Los principales indicadores de salud global del clima han empeorado en 2024: la temperatura media global ha superado por primera vez los +1,5ºC (con respecto a la temperatura media global preindustrial), con el año más caluroso de los últimos 175 años y las emisiones de gases de efecto invernadero más elevadas de la historia. Son los datos que esgrime la organización ecologista Greenpeace para reclamar del Gobierno de España, y de la Comisión Europea, una mayor ambición climática (la UE se ha comprometido a alcanzar el cero neto en ceodós en el año 2050, pero Greenpeace considera imprescindible adelantar ese escenario diez años, a 2040, habida cuenta del indiscutible "agravamiento de indicadores climáticos". Según la oenegé del arco iris, el cambio climático ya está aquí, "en forma de olas de calor, incendios o danas, entre otros", y los riesgos que trae aparejados "podrían aumentar en el futuro", toda vez que los datos indican además que "la tendencia negativa se sigue acelerando".
Por todo ello, y en vísperas del Día Mundial del Clima, que se celebra mañana, Greenpeace ha difundido hoy un comunicado en el que alienta a España y a la Unión Europea a que adelanten su objetivo de neutralidad climática diez años, a 2040 (el objetivo se encuentra ahora mismo en Bruselas en fase de negociación). "Todavía es posible evitar los peores escenarios de la crisis climática, pero es urgente escuchar a la ciencia y actuar con rapidez y decisión", advierten los ecologistas, que aseguran que, "según todas las encuestas, más del 75% de la población demanda mayor acción climática a sus gobernantes".
Pedro Zorrilla Miras, responsable de la campaña de Cambio Climático en Greenpeace: “ante este panorama que puede resultar descorazonador, necesitamos optimismo y compromiso con el planeta que habitamos. La ciencia indica que no estamos actuando de acuerdo con la rapidez y decisión que exige la situación crítica en la que nos encontramos. Por eso, exigimos a España y la Unión Europea que lideren la ambición climática y aseguren el objetivo de cero emisiones netas en 2040, actualmente en negociación. Somos de las regiones que más hemos contribuido históricamente a esta crisis climática, pero también tenemos mejores condiciones que otras zonas para dejar de usar combustibles fósiles y liderar una transición ecológica justa para todas las personas”
La Organización Meteorológica Mundial -recuerdan los ecologistas- alertaba en su último informe de los máximos climáticos que sigue alcanzando el planeta. Un ejemplo de ellos es la temperatura media global, que superó en 2024 los +1,5ºC por encima de la era preindustrial. Las emisiones de gases de efecto invernadero también registraron cifras top el año pasado -añaden desde Greenpeace-, produciendo la concentración de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso más alta de los últimos 800.000 años.
En ese sentido, Greenpeace es muy explícito: "detrás de estas ingentes emisiones se encuentran el uso de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas), la deforestación y las emisiones del sistema agroalimentario".
Los ecologistas insisten en sus mensajes de alerta: según la Agencia Internacional de la Energía, lejos de reducirse, las emisiones globales -recalca Greenpeace- siguen creciendo. Las derivadas del uso de combustibles fósiles en 2024 alcanzaron un nuevo máximo de 37,8 Gt CO2, un 0,8 % más que en 2023.
En frente, las energías renovables (no emisoras de CO2) han cubierto más de un tercio (38%) del crecimiento de la demanda energética mundial, diez puntos más que el gas fósil, pero todavía -advierten los ecologistas- no han llegado a superar al crecimiento del total de los combustibles fósiles, que cubrieron un 54% del crecimiento de la demanda.
Pedro Zorrilla Miras, responsable de la campaña de Cambio Climático en Greenpeace: “aunque la industria fósil se empeñe en hacernos creer lo contrario, la ciencia demuestra que la reducción de emisiones y la adaptación sostenible al cambio climático tendrán consecuencias positivas para la población y el planeta: reducirán la factura energética, mejorarán nuestra salud, harán más habitables nuestros entornos urbanos y rebajarán el coste de los desplazamientos”
Greenpeace sostiene que los fondos necesarios para la acción climática "existen" y que esa factura debe asumirla "la industria fósil, principal causante de esta crisis". En ese sentido, la oenegé del arco iris exige a los Gobiernos que obliguen a las corporaciones fósiles "y no la población" a pagar "la factura climática, económica y para la salud que están provocando con su actividad".
