La soberanía energética y la alimentaria, "respetando la biodiversidad y el medio rural", deben ser los pilares de la hoja de ruta que nos conduzca a superar la crisis derivada de la guerra de Ucrania. WWF, SEO/BirdLife, Greenpeace, Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra han presentado hoy un decálogo (diez medidas clave) "para hacer frente a la vulnerabilidad social y a la emergencia ecológica" en la que nos encontramos actualmente, dos problemas indisolublemente ligados y que se están viendo agravados por la crisis derivada de la guerra de Ucrania, que ha disparado el aumento de los precios de las materias primas, la energía y los alimentos. "Esto afecta con mayor gravedad -dicen los ecologistas- a las personas más vulnerables, ya de por sí afectadas por la pandemia de Covid19, así como a sectores específicos, como el transporte o el sector primario".
Pues bien, ante esta situación, las cinco principales organizaciones ecologistas presentes en el estado español (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF) han convocado hoy a los medios de comunicación con el fin de (1) hacer un llamamiento público para la reconstrucción, "de manera urgente", de la paz; (2) mostrar su "solidaridad con las víctimas del conflicto"; y (3) apelar directamente "al Gobierno de España y a los de las comunidades autónomas" para que dediquen todos los esfuerzos que sean precisos "para paliar esta situación". Además, y en ese marco genérico, las cinco grandes del ecologismo patrio han hecho público hoy el documento «Frente a la vulnerabilidad social y a la emergencia ecológica: soberanía energética y alimentaria», que fue entregado el pasado miércoles a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
WWF, SEO/BirdLife, Greenpeace, Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra consideran que el contexto actual ha puesto de manifiesto "la inseguridad del modelo de producción y consumo, muy deslocalizado, basado en las energías fósiles y con necesidades crecientes de materiales y energía", mientras que la pandemia ha dejado así mismo claro que existen "estrechas interrelaciones entre la protección del medio ambiente, la salud y la sobrevivencia de la humanidad".
Partiendo de esas asunciones, los cinco grupos ecologistas consideran que la soberanía alimentaria y la soberanía energética, en un marco de conservación de la biodiversidad, deben ser los pilares de la hoja de ruta que guíe la respuesta a las preocupantes situaciones generadas por la pandemia o la guerra de Ucrania, "además de ser la única ruta posible para frenar otras posibles crisis y conseguir un planeta seguro, sano y rico en los recursos naturales necesarios".
Estas son las diez medidas, 10
Soberanía energética
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF piden evitar a toda costa rescatar megaproyectos vinculados al gas fósil que ya estaban descartados o paralizados (Midcat o el Musel) y que supondrían inversiones millonarias. Como alternativa proponen apostar por las siguientes medidas:
1. Puesta en marcha de un programa de ayudas a la movilidad y a la energía para los grupos socioeconómicos más vulnerables. Se propone la creación de un bono social como apoyo a sufragar gastos de movilidad y de una tarifa social de electricidad para familias con rentas bajas y sectores directamente afectados a través de transferencias directas.
2. Refuerzo de los sistemas de transporte público urbanos y periurbanos. Apoyos directos a las empresas municipales de transporte para reforzar sus servicios en un escenario de aumento de precios del combustible, junto con medidas como la implantación de carril bus o carril VAO (para Vehículos de Alta Ocupación).
«Los grupos sociales con mayor riesgo de exclusión socioeconómica (rentas bajas, mujeres, migrantes, infancia, personas mayores, etc.) son aquellos que más dependen de los sistemas de transporte público para acceder a derechos y servicios. Por ello, se propone la puesta en marcha de ayudas/incentivos a dichos sistemas a través de apoyos directos a las empresas municipales de transporte para reforzar sus servicios en un escenario de aumento de precios del combustible»
3. Acelerar la transición energética. Se necesita esta medida para hacer frente a la emergencia climática y no depender de energías que financian la guerra. Es decir, impulsar un sistema eléctrico eficiente, inteligente, de fuentes 100 % renovables y democrático para 2030, dando prioridad a las instalaciones que no supongan una amenaza para la biodiversidad y el medio rural.
«El despliegue rápido de renovables debe hacerse respetando la biodiversidad por lo que debe priorizarse en tejados y suelos ya degradados como los urbanos e industriales, y en zonas de baja sensibilidad ambiental cuando el despliegue se lleve a cabo en el medio natural agilizando, además, su tramitación en estas zonas. Sólo cuando no sea posible la ubicación de proyectos en zonas de baja sensibilidad, podrán desarrollarse en zonas de valor ambiental moderado, garantizando siempre la aplicación efectiva del Estudio de Impacto Ambiental que tenga en cuenta, además, los potenciales impactos acumulativos del proyecto con respecto a otros en la misma zona (...). El gobierno deberá aprobar con urgencia una normativa que asegure esta priorización»
También es esencial en los próximos meses -sostienen los cinco- impulsar el autoconsumo y las comunidades energéticas, garantizando para estas opciones una reserva de al menos el 20 % de la capacidad de evacuación en cada nudo de la red.
