La central nuclear de Garoña recibió autorización para ponerse en marcha en 1966. Cinco años después, cuando se conectó a la red, era la única central en funcionamiento en España de las llamadas de Primera Generación. Durante varias décadas operó con un reactor igual al reactor nº 1 de la central de Fukushima Daiichi. La planta cumplió 40 años de vida operativa en el año 2011 y tenía permiso de operación hasta el 6 de julio de 2013, pero la empresa propietaria (Nuclenor: 50% Endesa; 50% Iberdrola) paró la central de manera unilateral la madrugada del 16 de diciembre de 2012. Las inversiones requeridas en seguridad tras la catástrofe nuclear de Fukushima y las normas sobre fiscalidad energética estaban detrás de esa decisión. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha autorizado hoy el inicio del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña, que consta de dos fases y abarca hasta 2033, está presupuestado en 475 millones de euros y prevé emplear a unas 350 personas de forma simultánea.
La noticia, hecha pública hoy por el Ministerio, ha sido bien recibida por el movimiento ecologista nacional en general. "Esperamos que pueda realizarse sin incidentes -ha dicho sobre el particular Uralde- y que la zona pueda recuperarse". La decisión del Gobierno de coalición "pone en evidencia -según el coordinador de Alianza Verde- la situación de impotencia de las derechas, que prometieron que reabrirían Garoña, promesa vacía y populista, alejada de cualquier objetivo de planificación energética o de los propios objetivos de las empresas propietarias que, como ya advertimos en su momento, habían optado por cerrar Garoña".