El carbón y el gas se enfrentan a una amenaza creciente: las espectaculares reducciones en los costes de la eólica, las tecnologías solares y los sistemas de almacenamiento, según una investigación de BNEF. Lo que hace que en su último informe sobre los costes de la energía (LCOE), los combustibles fósiles pierdan atractivo tanto en generación como en provisión de flexibilidad, es decir, en la posibilidad de contar con potencia firme cuando falten las renovables.
En cuanto a generación, la amenaza proviene de la eólica y la solar fotovoltaica, que han reducido aún más sus costes en el último año, gracias a la caída de los costes de capital, la mejora de la eficiencia y la expansión de subastas competitivas en todo el mundo. Porque la combinación de renovables y almacenamiento capacitan a las primeras para responder en cualquier momento a las solicitudes de la red y aumentar o disminuir la generación siempre que sea preciso. Los sistemas de almacenamiento con baterías son cada vez más rentables y están empezando a competir en precio con plantas de gas e, incluso, con el bombeo hidráulico.
Según Elena Giannakopoulou, jefe de Energy Economics en BNEF, “nuestro equipo ha observado una disminución del 79% en los costes de las batería de iones de litio desde 2010. Y esas conclusiones son escalofriantes para el sector de los combustibles fósiles”. Para esta responsable, “algunas centrales de carbón y gas existentes continuarán desempeñando un papel durante muchos años, a medida que aumenta la penetración eólica y solar. Pero el argumento económico para construir nueva capacidad de carbón y gas se está desmoronando, a medida que los sistemas de almacenamiento irrumpen en la flexibilidad de respuesta a la red y ponen en cuestión los picos de ingresos de los que ahora disfrutan las plantas de combustibles fósiles”.
Los cálculos de BNEF tienen en cuenta desde los costes de los equipos y la construcción de las instalaciones hasta su financiación, los gastos de operación y mantenimiento y el promedio de horas de funcionamiento. Con ello presente, en la primera mitad de 2018, el LCOE global de referencia para la eólica terrestre es de 55 dólares por megavatio hora, un 18% menos que en los primeros seis meses del año pasado. Mientras que el equivalente de la fotovoltaica sin sistemas de seguimiento es de 70 dólares por MWh. Otro descenso del 18%.
El LCOE de la eólica offshore está en los 118 dólares por MWh, un 5% menos. Los costes de electricidad son especialmente bajos para la eólica terrestre en India, Brasil, Suecia y Australia. Y para la fotovoltaica en Chile, India, Australia y Jordania. En India, por ejemplo, el LCOE para la eólica terrestre es de solo 39 dólares por MWh, un 46% menos que hace un año, y para la fotovoltaica es de 41 dólares, un 45% menos. En comparación, el carbón llega a 68 dólares por MWh, y el gas en ciclo combinado a 93 dólares. Los sistemas eólicos con almacenamiento y solares con baterías tienen en India amplios rangos de costes, desde 34 a 208 dólares por MWh y desde 47 a 308 dólares respectivamente, dependiendo de las características del proyecto. Pero están cayendo rápidamente.
Seb Henbest, jefe de BNEF para Europa, Oriente Medio y África, cree que “las subastas competitivas para la nueva capacidad renovable ha obligado a los desarrolladores, proveedores de equipos y financiadares a reducir los costes de proyectos eólicos y solares. Gracias a ello y a una tecnología cada vez más eficiente, estamos viendo precios mínimos récord para la eólica y la solar. Registros que se superan una y otra vez de manera regular. Esto está teniendo un poderoso efecto: está cambiando las percepciones”.
BNEF lleva analizando el LCOE desde 2009, con datos de la financiación de proyectos y el trabajo de sus equipos de analistas sobre la dinámica de costos en diferentes sectores. En estos nueve años, el índice de referencia mundial del LCOE para fotovoltaica sin seguimiento se ha reducido un 77%, y el de la eólica terrestre un 38%. Los LCOE para el carbón, el gas, la nuclear y la gran hidráulica, han visto reducciones muy modestas, en el mejor de los casos. Y en algunos países, en realidad han aumentado. El índice de precios de la batería de iones de litio muestra una caída desde los 1.000 dólares por kWh en 2010 a 209 dólares en 2017.
BNEF celebrará los días 9 y 10 de abril una cumbre en Nueva York sobre el futuro de la energía y las implicaciones de estos cambios en la dinámica de costes.