Orson Welles hubiese continuado con la ficción. Pero los que hacemos Energías Renovables lo vamos a dejar aquí, no vaya a ser que algún fiscal estupefacto agarre la Ley Mordaza y, doloso, decida acusarnos de terrorismo. No. No ha habido ningún accidente en el cementerio nuclear de Cuenca. Entre otras cosas, porque en Cuenca no hay (aún) ningún cementerio nuclear. «La Fuga» es un proyecto transmedia que está impulsando el escritor y científico Eduardo Soto, un proyecto que quiere materializarse en forma de cortometraje y que ya cuenta con más de cien colaboradores. «La Fuga» quiere contar lo que pasaría si hubiese un accidente en el futurible cementerio nuclear de Cuenca, o sea, en el denominado Almacén Temporal Centralizado (para la gestión de residuos radiactivos) que quiere construir, a solo 70 kilómetros de esa ciudad, el Ejecutivo Rajoy.
Qué ocurriría si...
Según sus impulsores, "el rodaje de este cortometraje de ficción nace con la intención de mostrar qué ocurriría si algo falla en la compleja gestión de los residuos radiactivos". Eduardo Soto avala su propuesta -de reflexión cinematográfica sobre ese hipotético suceso- con una frase, inquietante, del premio nobel Daniel Kanheman: “el evento improbable ocupa el foco de atención cuando se terminan por especificar sus consecuencias”. Pues bien, eso es lo que pretende «La Fuga»: concretar esas consecuencias, concretar los efectos de un suceso como ese, "llenar ese hueco con imágenes cinematográficas, porque existe un enorme vacío de información sobre el cementerio nuclear y la peligrosidad que representa". El corto quiere aproximarse -explican sus impulsores- a los planteamientos de la serie Black Mirror "por lo que tiene de introspección psicológica y desvelamiento sociológico".
Soto pretende al mismo tiempo reflexionar sobre cuáles pueden ser, cuáles son, las alternativas a la construcción de un cementerio
El corto quiere destacar "el contrasentido de la construcción de un Almacén Temporal Centralizado en una provincia que siempre se ha definido por sus parajes naturales, su patrimonio histórico y su riqueza gastronómica, un espacio con una oferta artística y cultural de alcance internacional". Según los promotores de este corto, "la amenaza de la instalación de un cementerio nuclear pone en cuestión este modelo socioeconómico". El cementerio -consideran- puede convertirse en "un estigma que dañará un esmerado trabajo de años por convertirnos en destino turístico y que puede evaporar el medio de vida de cientos de conquenses y castellano manchegos". Por todo ello, «La Fuga» hace un llamamiento "a instituciones públicas y privadas, a los empresarios de hostelería, a las bodegas, a los ganaderos, a los agricultores y a los fabricantes de productos alimenticios para que apoyen el film".
Micromecenazgo
Soto ha elegido la microfinanciación para sacar adelante su proyecto. Así, y para obtener los fondos necesarios, «La Fuga» está empleando la plataforma de mecenazgo cívico en torno a iniciativas ciudadanas Goteo. El proyecto en todo caso cuenta ya con más de cien colaboradores: "destacan los perfiles venidos del mundo del cine, las escuelas de teatro o las facultades de Periodismo y Bellas Artes". La Fuga es un proyecto que se está nutriendo "de jóvenes con ideas emergentes -explican sus impulsores- y que planea encontrarse en el camino también con grandes nombres del séptimo arte conscientes de que la amenaza nuclear supone severas consecuencias globales". La Fuga se presenta como iniciativa abierta a todo aquel que quiera sumar. “Queremos que Cuenca sea Cultura y Naturaleza, no la eterna sede de un silo radiactivo”, destacan los impulsores, en clave de lema.
"Queremos que todo el mundo haga un esfuerzo por informarse adecuadamente sobre el cementerio nuclear antes de aceptar una decisión que puede condicionar el futuro de sus negocios y el buen nombre de Cuenca en los próximos, cuando menos, 60 años, cuando más, 60 siglos".