Sin duda, para cumplir con los objetivos del PNIEC hay que desarrollar proyectos renovables a mayor ritmo de lo que se estaba consiguiendo en años anteriores. España contaba con una burocracia excesiva que ralentizaba la promoción de proyectos y el 23 de junio de 2020 se apostó por el desarrollo de proyectos renovables como palanca verde para la recuperación económica del país publicando el RDL 23/2020 que trata medidas en distintos ámbitos, incluyendo la energía, para la reactivación económica tras la crisis de la Covid 19.
En este sentido, a cierre de febrero del 2022 contaban con permiso de acceso proyectos de desarrollo de proyectos renovables con tecnología solar y fotovoltaica por un total de 145 GW de potencia, estando 42 GW asociados a instalaciones de generación eólica y 103 GW a instalaciones de generación fotovoltaica. Asimismo, se encuentran más de 23 GW de solicitudes adicionales en curso. Esta potencia, a la que ya se le ha concedido el permiso de acceso, supone un 27% más que la potencia total instalada en España -aproximadamente 114 GW-, lo cual puede suponer que un elevado número de dichos proyectos no se lleven a cabo.
Desconozco cuál será la potencia futura finalmente instalada, pero estamos hablando de no menos de 3.000 proyectos, sin contar con las instalaciones de autoconsumo que añadirán otros miles de instalaciones más ubicadas de forma dispersa en el territorio. Todas estas instalaciones deberán ser operadas y mantenidas durante al menos 30 años. Es en este punto donde nos encontramos con un serio problema de falta de mano de obra especializada.
A pesar de que el gobierno parece que se ha dado cuenta de la importancia de contar con personal de oficio en nuestro país y de que haya reforzado la Formación Profesional a través del Ministerio de Educación y Formación Profesional (loable objetivo incluirlo en el nombre de este) en breve veremos si vamos tarde. La FP en España ha sido considerada siempre de segundo nivel. Tenemos ejemplos como Alemania, donde tiene una preeminencia importante y los niveles salariales se equiparán a la formación universitaria.
A su vez, el Ministerio de Trabajo y Seguridad, fundamentalmente por el SEPE completa esta formación con formación no reglada. Esta situación es percibida por los agentes del sector de mantenimiento representados por Aemer, quienes han desarrollado cursos propios de formación muy completa y especializada en mantenimiento renovable para todo aquel que quiera formase en un sector en auge.
En este contexto, Aemer ha propuesto el proyecto Digital–REN para la incorporación de las herramientas digitales en la Formación Profesional y que se presenta en las siguientes secciones de este artículo.
El proyecto Digital–REN, una oportunidad de colaboración multilateral
El proyecto tiene como objetivo la utilización de herramientas digitales, fundamentalmente Realidad Virtual (RV), en la formación de trabajadores para el mantenimiento de instalaciones renovables y tecnologías conexas, aprovechando el abaratamiento y flexibilidad en la utilización de estas.
El desarrollo de las diferentes Plataformas, orientadas inicialmente a los profesores de Formación Profesional, se desarrollará en colaboración con diversos centros, empresas y Universidades, siguiendo la experiencia del proyecto Windext coordinado por la AEE y con aplicación única en el sector eólico. Este proyecto puso en evidencia varios puntos importantes.
En primer lugar, la importancia de que los Centros de Formación Profesional se involucren desde el principio en el desarrollo de las diferentes herramientas, para que sean prácticas y complementen la formación teórica.
En segundo lugar, el desarrollo de herramientas y plataformas digitales deben ir acompañadas de manuales específicos de uso, además de incorporar casos concretos de fallos y las diferentes modalidades de detección y resolución de estos. El uso de las herramientas digitales debe permitir además avanzar en el análisis de las causas raíz que provocan las roturas o pérdidas de producción, una de las tareas pendientes en la gestión de los activos renovables.
En tercer lugar, Windext ha mostrado que la cooperación con Universidades es muy útil, al aportar una visión más práctica a la formación universitaria que normalmente, en el caso español, es excesivamente teórica, y orientar las innovaciones y desarrollos tecnológicos de las mismas a solucionar problemas reales.
Por último, la participación de las empresas ha sido fundamental dado que han aportado su experiencia y visión práctica del uso de las herramientas. Hay que tener en cuenta que este proyecto recorre un camino más o menos conocido del mantenimiento eólico y fotovoltaico, pero se adentra en otros nuevos territorios como son el almacenamiento o los electrolizadores.
