No hay excedente renovable alguno y sí, sin embargo, "un aumento importante del uso de gas fósil". Hasta el punto de que tres cuartas partes de los recursos energéticos transformados en Galicia para obtener electricidad, combustibles y calor proceden de "importaciones de combustibles fósiles de terceros países, muchos de ellos del Sur Global". Es una de las conclusiones clave del informe Galicia, más allá de los combustibles fósiles, que han hecho público hoy la organización ecologista Greenpeace y el Observatorio Gallego de Acción Climática, iniciativa ciudadana impulsada por el conocido biólogo y activista climático Xosé Veiras García. "Esta situación -plantean los autores del estudio- aleja a Galicia del objetivo de alcanzar un sistema 100% renovable", que sin embargo Greenpeace considera que "podría y debería lograrse para 2040".
Informe Galicia, más allá de los combustibles fósiles, página 10
«Cuando se habla de las exportaciones gallegas de energía habitualmente se pone el foco solo en la electricidad, y más concretamente en la de origen renovable, con la pretensión de “demostrar” que Galicia no precisa de más parques eólicos u otras instalaciones renovables, lo que es rigurosamente falso. La realidad es que Galicia exporta energía final, pero sobre todo de origen fósil. Y no solo porque parte de la electricidad exportada se produzca con gas y carbón, sino principalmente por la exportación de productos petrolíferos y de gas. Es el sector energético fósil, y no el renovable, el gran responsable de que Galicia sea hoy exportadora de energía»
Manoel Santos, responsable de Greenpeace en Galicia: “la dependencia de los combustibles fósiles es aún tremendamente elevada en Galicia, por lo que está todavía muy lejos de autoabastecerse con fuentes renovables. Esta situación se debe reducir drásticamente tras los planteamientos expuestos estos días en la CoP para eliminar progresivamente los combustibles fósiles y alcanzar los objetivos climáticos”
El mayor consumo energético en Galicia -explican los autores del informe- corresponde a los "usos directos de combustibles fósiles, que suponen un 60% del consumo de energía final", mientras que, respecto al consumo total de energía final, el consumo de electricidad, en el que se pone todo el foco mediático, solo ha estado entre el 24 y el 27% durante los últimos 15 años. Pues bien, habida cuenta de este marco, el análisis firmado por Greenpeace y el Observatorio plantea que, para reducir el consumo total de energía sería necesario "aumentar la eficiencia energética y evitar usos despilfarradores o de lujo, pero también incrementar la producción y el consumo de electricidad renovable a través de la electrificación". La tendencia sin embargo no parece apuntar en esa dirección, sino todo lo contrario: la electrificación -señalan los autores- no progresa, y, además, Galicia "está desaprovechando el excedente eléctrico que tiene en algunos meses del año", excedente que exporta. Todo ello, por fin, aliñado por una Agenda Energética de Galicia 2030 -denuncia el informe- que carece de la ambición climática necesaria.
La cuota de las renovables en el consumo energético gallego supera el 40%
No todo son malas noticias en el análisis. La cuota de renovables en el consumo energético final gallego, una vez transformada la materia prima, es del 43,5%, cifra que duplica aproximadamente la media europea (21,8%) y española (20,7%), cumple el objetivo provisional para 2030 acordado recientemente para el conjunto de la UE (42,5%) y se aproxima al propuesto para España en el borrador de la primera actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) 2021-2030 (48%).
Aún así, no obstante, la ambición de estos objetivos -matizan los autores- no está a la altura de lo que la ciencia pide para combatir el cambio climático. "Es un buen punto de partida, pero aún no supone ni la mitad del camino, pues el sistema energético debería ser 100% renovable en 2040". Además, las buenas cifras en la cuota de renovables en el consumo eléctrico (102,1%) contrastan con la baja aportación de renovables en otros sectores, como la calefacción y la refrigeración (30%) y sobre todo el transporte (6,5%).
Xosé Veiras, responsable del Observatorio Galego da Acción Climática destaca positivamente ese statu quo: tener una cuota de renovables "relativamente alta" en el contexto español y europeo es "una ventaja", dice, pero lo que no podemos hacer -matiza- es "frenar el despliegue de las renovables para equipararnos a los territorios más retrasados en la transición energética". Veiras plantea precisamente lo contrario: "avanzar para llegar lo antes posible a un sistema energético 100% renovable y justo", eso sí -añade- "teniendo en cuenta las comunidades que acogen los proyectos renovables y la protección de la biodiversidad”.
