La Cumbre del Clima de Argentina se despide con resultados decepcionantes

Bonn será la cita que vuelva a reunir a todos los países firmantes del Convenio sobre Cambio Climático para poner la letra pequeña a los pasos que es preciso dar a partir de 2012 para reducir la amenaza climática. En mayo de 2005 la capital alemana acogerá un seminario que "promueva un intercambio informal" y que ha tenido que partir con unos condicionantes mínimos para lograr la aceptación de todas las partes.

La COP 10, celebrada en Buenos Aires, pretendía establecer las bases para el inicio del diálogo sobre el futuro y llegar a acuerdos concernientes a la adaptación al ya inevitable cambio climático, en particular para los países en vías de desarrollo, que son los más vulnerables por los escasos recursos y la pobre infraestructura. Pero como suele ser habitual en este tipo de reuniones, los intereses económicos y políticos contrapuestos de los países participantes obstaculizaron las negociaciones.

Bien es cierto que se han encontrado puntos en común como la llamada Adaptación y Medidas de Respuesta, pensada sobre todo para los países en desarrollo. Y es un hecho que se abre la puerta a nuevas discusiones, lo que Europa ha visto como algo positivo. Pero no es menos cierto que las chinchetas siguen ahí. Estados Unidos –que no ha ratificado el Protocolo de Kioto– mantuvo firme su oposición a iniciar cualquier tipo de conversación sobre eventuales compromisos futuros para luchar contra el calentamiento global, lo que ha motivado el distanciamiento de viejos aliados como Canadá, Japón o Nueva Zelanda, que se han aproximado más a las posturas de la UE.

Las organizaciones ecologistas han sido muy críticas con las posturas de países como Estados Unidos o Arabia Saudí, por su pretensión de incluir a los países exportadores de petróleo entre los receptores de las ayudas contempladas en las Medidas de Respuesta. Su argumento es que si el cambio climático exige consumir menos petróleo sus economías se verán afectadas.

Para Greenpeace, el acuerdo significa que “los debates no progresarán mucho el año que viene y no garantizan que los países que están en mayor riesgo por los impactos del clima tengan la ayuda que necesitan del mundo desarrollado”. Las críticas de WWF tienen matices ya que, “aunque el resultado está lejos de ser ideal, hacemos una llamada a los países participantes en esas conversaciones informales para que tracen un plan claro de reducción de las emisiones”.

Más información:
http://cop10.medioambiente.gov.ar

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