"De Madrid al cielo" es una frase de origen incierto que hizo fortuna en la capital del reino hace ya mucho tiempo y que hace alusión quizá al carácter acogedor de la ciudad, antesala... del cielo. El problema es que el cielo de Madrid hace ya mucho tiempo que dejó de ser edén para convertirse en boina o depósito de gases contaminantes. La situación ha llegado a tal extremo que el comisario europeo de Medio Ambiente, Karmenu Vella, envió el pasado 9 de julio a la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, una carta en la que expresa su preocupación sobre el particular y solicita un reforzamiento de las medidas de calidad del aire, dado que las superaciones de dióxido de nitrógeno (NO2) "continúan vulnerando los límites establecidos por la normativa europea" (y también superan los de la Organización Mundial de la Salud, OMS).
Según el Informe de Evaluación de la Calidad del Aire en España, que publicó ayer el Ministerio de Ribera y repasa toda la geografía española, en la ciudad de Madrid "el incumplimiento de los dos valores límite establecidos para el NO2 (horario y anual) ha sido una constante entre 2011 y 2018, ya que se ha producido todos los años del periodo" y "lo mismo puede decirse -añade el Informe- tanto de la superación del Valor Objetivo-salud como del Valor Objetivo-vegetación del ozono, O3, superaciones reiteradas año tras año".
El dióxido de nitrógeno (NO2) afecta a los tramos más profundos de los pulmones, inhibiendo algunas funciones de los mismos, como la respuesta inmunológica, disminuyendo la resistencia a las infecciones. Según el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (Gobierno de España), "la inhalación en elevadas concentraciones y durante un corto periodo, puede originar un edema pulmonar cuyos efectos no se observan hasta pasadas unas horas, agravándose con el esfuerzo físico. Una exposición prolongada puede afectar al sistema inmune y al pulmón, dando lugar a una menor resistencia frente a infecciones y causar cambios irreversibles en el tejido pulmonar" (el óxido de nitrógeno también es precursor de lluvia ácida).
Según el Ministerio para la Transición Ecológica, el dióxido de nitrógeno es un gas contaminante que se emite en los procesos de combustión que se llevan a cabo en relación con el tráfico (sobre todo vehículos automóviles, y en especial de motores diésel) y con el transporte en general, así como en instalaciones industriales de alta temperatura y de generación eléctrica. "En ambiente urbano -explican desde el Miteco-, generalmente más del 75% del NO2 en aire ambiente es aportado por el tráfico rodado".
El ozono es un potente agente oxidante que se forma en la atmósfera mediante una compleja serie de reacciones fotoquímicas en las que participan otros contaminantes, como el NO2 y compuestos orgánicos volátiles, y la radiación solar. Es pues un contaminante secundario que se forma en el aire cuando se dan las condiciones meteorológicas adecuadas (abundante radiación solar), por lo que los episodios más agudos se dan en las tardes de verano. Los precursores del O3 se emiten en las zonas con más tráfico (como la capital y su área metropolitana), pero los niveles más altos se registran habitualmente en zonas periurbanas y rurales más alejadas, lo que se debe, entre otras razones, a que el ozono se ve con frecuencia implicado en fenómenos de transporte atmosférico a grandes distancias. [Bajo estas líneas, valores UE y OMS considerados máximos de protección de la salud; abajo, superaciones de esos valores en Madrid, según el Informe 2018 del gobierno sobre la Calidad del Aire en España].
Plan A
El Gobierno de Madrid aprobó el 21 de septiembre de 2017 el denominado Plan de Calidad del Aire y de Cambio Climático (Plan A). Ese plan incluía una medida -Madrid Central- consistente en cerrar el centro de la ciudad (aproximadamente 480 hectáreas de los distritos más céntricos) al tráfico diésel. ¿Objetivo? Mermar las emisiones de NO2, gas contaminante que debilita el sistema inmune -la resistencia de nuestro organismo frente a las infecciones- y puede causar lesiones irreversibles en el tejido pulmonar. Paradójicamente, los votantes madrileños decidieron el pasado m es de abril desalojar del Ayuntamiento a la alcaldesa que había puesto en marcha esa medida, la jueza Manuela Carmena, y colocar en él al popular José Luis Martínez-Almeida, que ha logrado la alcaldía gracias a los votos de los tres partidos que prometieron en campaña acabar, precisamente, con Madrid Central: PP, Ciudadanos y Vox.
Ayer mismo, diversos medios adelantaban que la Comisión Europea tiene previsto aprobar una denuncia contra España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por la contaminación atmosférica de Madrid (y también de Barcelona), concretamente por los elevados niveles de dióxido de nitrógeno en el aire.