Todas las principales economías (Estados Unidos, China, Canadá y Japón) están tratando de mejorar la competitividad de sus industrias de las tecnologías limpias. Lo dice el informe sobre las iniciativas políticas de la UE para la promoción de las inversiones en tecnologías limpias, Comunicación que publicó ayer la Comisión Europea con el título Report on EU policy initiatives for the promotion of investments in clean technologies. "Mediante la ley IRA, los Estados Unidos han intensificado sus esfuerzos de lucha contra el cambio climático, lo que constituye un avance positivo", reconoce la Comisión Europea, pero hay algunos elementos -denuncia- que podrían estar distorsionando el comercio y las inversiones internacionales, elementos que podrían ser incompatibles "con las normas de la Organización Mundial del Comercio" y que podrían estar causando "efectos adversos en las empresas no ubicadas en los Estados Unidos" (o sea, que podrían estar favoreciendo a las empresas locales en detrimento de las empresas foráneas allí, como las europeas). Más aún: la ley IRA -reconoce explícitamente la Comisión en la página 14 de su informe- puede conducir a las empresas europeas a relocalizarse en los Estados Unidos.
La Ley de Reducción de la Inflación cubre leyes tributarias nuevas y restablecidas que afectarán a individuos y empresas, que incluyen una serie de créditos y deducciones. [Véase incentivos tributarios de energía limpia].
Y el análisis realizado por la Comisión Europea (la comunicación en cuestión) señala que, tras la entrada en vigor de la norma en cuestión, se ha producido una "rápida aceleración de las inversiones en tecnologías limpias en los Estados Unidos".
"Por el momento -matiza no obstante la CE-, resulta difícil evaluar el efecto real de la IRA en la economía de la Unión Europea y en el desarrollo a largo plazo de la base industrial de tecnologías limpias de la Unión", lo cual se debe además -continúa la Comisión- al hecho de que "todavía no se dispone de datos suficientes sobre las ayudas desembolsadas en virtud de la IRA".
Eso sí, estamos hablando de cualquier manera de un apoyo extraordinario y continuado en el tiempo. Muchos créditos fiscales de la ley IRA no están limitados en términos de volumen o valor global, por lo que el importe total de las subvenciones dependerá de su utilización real. En consecuencia -apuntan desde la Comisión Europea-, las estimaciones de lo que podría ser finalmente su asignación total oscilan ampliamente entre los 390.000 y los 900.000 millones de dólares (aproximadamente entre 370.000 y 852.000 millones de euros) para el periodo comprendido entre 2023 y 2031.
"El carácter no limitado de los créditos fiscales de la ley IRA -señala la comunicación de la CE- añade incertidumbre sobre sus futuros efectos económicos, tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea".
Matices a valorar habida cuenta del contexto
Además, la comunicación reconoce que las decisiones de inversión también (1) pueden necesitar tiempo para materializarse en proyectos reales (hará falta que pase un tiempo para valorar, pues); y recuerda así mismo que (2) existen otros retos que afectan actualmente a la economía de la UE. A saber: la guerra Rusia - Ucrania, los altos precios de la energía, los tipos de interés y las presiones inflacionistas. "Todos estos elementos dificultan aislar el efecto de la IRA en las inversiones de la UE en tecnologías limpias", concluye.
La Comisión Europea considera además que la incidencia global de la IRA en las inversiones de la UE en tecnologías limpias "dependerá también de la eficacia de la respuesta de la UE y de sus estrategias para mejorar su competitividad a largo plazo y su tecnología punta".
El discurso que esgrime la Comisión en su Report on EU policy initiatives for the promotion of investments in clean technologies
«La cantidad de incentivos de la IRA, enorme y sin límite, ha suscitado cuestiones sobre su potencial para socavar los esfuerzos de la UE por desarrollar un sector de tecnologías limpias competitivo a escala internacional por medios distintos de las subvenciones a la producción, y para desviar futuras decisiones de inversión»
«Una rápida adopción de la legislación pertinente de la UE, por ejemplo, de la Ley sobre la industria de cero emisiones netas, la Ley de Materias Primas Fundamentales y la Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP), además de la revisión intermedia del marco financiero plurianual, contribuiría a seguir mejorando el marco normativo de la UE y a satisfacer la creciente necesidad de inversiones públicas de la UE en tecnologías esenciales»
«No obstante, es probable que algunos importantes retos estructurales debidos a la significativa cuantía de las subvenciones estadounidenses sigan afectando al panorama mundial del desarrollo de tecnologías limpias»
La Comisión Europea ha anunciado así que permanecerá "muy vigilante" y seguirá supervisando "los flujos de inversión mundiales y nacionales y las políticas de ayudas públicas de otros países". Simultáneamente, Bruselas se compromete a seguir dialogando "de forma constructiva" con los Estados Unidos "para mitigar los posibles efectos de la IRA y velar por que nuestras políticas respectivas se refuercen mutuamente a la hora de acelerar la transición ecológica".
La UE -concluye la Comisión- sigue negociando con los Estados Unidos un Acuerdo sobre Materias Primas Fundamentales y está tratando de intensificar la cooperación en materia de comercio sostenible a través del Consejo UE-EE. UU. de Comercio y Tecnología.
Aparte de la IRA -matiza en todo caso la CE-, otros elementos configurarán la competitividad futura de la industria de tecnologías limpias de la UE, tales como el suministro de energía, una mano de obra cualificada, una financiación pública y privada adecuada, las materias primas, el mantenimiento de la apertura comercial y un entorno empresarial favorable.
Report on EU policy initiatives for the promotion of investments in clean technologies
[Pie de foto: Flag Day. Fuente: American Clean Power Association].