El regulador del Estado de Nuevo México tumbó en su momento la compra de PNM Resources por parte de Iberdrola (compra que la compañía que preside José Ignacio Sánchez Galán pretendía ejecutar a través de su filial Avangrid). El no a la operación fue unánime, pues los cinco miembros de la comisión consideraron que los riesgos del acuerdo superan los beneficios prometidos a los contribuyentes estatales. De esta manera -informa Europa Press-, el grupo presidido por Sánchez Galán sufrió un revés en un mercado como el de Estados Unidos, que suponía un valor de empresa implícito de aproximadamente 8.300 millones de dólares (unos 7.007 millones de euros), considerando una deuda neta más ajustes de aproximadamente 4.000 millones de dólares (unos 3.377 millones de euros).
La adquisición iba a suponer la creación de una de las mayores compañías del sector norteamericano, con diez eléctricas reguladas en seis Estados (Nueva York, Connecticut, Maine, Massachusetts, Nuevo México y Texas) y el tercer operador de renovables del país, con una presencia total en 24 estados.