Entre los retos más importantes que enfrenta la sociedad actual están los impactos que el cambio climático puede tener en nuestras economías, medios de subsistencia y estilos de vida. El Acuerdo de la COP21 que salió de París en 2015 requiere que todos los países trabajen juntos para lograr compromisos de reducción de gases de efecto invernadero que en última instancia eviten que en 2050 se superen los 2 ° C e idealmente el 1,5 ° C con respecto a los niveles preindustriales.
Esta es la meta que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha establecido para evitar los impactos catastróficos del cambio climático. La Alianza REN considera, sin embargo, que las actuales contribuciones nacionales definidas (INDC) que forman parte de este acuerdo si bien son un paso importante resultan insuficientes. El desafío climático, señala la Alianza REN, exige más: un sector energético completamente descarbonizado.
“Las tecnologías renovables representadas por la Alianza están listas para afrontar los desafíos del acuerdo de París y ya son rentables y maduras, permitiendo que se logre un sistema energético libre de carbono en el plazo requerido por el IPCC”, señala las cinco asociaciones en un comunicado. Y añaden que, “trabajando juntas, las energías renovables pueden dar lugar a sistemas energéticos descarbonizados mucho antes del final de este siglo, logrando así que se mitigue el mayor reto ambiental de nuestro tiempo”.
No solo buenas para el clima
La Alianza REN subraya que un suministro de energía renovable ofrece, además, múltiples beneficios económicos y sociales, tanto para los países en desarrollo como para los países industrializados. “Las tecnologías de energía renovable son las opciones más baratas de hoy en día cuando se comparan nuevas inversiones; esto ha sido afirmado por organizaciones independientes como IRENA”, subraya. “La transición global a un futuro de energía renovable ya no es una carga financiera, sino que además de mitigar el cambio climático aumentará el crecimiento económico y la prosperidad”.
Stefan Gsänger, secretario general de la Asociación Mundial de Energía Eólica, señala: "Las comunidades rurales pueden beneficiarse enormemente del cambio global hacia el 100% de energía renovable. Pueden no sólo cubrir sus propias necesidades energéticas a partir de recursos renovables locales sino convertirse en proveedores para zonas urbanas, creando así nuevas oportunidades de ingresos. Esto impulsará el desarrollo en las zonas rurales en todo el mundo”.
David Renné, presidente de la Sociedad Internacional de Energía Solar (ISES), pone el acento en las ventajas que estas tecnologías aportan a las islas: ”Las energías renovables que operan juntas en entornos insulares pueden lograr una completa independencia energética y seguridad para estas comunidades, eliminando la necesidad de costosos combustibles diesel importados".
"La bioenergía nos permite crear empleos en las zonas rurales, mejorar la situación ecológica en las ciudades, fortalecer la seguridad del suministro, la independencia energética nacional y podría desarrollarse en el ámbito regional liderando la cooperación entre la ciencia, la tecnología y los negocios", señala Remigijus Lapinskas, presidente de la World Bioenergy Association (WBA).
Por su parte, Richard Taylor, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Hidroelectricidad, señala: "Dependiendo de los recursos renovables disponibles, necesitamos combinar las características positivas de cada tecnología para ofrecer sistemas robustos y confiables, incluyendo el almacenamiento renovable. Los gobiernos, los inversores y los prestamistas deben adoptar un enfoque sistémico para aumentar la tasa de progreso ".
Por último, Marietta Sander, directora ejecutiva de la Asociación Geotérmica Internacional, recuerda que en Africa Oriental "el enfoque regional de desarrollo geotérmico está funcionando muy bien, gracias a la participación conjunta en la iniciativa del Servicio Geotérmico de Rift de África, la Asociación Regional de Geotermia Africana y la asistencia técnica del PNUMA”.
