefacción o refrigeración; mientras tanto, 146 países tienen objetivos en vigor para uso de renovables en el sector eléctrico.
Hay cambios pequeños en marcha. En India, por ejemplo, la instalación de colectores solares térmicos aumentó alrededor de 25% en 2017 respecto del año anterior. Por su parte, China aspira a que el que el 2% de la carga de refrigeración de sus edificios provenga de energía solar térmica para el año 2020.
El 92% de la energía para transporte sigue dependiendo del petróleo
En transporte, la creciente electrificación ofrece posibilidades para incorporar renovables a pesar del predominio de los combustibles fósiles: cada año, más de 30 millones de vehículos eléctricos con dos y tres ruedas se incorporan a las carreteras del mundo; en 2017 se vendieron cerca de 1,2 millones de vehículos eléctricos, lo que representa un aumento de 58% en relación con 2016. La electricidad proporciona 1,3% de las necesidades energéticas del transporte. De ellas, un cuarto proviene de fuentes renovables, mientras 2,9% es proporcionado por los biocombustibles. No obstante, en términos generales, el 92% de la demanda energética del sector sigue estando cubierta por el petróleo y solo 42 países cuentan con metas nacionales para el uso de renovables en el transporte.
Para que estos sectores cambien, es necesario implementar las estrategias políticas correctas, que impulsen la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías de energía renovable en los sectores rezagados.
“Equiparar ‘electricidad’ con ‘energía’ está llevándonos a la complacencia”, afirmó Rana Adib, secretaria ejecutiva de REN21. “Puede que llevemos un buen paso en el camino hacia un futuro basado 100% en electricidad renovable, pero cuando se trata del calefacción, refrigeración y transporte, estamos avanzando como si tuviéramos todo el tiempo del mundo. Desafortunadamente, no es el caso”.
Según Arthouros Zervos, presidente de REN21, “para lograr que la transición energética se lleve a cabo, es necesario que los gobiernos tengan liderazgo político, por ejemplo, al eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y la energía nuclear, al realizar inversiones en la infraestructura necesaria, y al establecer políticas y metas energéticas duras para los sectores de calefacción, refrigeración y transporte. Sin este liderazgo, resultará difícil que el mundo cumpla con los compromisos climáticos y de desarrollo sostenible establecidos”.
El informe de REN21
El informe 2018 sobre la Situación Mundial de las Renovables de REN21 presenta los avances y las tendencias que se dieron hacia el final de 2017, así como las que se observaron desde el inicio de 2018 en donde fue posible. Publicado por primera vez en 2005, este informe anual “es el panorama más completo y actualizado sobre el estatus, los desarrollos recientes y las tendencias en los mercados de energías renovables, industrias, inversiones y desarrollos de políticas a nivel mundial. Por su diseño, no proporciona ningún tipo de análisis o pronóstico. Los datos se basan en una red internacional de más de 900 colaboradores, investigadores y autores”, explican desde REN21.