La central de ciclo combinado en cuestión está situada en el estado mexicano de Sinaloa, cerca del gasoducto Topolobampo. Su construcción fue adjudicada a Iberdrola en 2017, que estimó una inversión de unos 400 millones de dólares (unos 367 millones de euros). Sin embargo, la ejecución de la obra -informa Europa Press- ha avanzado a un ritmo más lento del previsto, ya que este era uno de los activos paralizados por litigios abiertos con organismos reguladores del país. Iberdrola México define esta su instalación como "una central de ciclo combinado de alta eficiencia, que tiene el objetivo de apoyar al Sistema Eléctrico Nacional, así como impulsar un mayor crecimiento de energías renovables en el país". En ese sentido, el máximo responsable de Iberdrola México, Enrique Alba, ha insistido en que su compañía apuesta así, con la puesta en marcha de esta central de gas, "por un modelo energético más sostenible", que se podrá apoyar en "una eficiente generación a gas".
Enrique Alba, CEO de Iberdrola México: "la flexibilidad es esencial para incorporar fuentes de energía renovable a la red, como la eólica y la solar, y el equipo Clase H de GE Vernova, en el corazón de nuestra central Topolobampo III, es crucial para apoyar el crecimiento de la generación de energía renovable en México"
Dave Ross, presidente y CEO para el negocio de Gas Power de GE Vernova en las Américas: "estamos orgullosos de formar parte de este emocionante proyecto, que marca el primer pedido de nuestra tecnología 7HA.01 en México. La turbina de gas 7HA fue diseñada desde el principio para ser extremadamente eficiente y flexible para ayudar a reducir las emisiones y satisfacer la demanda fluctuante. Esperamos seguir aumentando la eficiencia en los próximos años"
Con una capacidad instalada de 766 megavatios, esta planta, que cuenta con las primeras turbinas de gas 7HA.01 de GE Vernova de México, producirá -informa la compañía- la energía equivalente necesaria para abastecer a más de 1,6 millones de hogares mexicanos. Según el comunicado que ha difundido Iberdrola México, GE Vernova ha invertido casi dos mil millones de dólares en el desarrollo de la tecnología HA "para proporcionar una combinación de la más alta eficiencia y una flexibilidad operativa superior". La turbina de gas 7HA.01 -explica Iberdrola en su nota- puede arrancar y proporcionar plena potencia en menos de 10 minutos, lo que le confiere una mayor flexibilidad para satisfacer la demanda cambiante de la red, y, "además, puede quemar hidrógeno mezclado con gas natural".
México, que es uno de los mayores productores de gas natural de toda América, aumentó en 2022 -recuerdan desde Iberdrola- la producción de este combustible fósil en un 18% con respecto a 2021. Simultáneamente -añade en su nota la compañía-, el Gobierno de México planea duplicar la capacidad renovable actual para 2030, lo que aumentaría la capacidad solar y eólica de 15.000 a 40.000 megavatios (España cuenta ahora mismo -año 2024- con 50.000 megavatios de potencia eólica y fotovoltaica instalados).
Qué es el gas natural
El gas es un combustible fósil cuya extracción, transporte y quema produce gases de efecto invernadero, desencadenantes de cambio climático (el metano es el componente fundamental del gas natural: el 97% del gas natural es metano).
El metano es un gas con un potencial de calentamiento global 86 veces superior al del CO2 en los primeros 20 años de vida (emitir un kilogramo de metano es equivalente a emitir 86 de CO2). ´
Cada vez más investigaciones científicas demuestran que las fugas de metano no han estado bien contabilizadas y representan un problema climático mayor del que se creía.
El Grupo Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático (IPCC son sus siglas en inglés) define las emisiones fugitivas como “la liberación intencional o no intencional de los gases de efecto invernadero durante la extracción, el procesamiento y la entrega de los combustibles fósiles al punto de utilización final”.
El informe Smoke and mirrors, de Bankwatch Network, publicado en enero de 2018, concluye que “los valores de emisiones fugitivas en más de la mitad de los escenarios están alrededor del umbral del 3% definido por la Agencia Internacional de la Energía, más allá del cual el gas fósil deja de ofrecer un beneficio climático en comparación con el carbón”.
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