"Ya estamos sintiendo los impactos del cambio climático”, ha declarado Martin Kaiser, jefe de la delegación de Greenpeace en las negociaciones de Bonn. Ejemplos de ello son -ha dicho- el tifón que ha barrido Filipinas esta semana, que pasa por ser "la 12ª gran tormenta que golpea el país este año", o lo que está sucediendo en México, país que está "a punto de sufrir el impacto del huracán Patricia, el más poderoso que se ha registrado nunca en el hemisferio Norte". El portavoz de Greenpeace ha querido insistir así en que las negociaciones han transcurrido durante cinco días "sin sensación alguna de urgencia, lo que pone más presión ante las negociaciones de París, y hace mucho más difícil que se alcance un acuerdo ambicioso".
100% renovable
En Bonn también ha estado la española Tatiana Nuño, de Greenpeace España, que ha querido destacar lo positivo: "algunas de las cuestiones fundamentales, como el objetivo a largo plazo de abandonar los combustibles fósiles, se han recuperado -ha declarado Nuño- y están consiguiendo un apoyo creciente entre los países". La española apuesta por acelerar el tránsito hacia "una nueva era basada en energía 100% renovable", pero reconoce que esto no es más que "un comienzo”. En todo caso, y según el comunicado que ha difundido la organización ecologista, "cada vez más países apoyan un mecanismo para revisar al alza los compromisos de reducción de emisiones cada cinco años". La oenegé apuesta porque este proceso comience "antes de 2020 para evitar quedarse estancados en la actual situación de falta de ambición".
Impactos del cambio climático
Greenpeace también considera positivo "que las referencias a las pérdidas y daños sigan en el texto". Esto es algo "irrenunciable" -explican desde la organización ecologista- para los más pobres, "que están perdiendo sus hogares ya en países como Filipinas o México". Por lo demás, los representantes de la oenegé del arcoiris consideran que el texto es demasiado largo -“a falta de solo cinco semanas para París, tenemos 55 páginas"- y, al mismo tiempo, "no lo bastante específico en algunas de las cuestiones clave". Está claro por qué ha pasado esto, explica la española Tatiana Nuño: "los países productores de petróleo están intentando bloquear las negociaciones y secuestrar este proceso para sus propios fines. No se les debe permitir que se salgan con la suya”.
Tiempo
Greenpeace considera que "la falta de tiempo se está convirtiendo en un serio problema". Según el jefe de su delegación en Bonn, Martin Kaiser, “los negociadores se están poniendo nerviosos". Curiosamente -matizan desde la organización ecologista-, la situación parece distinta lejos de la mesa de negociación. Y, en ese sentido, Greenpeace explica que "ve con esperanza el cambio de dinámica fuera del proceso de negociaciones climáticas de la ONU". La oenegé cita varios gestos esperanzadores. A saber: "la declaración del G7 sobre descarbonización, la encíclica del Papa, la cooperación entre China y Estados Unidos sobre cambio climático y la reunión de Ban Ki Moon con líderes mundiales en Naciones Unidas donde la energía 100% limpia fue una de las opciones de la declaración final".
Las empresas, también
Más aún: los ecologistas reconocen que "también ha habido un cambio de mentalidad en el mundo de los negocios". En este caso el ejemplo citado por Greenpeace alude a una compañía multinacional con ramificaciones en España. "El gigante eléctrico italiano Enel -explica la oenegé en su comunicado- dijo [la semana pasada] que abandonará completamente el carbón para 2050. El mensaje para los inversores -continúa Greenpeace- es que la era de los combustibles fósiles se ha terminado y esto debería acelerar la transformación de las inversiones sucias a las limpias". Según Tatiana Nuño, "aún tenemos que ver cómo la española Endesa se adapta a la nueva dirección de su propietaria Enel, pero globalmente los vientos de cambio están soplando por el mundo energético. París necesita sentir esos vientos y adaptarse a ellos".