De hecho, no hay consenso respecto del número de muertes que dejó como saldo: 64, según datos oficiales; más de 4.600, de acuerdo con estudios dados a conocer el reciente junio por la Universidad de Harvard. Lo que sí se sabe es que la vida de la enorme mayoría de los 3,4 millones de residentes se vio afectada por la falta de energía.
Es sabido que ya se han dado a conocer diversas actuaciones, alguna en la que ha participado la firma Tesla, incluso se han realizado análisis en la que se concluye que la catástrofe puede significar una oportunidad para el desarrollo de las fuentes de energías renovables.
Otro de los proyectos desarrollados para paliar esa situación ha sido puesto en acción por la Fundación del Sol para la Seguridad Energética, una organización sin fines de lucro fundada por miembros de la firma alemana especializada en almacenamiento energético sonnen.
La primera acción fue la instalación poco después del paso del huracán de una microrred en una iglesia de Loíza, un municipio de más de 30 mil habitantes localizado en la costa noreste del país. Desde entonces se han instalado otras once en distintos puntos de la isla.
En un comunicado, se explica que se ha estado “trabajando en estrecha relación con líderes comunitarios y funcionarios gubernamentales”, tarea que en varios lugares ha permitido que “los residentes locales se unieran para extender físicamente el diseño de las microrredes con el propósito de dar electricidad a aplicaciones adicionales que requieren consumo de energía”.
También que se prevé desde la fundación el lanzamiento del llamado Proyecto Faro, presentado como “el proyecto de seguridad energética más ambicioso y previsor hasta la fecha en Puerto Rico”. Se trata de proporcionar energía a las microrredes, para más de 250 mil personas por día en caso de un huracán.