El informe de los dos centros británicos revela que los programas de energía nuclear en todo el mundo tienden a no producir suficientes reducciones de las emisiones de CO2 y, por lo tanto, no deberían considerarse una fuente de energía eficaz con bajas emisiones de carbono. Los investigadores han hallado que, a diferencia de lo que ocurre con las energías renovables, los países que cuentan con instalaciones nucleares a gran escala no tienen emisiones de carbono significativamente más bajas. En los países más pobres los programas nucleares tienden incluso a asociarse con emisiones relativamente más altas.
En concreto, los investigadores comprobaron que en los países con un alto PIB per cápita, la producción de electricidad nuclear se asocia con una pequeña disminución de las emisiones de CO2. Pero en términos comparativos, esta caída es menor que la asociada a las inversiones en energía renovable. Y en países con un bajo PIB per cápita, la producción de electricidad nuclear se asocia claramente con emisiones de CO2 que tienden a ser más altas.
Mala coexistencia
El estudio, del que informa EurekaAlert!, revela que los programas de energía nuclear y renovable no suelen coexistir bien juntos en los sistemas nacionales de energía sino que se desplazan mutuamente y limitan su eficacia.
Para realizar el estudio, los investigadores utilizaron datos del Banco Mundial y la Agencia Internacional de Energía que abarcan el período 1990-2014 y encontraron que la energía nuclear y las energías renovables tienden a desplazarse entre sí, e identificaron varias formas en las que una combinación de energía nuclear y renovable es incompatible. Por ejemplo, una estructura de red optimizada para la producción centralizada de energía a gran escala, como la nuclear convencional, hará que la introducción de energía renovable distribuida en pequeña escala sea más difícil, lenta y costosa.
Otra de sus conclusiones es que "los mercados financieros, las instituciones reguladoras y las prácticas de empleo estructuradas en torno a proyectos de construcción de centrales térmicas centralizadas a gran escala, de carga de base y de largo plazo, no están concebidos para facilitar una multiplicidad de iniciativas distribuidas a corto plazo mucho más pequeñas".
"Este documento expone la irracionalidad de argumentar a favor de la inversión nuclear basada en un argumento de 'hacerlo todo'. Nuestras conclusiones muestran no sólo que las inversiones nucleares en todo el mundo tienden, en conjunto, a ser menos eficaces que las inversiones en energías renovables para la mitigación de las emisiones de carbono, sino que las tensiones entre estas dos estrategias pueden erosionar aún más la eficacia de la prevención de la alteración del clima", advierte Andy Stirling, profesor de Política de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Sussex.
Patrick Schmid, de la Escuela Internacional de Administración ISM de Munich, añade: "Es asombroso cuán claros y consistentes son los resultados a través de diferentes marcos temporales y conjuntos de países. En ciertas muestras de países grandes, la relación entre la electricidad renovable y las emisiones de CO2 es hasta siete veces más fuerte que la relación correspondiente para la energía nuclear".