Hoy entra en vigor el Protocolo de Kioto

En el curso del acto presidido por Zapatero también harán uso de la palabra el presidente de la organización ecologista Greenpeace España y el presidente del Parlamento Europeo.

Asistirán, además, los ministros de Industria, Comercio y Turismo, y de Medio Ambiente, representantes de las Comunidades Autónomas, de la Unión Europea, del Congreso y del Senado, del Consejo Nacional del Clima y del Consejo Asesor de Medio Ambiente, así como de las organizaciones empresariales y embajadores de países de la UE y de Iberoamérica con los que España tiene firmados memorandos sobre cambio climático.

Ayer, en otro acto celebrado en el Ministerio de Medio Ambiente, Cristina Narbona presentaba oficialmente el informe científico en el que se dan a conocer las previsibles consecuencias del cambio climático en España. Más riesgo de inundaciones, olas de calor, incendios forestales y reducción de los recursos hídricos son, como ya hemos adelantado, algunas de estas consecuencias.

"El cambio climático no pertenece al futuro. Está ocurriendo ya", destacó el profesor José Manuel Moreno, Catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla La Mancha y director del estudio, pionero en España, y cuya finalidad es valorar cuáles son los cambios que vienen ocurriendo en nuestro clima y cómo pueden afectar a los ecosistemas, a la salud y a los principales sectores productivos españoles. En este sentido, el estudio resulta demoledor.

Hasta 7ªC más en verano
El trabajo, en el que han participado 400 científicos de toda España, deja claro que la Península Ibérica será, dentro de Europa, la zona más afectada por el cambio climático.

El estudio plantea dos escenarios posibles: uno basado en que las emisiones a la atmósfera de los gases de efecto invernadero sean en 2100 un 120% superiores a las actuales; y otro basado en que esas emisiones aumenten a un ritmo menor y al final del siglo sean "sólo" el doble que en la actualidad.

De producirse la tendencia pesimista, en el interior peninsular las temperaturas aumentarán entre 5 y 7 grados en verano y entre 3 y 4 en invierno; el otro escenario indica subidas similares en invierno y de un grado menos en verano. En la periferia de la península y en Baleares, el calentamiento será menos acusado (dos grados menor), y en Canarias tres grados menor en verano y dos grados menor en invierno.

Además, excepto en Baleares y Canarias, aumentarán los días con temperaturas máximas extremas, y disminuirán los días que registren mínimas extremas.

Respecto a las precipitaciones, el estudio deja claro la dificultad para hacer predicciones con mucha exactitud, pero, en cualquier caso, pone de manifiesto que es previsible que la precipitaciones aumenten algo en invierno en el noroeste y disminuyan en el sureste. En verano, el descenso será muy acusado en todo el territorio excepto en Canarias.

Como resultado, los recursos s hídricos disminuirán (en torno a un 17% menos de media para 2060), si bien este impacto afectará, en especial, a las cuencas del Guadiana, Canarias, Segura, Júcar, Guadalquivir, Sur y Baleares.

Todo ello provocará una disminución de la disponibilidad de agua, una reducción de la productividad de las aguas pesqueras, desajustes entre animales predadores y sus presas, pérdida de biodiversidad, aumento de catástrofes naturales e importantes afecciones sobre la salud humana.

El calentamiento que sufrirá España afectará, además, a animales y plantas, ya que favorecerá la expansión de las especies invasoras, y algunos ecosistemas acuáticos continentales pasarán de ser permanentes a estacionales y otros desaparecerán.

Los cambios que sufrirán esos ecosistemas acuáticos afectarán a la conservación ambiental y a sectores como el turismo, la protección ambiental, el abastecimiento de agua o la pesca continental, y en los ecosistemas marinos se prevé una reducción de la productividad de las aguas.

Playas sumergidas
Otra consecuencia del cambio climático es el ascenso del nivel medio del mar. Es previsible que aumente entre 10 y 68 centímetros, si bien el escenario más pesimista indica que nivel podría crecer un metro. Las zonas más vulnerables serán los deltas, las playas (en especial las del Cantábrico) y buena parte de las zonas bajas costeras (como el delta del Ebro, Llobregat, Manga del Mar Menor o la costa de Doñana).

El aumento del riesgo de los incendios forestales, de las crecidas fluviales y la mayor inestabilidad de las laderas, con el consiguiente riesgo de aludes y corrimientos de tierras, son otros riesgos estudiados.

Entre los efectos sobre la salud humana, los investigadores auguran un aumento de la mortalidad a causa de las olas de calor, que serán más frecuentes y más intensas, y un previsible aumento de enfermedades transmitidas por mosquitos (dengue o malaria) o por garrapatas (encefalitis), así como un agravamiento de los problemas de salud causados por las altas concentraciones de contaminación en la atmósfera.

Más información:
www.mma.es/oecc
http://ecce.uclm.es

panorama

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