Greenpeace acusa al pleno del CSN de "malas prácticas en materia de seguridad nuclear por saltarse sus protocolos, e ignorar sus requerimientos, al emitir un informe que no garantiza la seguridad nuclear". Según la responsable de la Campaña Nuclear de la organización ecologista, Raquel Montón, “Garoña no puede cargar combustible ni producir electricidad, sin embargo, el CSN se atreve a dar un informe favorable, aun teniendo sobradas razones para no hacerlo, porque Nuclenor no ha hecho su parte y porque en el Congreso así se lo han pedido". Así, la portavoz de Greenpeace considera que el Consejo "no ha dudado en menoscabar la seguridad nuclear en España e ignorar al Parlamento para favorecer los intereses de la industria nuclear".
El CSN, por una parte; el Congreso, por otra
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es un ente de derecho público cuya misión es proteger "a la población y el medio ambiente de los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes, consiguiendo que las instalaciones nucleares y radiactivas sean operadas por los titulares de forma segura". El CSN no decide si una instalación -por ejemplo, Garoña- debe o no volver a operar. Este organismo solo decide si se dan las condiciones para que esa instalación sea operada por el titular -en este caso Nuclenor- de forma segura. Solo el Gobierno de la Nación tiene competencia para autorizar el retorno de Garoña a la actividad.
PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos tienen la mayoría absoluta en el Congreso (más de 180 escaños). Ninguno de esos tres grupos parlamentarios parece partidario de prolongar la actividad de la central nuclear de Garoña, que es la más antigua de Europa. Ayer mismo, la portavoz de Energía de Ciudadanos, Melisa Rodríguez, escribía en su perfil de Twitter que "es peligroso que se amplíe la vida útil de las centrales nucleares que no han hecho inversiones en seguridad" (caso de Garoña). Su homóloga en el Grupo Parlamentario Socialista, Lucio, también se ha manifestado explícitamente en ese sentido: "ningún reactor puede estar operativo más allá de 2028, año en que Trillo, la central más moderna, cumpla los 40 años de vida útil”, decía hace unos meses Lucio (a quien por cierto entrevistamos en nuestra última edición, la de febrero).
Garoña, tres años parada y sin novedad
Resumen del proceso de Garoña, según Greenpeace (actualizado hasta enero de 2016)