4. Puesta en marcha de un plan de inversión a gran escala para la descarbonización de los hogares para 2035 "basado en el ahorro energético y el autoconsumo renovable individual y colectivo y comunidades energéticas". Todo ello deberá beber de "un mix energético renovable" que haga un "uso sostenible de los recursos endógenos de los territorios". Además -apuntan las 5 oenegés-, hay que acometer un cambio masivo de calderas de gas por sistemas renovables "y una inversión sin precedentes en ahorro y eficiencia energética en viviendas y edificios". Los ecologistas por cierto critican el hecho de que el actual Proyecto Estratégico para la Reforma y la Transformación Económicas que ha lanzado el Gobierno "no plantea fondos específicos para hogares en situación de vulnerabilidad con el riesgo de que las ayudas de rehabilitación no lleguen a quiénes más lo necesitan"-
5. Revisión de las políticas de formación de los precios de la electricidad. Dichas políticas deben desvincularse del precio del gas, tienen que ir más allá de las medidas transitorias actuales y han de reflejar el coste real de su producción para beneficiar el abaratamiento que aportan las energías renovables.
«Revisar las políticas de formación de los precios de la electricidad para desvincularlos del precio del gas y que reflejen así el coste real de su producción de manera que las personas consumidoras se beneficien del abaratamiento que aportan las energías renovables. Las medidas de rebajas de impuesto planteadas para afrontar el incremento de precio han sido una medida necesaria en un momento de urgencia. Sin embargo son un mero parche que seguirá generando problemas. Ante ello es fundamental hacer una revisión del sistema impositivo de la electricidad ajustándose a un modelo en el que pague más quien más consume y tenga mayor renta. Del mismo modo, se deben sacar de la factura eléctrica todas aquellas actividades que van en contra de la transición energética y que recaen en los bolsillos de la ciudadanía -como son los cargos por responsabilidad civil limitada en caso de accidente nuclear o las primas a la cogeneración, entre otras- pasando a cargo de los operadores responsables de estas deudas. No se debe olvidar que la mejor forma de reducir la factura eléctrica es sustituir los combustibles fósiles y la energía nuclear por energías renovables, acompañado de una reforma profunda del mercado eléctrico, eficiente y flexible, que rompa el oligopolio eléctrico»
Soberanía alimentaria
El modelo de producción agrario predominante en España -dicen las cinco oenegés- es enormemente "vulnerable por depender de insumos externos provenientes de Ucrania y Rusia". Un ejemplo son los cereales importados de Ucrania para la alimentación animal (27,6 % del maíz, el 12,9 % del trigo y el 31,4 % de las tortas de aceites vegetales) o los fertilizantes de Rusia, tanto directa (ya que acapara 15 % del comercio mundial de fertilizantes nitrogenados y 17 % del de fertilizantes potásicos) como indirectamente, al ser responsable del 20 % del comercio mundial de gas natural, un componente clave en la fabricación de los mismos.
6. Puesta en marcha de un plan de transición justa del sector ganadero que elimine de aquí a 2030 las explotaciones ganaderas industriales, previa moratoria a nuevas instalaciones de este tipo.
7. Apuesta por un modelo de producción agroecológica, que minimice el consumo de combustibles fósiles e insumos agrarios. A la par, se debe relocalizar la producción y consumo de alimentos.
8. Recuperación de un mínimo del 10 % de superficie agraria de espacios y elementos del paisaje de alta riqueza para la biodiversidad agraria.
9. Promoción de una dieta sostenible y saludable, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
10. Atajar las pérdidas y desperdicio alimentario, con una rápida tramitación, aprobación y puesta en marcha del Anteproyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario.
Frenar la pérdida de biodiversidad
Según la cinco organizaciones firmantes del documento, aunque estas 10 medidas contribuirán a atajar la pérdida de biodiversidad, "son necesarias más acciones". En ese sentido, además, alertan con firmeza: la salida de la crisis provocada por la pandemia y la guerra de Ucrania -advierente- no puede dejar de lado las políticas e iniciativas centradas en abordar "la crisis climática, la recuperación de la naturaleza y la acción global".
Entre otras cuestiones -sostienen las cinco oenegés ecologistas-, es preciso que (1) el Plan Estratégico de Patrimonio Natural y la Biodiversidad sea una realidad antes del verano, que (2) se aplique de forma efectiva la Ley 42/2007 de Biodiversidad y Patrimonio Natural, y que (3) se eliminen los incentivos contrarios a la conservación de la biodiversidad en los presupuestos públicos y en los fondos Next Generation.
Las cinco organizaciones recuerdan por otro lado que precisamente este año, además, se está negociando el marco global de biodiversidad, que se aprobará en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, prevista para el próximo mes de octubre. Pues bien, en ese sentido las oenegés ecologistas reclaman que España mantenga una posición de liderazgo "para que el acuerdo permita una auténtica acción global en favor de la naturaleza".
Financiación
WWF, SEO, Greenpeace, Ecologistas y Amigos de la Tierra reconocen que la implantación de estas medidas requiere "de un compromiso económico tanto en el corto como en el medio y largo plazo", y por eso apelan a "partidas específicas en los Presupuestos Generales del Estado, los fondos agrarios y en el Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia".
Y otro apunte sobre el particular (sobre la financiación de estas medidas). Los ecologistas creen que "es primordial no cargar a la sociedad con más costes". ¿Alternativa? Que estos sean soportados "por quienes se han lucrado del modelo basado en los combustibles fósiles, en la contaminación del medio rural y en la globalización económica, es decir, por las compañías energéticas (tanto las petrogasistas como las eléctricas) y las grandes corporaciones del sector agroindustrial".
Un ejemplo para la financiación -sugieren las 5- podría ser la creación de un impuesto sobre los beneficios extraordinarios (“caídos del cielo”) obtenidos por los grandes grupos energéticos en el mercado mayorista por los altos precios del gas.
Documento Frente a la vulnerabilidad social y a la emergencia ecológica: soberanía energética y alimentaria