Las herramientas de Digital–REN
La selección de las herramientas para los diferentes desarrollos es pieza fundamental para que el proyecto concluya con éxito, como se ha mostrado en los desarrollos previos y vendrá marcada por el momento en que se inicie el proyecto que actualmente se encuentra a la espera de conseguir los apoyos públicos necesarios para arrancar.
Inicialmente la idea es, por un lado, disponer de modelos muy precisos de equipos e instalaciones para que los estudiantes puedan conocerlas a través de RV utilizando software especializado tanto para juegos como para formación. El software está integrado en las mismas gafas, tiene un precio asequible y permite introducir diferentes simuladores en los que el alumno puede practicar operaciones, aprender procedimientos y vivir situaciones casi reales que puedan ayudarle en el futuro laboral.
En esta línea, la idea es desarrollar uno o varios simuladores concentrándonos en aquellas tecnologías más complejas y/o con mayor demanda, presente o futura esperada: sistemas hidráulicos, electricidad MT/AT, inversores, multiplicadoras, electrolizadores y almacenamiento y gestión del hidrógeno… Es de vital importancia incluir en todos ellos aspectos relativos a la Seguridad y Salud y al medioambiente y con énfasis los temas de reciclaje y circularidad.
Uno de los objetivos del proyecto es que parte o algunos simuladores sean desarrollados en colaboración con los alumnos de los Centros orientados a informática y programación, lo cual va a permitir el mantenimiento de estos (en línea con la visión del proyecto) en el futuro una vez se termine la fase de implantación de Digital–REN. Adicionalmente, se posibilita también la actualización a las nuevas tecnologías.
No menos importante que el desarrollo de los simuladores es la inclusión en el proyecto de los correspondientes manuales de estudio, ya mencionados, así como con cursos de formación específicos para tutores y profesores. Dentro del consorcio coordinado por Aemer se incorporarán algunos de sus socios trabajando en formación y/o mantenimiento, algunas consultoras externas y Universidades con experiencia en el tema, así como centros de formación profesional de excelencia que actúan como impulsores. La experiencia demuestra que este es un tema clave para facilitar los intercambios de información y la consolidación de las diferentes herramientas.
Las ventajas de la formación apoyada en herramientas digitales
Las ventajas del uso de las herramientas digitales en la formación de los futuros trabajadores del sector son:
– Posibilidad de acceder a instalaciones industriales a las que, si no es digitalmente, no podrían acceder en la etapa de estudio (Gemelos digitales de Instalaciones reales).
– Conocer y practicar procedimientos de trabajo estándar, con incorporación del punto de vista de la prevención de riesgos laborales y la gestión medioambiental. Esto favorece que los estudiantes interioricen estos fundamentos en su manera de hacer desde el periodo de formación
– Homogeneización de la formación de los trabajadores y acceso igualitario. No depende del tamaño del centro de formación ni de su ubicación la posibilidad de ofrecer formación de calidad a sus estudiantes.
El proyecto busca posicionar a España como líder en la formación de profesionales altamente capacitados en energías renovables. Aprovechando la presencia en España de empresas especializadas en la cadena de valor, el proyecto ofrece una ventaja competitiva clave al proporcionar apoyo para mejorar aún más sus servicios y reforzar su posición en el mercado.
Un aspecto que no conviene perder de vista es la oportunidad de potenciar el empleo local aquellas zonas de la geografía española donde se están desarrollando proyectos renovables, generalmente alejadas de grandes centros industriales y urbanos, que normalmente tienen menos acceso a la formación. Así como la posibilidad de que la mujer descubra desde otro punto de vista, que tiene cabida en un mercado laboral que actualmente está muy masculinizado.
Uno de los grandes retos el proyecto Digital–REN es la coordinación de todos los agentes descritos anteriormente, pero sin duda será la clave del éxito. Esperamos recibir una opinión favorable por el IDAE lo antes posible, para empezar cuanto antes poner remedio a la situación deficitaria de técnicos especializados que sufre el sector.
La Asociación de Empresas de Mantenimiento de Energías Renovables (Aemer) nace en 2014 con la finalidad de ser un punto de encuentro de expertos vinculados a los servicios de O&M (directos y transversales), con la finalidad de impulsar la calidad, el debate, homogenizar procesos–prácticas, promocionar los servicios de los asociados, crear sinergias empresariales y conjuntamente ofrecer alternativas de crecimiento ante los nuevos desafíos del sector. Actualmente AEMER cuenta con 33 asociados en un contexto de creciente importancia de la actividad del mantenimiento.