Lo que cuenta el informe Galicia, más allá de los combustibles fósiles
«Galicia necesita producir y sobre todo usar más electricidad de origen renovable. Aunque durante los últimos tres años la producción eléctrica anual en Galicia igualó aproximadamente la demanda interna, no significa que Galicia pueda autoabastecerse con electricidad renovable durante todos los días y todas las horas del año. Por lo general, en todos los meses de mayo a octubre la generación renovable es inferior a la demanda. A esto hay que añadir que el proceso de descarbonización requiere un importante descenso en la demanda energética en su conjunto, pero también un fuerte aumento de la producción eléctrica renovable destinada a sustituir una gran parte de la energía fósil consumida, lo cual se haría mediante la electrificación directa del consumo siempre que sea posible»
El informe también dedica un capítulo al estado de la emisiones gallegas de gases con efecto invernadero, que en 2021 fueron un 34% más bajas que en 1990, "una buena cifra sustentada sobre todo en la expansión de las energías renovables y el descenso de la producción a partir de carbón, algo que, paradójicamente -advierten los autores-, ni la Xunta de Galicia ni ningún partido del arco parlamentario gallego deseaba".
De cualquier manera, y siendo este el statu quo vigente, las organizaciones consideran que el objetivo de reducción del 55% para 2030 "debería ser más ambicioso y ampliarse al 65%", y se felicitan por que el presidente de la Xunta haya afirmado hace unos días que Galicia aspira a alcanzar la neutralidad climática en el año 2040, diez años antes de lo marcado en la Estrategia Gallega de Cambio Climático y Energía 2050 y en el anteproyecto de la Ley del Clima de Galicia, como habían demandado ambas organizaciones.
Manoel Santos, responsable de Greenpeace en Galicia: “el cierre del carbón es el mayor hito en la lucha contra la emergencia climática en Galicia, pero aún queda mucho que recorrer hasta alcanzar la neutralidad climática. Hay que incidir en los mayores focos de emisiones en la actualidad, el transporte, la industria y las emisiones de la ganadería y la agricultura, además de planificar el fin de las que aún son las grandes fábricas de cambio climático del país, desde las centrales de ciclo combinado a gas fósil de As Pontes y Sabón, a la refinería de petróleo de Repsol en A Coruña”
El documento publicado hoy por el Observatorio y Greenpeace incluye recomendaciones sobre la planificación energética de la Xunta, los combustibles fósiles, el consumo de energía y el desarrollo renovable en Galicia. Los diez objetivos más importantes marcados por Greenpeace y el Observatorio son:
• Reducir las emisiones brutas en un 65% para 2030 respecto a 1990
• Alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable en 2030
• Alcanzar un sistema energético en su conjunto 100% renovable en 2040
• Reducir la demanda de energía final a la mitad para 2040 con respecto a 2019
• Alcanzar una cuota de renovables en el consumo final del 70% en 2030
• Abandonar el uso de gas fósil para la generación eléctrica antes de 2030
• Abandonar la quema de gas fósil para todos los usos en 2035
• Planificar el fin de las actividades de refino de petróleo y de regasificación de gas licuado, para acompasarlas al resto de objetivos
• Incrementar la electrificación, que en 2030 debería aproximarse ya al 50%
• Alcanzar un parque de vehículos cero emisiones antes de 2040
De igual manera, las organizaciones demandan la elaboración, con amplia participación social, de una auténtica Estrategia y Plan de Energía y Clima de Galicia, que oriente la actuación de la Xunta hacia la consecución de esos objetivos, "mediante una fuerte apuesta por la reducción y electrificación del consumo energético y el desarrollo renovable responsable".
Los analistas también incluyen numerosas recomendaciones tanto para abandonar los combustibles fósiles como para reducir el consumo: ahorro energético, fiscalidad verde, educación ambiental, descarbonización de edificios e industria, movilidad sostenible, renuncia tanto a la participación pública en Reganosa como a la creación de un hub exportador de hidrógeno verde, etc.); y consideraciones sobre el desarrollo renovable centradas en: la diversificación del mix energético, mayor ambición y rapidez en el despliegue de renovables, participación pública, democratización del sistema energético con autoconsumo y comunidades energéticas, mayor protección de la naturaleza ampliando al 30% la red Natura, priorización de zonas degradadas –incluso eucaliptales– y áreas de baja sensibilidad ambiental, entre otras.
El documento
El objetivo de este informe -explican los autores- es dar una lectura lo más fiel posible de la situación de Galicia en términos de energía, basada siempre en fuentes oficiales. Para ello, los autores del informe han analizado "desde el último balance energético gallego publicado por el Instituto Enerxético de Galicia (2021), hasta herramientas como la Estrategia Gallega de Cambio Climático y Energía 2050, la Agenda Energética de Galicia 2030, el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (serie 1990-2021) y muchas otras fuentes estatales y europeas".
*Energía primaria: las materias primas energéticas extraídas de la naturaleza –ya sean autóctonas o importadas– para ser transformadas y poder ser consumidas. Junto a su consumo una vez transformada con diversos procesos, el uso de la energía primaria da una buena medida de la dependencia energética del país.