Greenpeace plantea siete medidas "que permitirían alcanzar el objetivo de cero emisiones netas a 2040"
1. Un servicio de transporte público de calidad para todo el territorio, empezando por un abono único de transporte. Esto facilitará que el transporte público sea más asequible, accesible y atractivo que los vehículos privados.
2. Un calendario de cierre de las centrales de ciclo combinado de gas para 2030, que encarecen la factura de la luz y generan grandes emisiones. Y evitar que el pago de capacidad suponga un rescate al gas.
3. Impulsar el autoconsumo solar compartido entre el vecindario y las comunidades energéticas para que todas las personas disfrutemos del derecho a la energía renovable.
4. Concesión de ayudas a las explotaciones ganaderas más contaminantes para la reducción de la densidad de animales o cese voluntario de la actividad, de forma que disminuya la cabaña ganadera en intensivo en un 50 % para 2030.
5. Creación de un mecanismo financiero para costear la rehabilitación energética de edificios residenciales y acelerar la descarbonización de los hogares de forma justa.
6. Establecer un impuesto sobre el combustible fósil tanto refinado como almacenado, para que la transición sea financiada por quienes más contaminan (la industria del gas, petróleo y carbón).
7. Asegurar que el sistema eléctrico sea eficiente y 100% renovable en 2030, evitando consumos innecesarios y garantizando que el despliegue de la transición energética sea respetuoso con las personas y la biodiversidad.
Actualmente hay en el país, según Red Eléctrica, que es el operador del sistema eléctrico nacional, 26.250 megavatios de potencia en Ciclos Combinados. Naturgy (que cuenta con 7.400 megas de potencia CC); Iberdrola, 5.700; y Endesa (5.445 MW) son las tres compañías que más potencia de generación (ciclos combinados de gas natural) tienen en territorio nacional.
Contexto
En 1992 se declaró el 26 de marzo como el Día Mundial del Clima en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Naciones Unidas instituyó esa efeméride "para concienciar y sensibilizar sobre la importancia e influencia del clima y el impacto del cambio climático sobre el ser humano a nivel mundial".
El Día Mundial del Clima también está relacionado con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), concretamente el ODS 13 de acción por el clima que tiene una serie de metas para cumplir de aquí al 2030. Este Objetivo pretende introducir el cambio climático como cuestión primordial en las políticas, estrategias y planes de países, empresas y sociedad civil, mejorando la respuesta a los problemas que genera, e impulsando la educación y sensibilización de toda la población en relación al fenómeno.
Pacto Verde Europeo
Los países de la UE se han comprometido jurídicamente con la lucha contra el cambio climático mediante el cambio a una economía climáticamente neutra con cero emisiones netas de gases de efecto invernadero de aquí a 2050. Los dirigentes de la UE, reunidos en el seno del Consejo Europeo, acordaron este objetivo en diciembre de 2019 y, posteriormente, la Comisión Europea puso en marcha el Pacto Verde Europeo. El objetivo deriva del compromiso contraído en virtud del Acuerdo de París, firmado y ratificado por todos los Estados miembros de la UE.
Neutralidad climática
Por "neutralidad climática" se entiende -explica la Comisión Europea- una situación "en la que las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la actividad humana -como las de dióxido de carbono (CO2) debidas a la quema de combustibles fósiles- se reducen considerablemente a fin de evitar repercusiones en el sistema climático. Estas emisiones difíciles de eliminar se compensan con la absorción de carbono, es decir, de CO2 extraído de la atmósfera, ya sea de forma natural por la vegetación o por medios mecánicos. En una economía climáticamente neutra, existe un equilibrio de cero emisiones netas.
