"Si es seguro, hazlo en Tokio. Aquí no queremos las aguas residuales nucleares de la central", han declarado a la prensa pescadores de las comunidades locales, profundamente preocupados por que la liberación del agua socave años de trabajo para restablecer la confianza en sus productos marinos.
El vertido tampoco gusta a los países vecinos, que ya mostraron su total rechazo al plan cuando el gobierno nipón anunció, el pasado mes de abril, la próxima liberación del agua acumulada en la central. Desde el gobierno aseguran, sin embargo, que el vertido es seguro, porque el agua habrá sido procesada previamente para eliminar casi todos los elementos radiactivos y estará diluida.
Desde Tokyo Electric Power Co (Tepco), que gestiona el desmantelamiento de la planta nuclear, indican que el túnel se empezará a construir el próximo mes de marzo, tras realizar estudios de viabilidad y obtener la aprobación de las autoridades. Tendrá un diámetro de unos 2,5 metros y se extenderá hacia el océano desde los tanques de la planta, que contienen alrededor de 1,27 millones de toneladas de agua tratada. Esto incluye el agua utilizada para refrigerar la central, que quedó paralizada tras el enorme tsunami de 2011, así como el agua de lluvia y subterránea que se filtra a diario.
El jefe de desmantelamiento de la planta, Akira Ono, declaró este miércoles a los periodistas que liberar el agua a través de este túnel ayudará evitar que vuelva a la costa. "Explicaremos a fondo nuestras políticas de seguridad y las medidas que estamos tomando, para que podamos disipar las preocupaciones que tienen las personas involucradas en la pesca y otras industrias", dijo Ono.
La compañía Tepco ha emitido un comunicado en el que dice estar dispuesta a pagar una compensación por los daños a la reputación relacionados con el vertido. También señala que acepta las inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica sobre la seguridad del vertido. La agencia ya ha respaldado la decisión del gobierno nipón, que ha calificado la eliminación del agua como una "tarea inevitable" en el proceso de desmantelamiento de la central nuclear, que durará décadas.
El debate sobre cómo gestionar el agua se ha prolongado durante años, ya que el espacio para almacenarla en el emplazamiento se agota. Según expertos en el tema, el proceso de filtración elimina la mayoría de los elementos radiactivos del agua, pero algunos permanecen, como el tritio. Añaden, no obstante, que el tritio sólo es perjudicial para el ser humano en grandes dosis y con la dilución, el agua tratada no supone un riesgo científicamente detectable.