Las tarifas eléctricas del mercado libre son hasta un 64% más caras que el semirregulado Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), según pone de manifiesto el último estudio comparativo realizado por Facua-Consumidores en Acción. La asociación ha analizado ofertas de diez comercializadoras y, "en todos los casos -denuncia-, inflan el recibo con respecto a la ya de por sí elevada tarifa PVPC". Las ofertas analizadas por Facua incrementan la factura mensual del usuario medio entre 7 y 28 euros frente al importe que pagaría si siguiese en el mercado semirregulado. Así, mientras que el recibo de un usuario con 4,4 kilovatios (kW) de potencia contratada y 366 kilovatios hora (kWh) de energía consumida sería de 64,62 euros con la tarifa media PVPC del mes pasado, al contratar las del mercado libre objeto del estudio pagaría entre 71,23 y 92,32 euros (Facua-Consumidores en Acción recuerda a los usuarios que se hayan pasado al mercado libre que, para volver a tener la tarifa semirregulada PVPC, solo tienen que contactar con cualquiera de las ocho denominadas comercializadoras de referencia, que pertenecen a grupos empresariales que también poseen comercializadoras de mercado libre).
Facua ha realizado su estudio entre los días 3 y 8 de enero. El mismo abarca las tarifas sin discriminación horaria y precio estable por cada kilovatio (kW) de potencia contratada y kilovatio hora (kWh) de energía consumida de Cepsa, CHC Energía, Endesa, Feníe, Holaluz, Iberdrola, Lucera, Naturgy, Repsol y Som Energía. Con las tarifas analizadas, las cinco comercializadoras que presentan las facturas más elevadas son, según el estudio de Facua, Feníe (92,32 euros para un usuario medio); Iberdrola (90,76 euros); Holaluz (87,10 euros); CHC Energía, que es del Grupo EDP (83,79); y Som Energia (83,21).
Las comercializadoras analizadas
Seis de las comercializadoras llevan la vitola de grandes multinacionales: Naturgy (antes denominada Gas Natural Fenosa), CHC Energía (Grupo EDP), Cepsa, Repsol, Iberdrola y Endesa. Tres de las entidades analizadas se definen como comercializadoras independientes: Feníe Energía, Holaluz y Lucera. Y la última de las protagonistas del estudio, Som Energia, es una cooperativa. En resumen, ocho empresas (las seis grandes, Lucera y Holaluz) y dos entidades algo atípicas: Som Energia y Feníe.
La comercializadora de los instaladores
Feníe Energía es la comercializadora de electricidad de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones de España (organización formada por más de medio centenar de asociaciones provinciales que representan a más de 15.000 empresas instaladoras). Cualquier consumidor puede contratar a Feníe para que le suministre electricidad, pero lo cierto es que nació y sigue lógicamente muy vinculada al mundo de los instaladores, que han constituido desde el principio su clientela natural, clientela para la que esta comercializadora presta adicionalmente servicios muy específicos, como por ejemplo los de su Escuela de Eficiencia Energética, que "forma a los instaladores, convirtiéndoles en agentes energéticos".
Feníe Energía presume así de contar con "la mayor red de asesores energéticos de España", y se define como "la comercializadora creada por el instalador para dar servicio cercano y de calidad a sus clientes". No juega en la división de honor (es la séptima comercializadora en el segmento doméstico), pero lleva varios ejercicios creciendo mucho, y lo que sí juega es la baza de la hiperespecialización: "gracias a nuestra Escuela de Eficiencia Energética -explican-, nuestros agentes, instaladores y a su vez accionistas de Feníe Energía reciben una formación constante sobre los diferentes cambios regulatorios del mercado energético y otros aspectos, para así poder asesorar a sus clientes de la manera más precisa y eficiente".
Som Energia tampoco es una comercializadora convencional. Es una cooperativa de consumidores-productores de energías renovables, y también se relaciona con sus "clientes" de una manera distinta a la convencional. La cooperativa tiene más de 63.000 socios, que hacen una aportación inicial a fondo perdido de cien euros (momento a partir del cual ganan la condición de socio, que habilita para participar en la toma de decisiones). Som Energia declara casi 110.000 contratos a día de hoy (un consumidor puede contratar el suministro de electricidad a Som sin necesidad de ser socio, si bien el grueso de su "clientela" son los socios, algunos de los cuales participan por ejemplo en talleres de sensibilización u otras actividades a través de los numerosos grupos locales que la cooperativa tiene distribuidos por España).
Facua ha revisado también las tarifas de todas las comercializadoras "por cada kilovatio hora consumido". Y las más elevadas son también las de Feníe (20,38 céntimos), Iberdrola (19,06 céntimos) y Holaluz (18,95 céntimos). Las diferencias llegan a alcanzar el 64,2% con respecto al precio medio del kWh el pasado diciembre con la tarifa PVPC (12,41 céntimos).
A la derecha, las tarifas analizadas por Facua y la factura mensual que supondrían para un usuario medio, que consume 366 kWh al mes y tiene una potencia contratada de 4,4 kW.
Ojo a la potencia
La factura que pagamos por la electricidad que usamos está dividida grosso modo en dos partes: una, fija (en función de la potencia contratada); y la otra, variable (el número de kilovatios hora que consumimos y que unas veces son más, y otras, menos). Grosso modo, la potencia (lo que sería la parte fija) depende de las necesidades del cliente (del número de electrodomésticos o máquinas eléctricas que tenga); mientras que la cantidad de kilovatios hora consumidos (lo que sería la parte variable) depende de un montón de factores: del frío que haga (lo que nos llevará a usar más calefacción), del calor que haga (más aire acondicionado), de lo eficientes que sean los electrodomésticos o las máquinas que tengamos, de nuestros hábitos de consumo, del número de personas que viven en casa, de la eficiencia de las bombillas que usemos, etcétera, etcétera, etc. El consumidor medio puede cambiar de bombillas, o de electrodomésticos, o de hábitos, con una cierta facilidad o frecuencia. Pero no es habitual cambiar de potencia en casa, porque la potencia contratada se supone que es la que necesitamos, y se supone que podemos optimizarla, pero hasta un cierto punto. En definitiva, es más sencillo ahorrar kilovatios hora que ahorrar en el término de potencia (ahí el consumidor sí que está cautivo). Pues bien, en lo que se refiere a la potencia, las comercializadoras que más cara nos la venden (además, con mucha diferencia) son, según el estudio de Facua: Iberdrola (4,77 €/kW); Repsol (4,55); CHC (4,46); Naturgy (4,45); y Endesa (4,36). [Véase arriba la tabla].
Las tarifas -explican desde Facua- se indican redondeadas a dos decimales, con el IVA y el impuesto especial sobre la electricidad incluidos: "estos suponen un incremento del 27,19% sobre las tarifas antes de impuestos indirectos".
Las tarifas sin discriminación horaria y precio estable por cada kW de potencia contratada y kWh de energía consumida que han sido analizadas son las denominadas Cepsa Hogar Fija Electricidad, Endesa One, Naturgy Tarifa Online Luz, Iberdrola Plan Estable, Holaluz Pago Clásico, Repsol Tarifa Online, Som Energía Tarifa 2.0 Sin Discriminación Horaria, Lucera Tarifa 2.0A Precio Fijo, CHC Energía Oferta Confianza Base Hogar y Feníe Energía Megavatio 2.0.
(1) La tarifa semirregulada PVPC se contrata con cualquiera de las denominadas comercializadoras de referencia, que pertenecen a grupos empresariales que también poseen comercializadoras de mercado libre.
(2) Som Energía cobra aparte 0,02 euros al día en concepto de financiación del bono social.