La demolición de las torres -informa Endesa- ha estada soportada sobre "un proyecto específico en el que se ha analizado estructuralmente la afección de los trabajos preparatorios, así como la dinámica de la voladura, su secuencia, direcciones de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructuras afectadas". Todos esos trabajos previos a la demolición se iniciaron en junio de 2022 con la retirada y gestión de los equipos en los que se producía el intercambio de calor, compuestos básicamente por materiales de relleno plástico situados en su interior. También se acondicionó y separó la parte externa de la interna, se desvincularon los elementos unidos a la torre y se desmanteló el equipamiento situado en la zona de afección.
Para la voladura de las dos torres se han empleado 1.176 barrenos y otros 100 para la chimenea, completando un total de 224 kilos de explosivo, que se han colocado en los pilares de las torres y en la base de la chimenea mediante taladros distribuidos para dirigir la caída en la dirección planificada. En el proyecto se ha fijado un radio de seguridad de 400 metros desde cada una de las estructuras.
La detonación se ha realizado de forma secuenciada en las dos torres y en la chimenea (en 4 segundos se han detonado todos los explosivos) para minimizar la vibración del terreno y las proyecciones de material.
La voladura ha producido 16.900 toneladas de residuos aproximadamente (básicamente hormigón), que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos residuos -informa Endesa- se valorizarán en obra al ser usados como material de relleno, por su carácter inerte, segregando previamente el hierro que se retirará para su valorización y nuevo uso.
Para minimizar la afección del polvo derivado de la explosión se han instalado en el perímetro de las torres y en la chimenea, sistemas de irrigación y nebulización de agua, en servicio incluso durante el momento de la detonación.
Datos técnicos
Las dos torres de la central térmica de Compostilla eran idénticas en sus medidas y características geométricas: 110 metros de altura, 83 de diámetro en su base y 50 de diámetro en la coronación. Habían sido construidas en hormigón, y cada una tenía un peso de 7.100 toneladas aproximadamente. Por su parte, la chimenea contaba con unas dimensiones de 120 metros de altura, 10 de diámetro en su base y 6,5 de diámetro en la coronación; construida también en hormigón, pesaba 2.700 toneladas, aproximadamente
Eran un componente fundamental del ciclo de producción de vapor que movía las turbinas para generar electricidad. Su función consistía en enfriar el agua caliente proveniente de los condensadores de los grupos de producción de energía (lugar donde se condensa el vapor del ciclo agua/vapor una vez que ha pasado por la turbina). A su vez, la chimenea, tenía como uso la evacuación final de los gases de combustión del grupo 3 una vez superados los procesos de tratamiento correspondientes.
La forma de hiperboloide de revolución de las torres de refrigeración permitía que el aire fluyera desde la base hacia arriba sin necesidad de ninguna aportación de energía externa. Es así como se producía la transferencia de calor, mediante el intercambio térmico entre el agua a enfriar y el aire, que daba lugar al característico penacho de vapor de agua que se observaba cuando estaban en funcionamiento.
Central Térmica de Compostilla
Cuando el pasado junio de 2020 la central térmica dejó oficialmente de estar operativa, solo disponía de tres grupos, cuya potencia sumaba 1.051,7 megavatios (MW), que habían entrado en funcionamiento entre 1972 y 1985. Otros dos grupos más antiguos ya se encontraban en proceso de desmontaje, después de permanecer en servicio desde comienzos de los años 60. Las instalaciones ocupan unas 375 hectáreas, superficie en la que se distinguen tres áreas claramente diferenciadas: una que alberga los grupos de generación eléctrica, otra que acoge los parques de transformación e instalaciones auxiliares, y una última, el parque de carbones con el vertedero de residuos no peligrosos. Los grupos 1 y 2 ya se encuentran desmantelados, y existen trabajos de desmontaje de los grupos 3, 4 y 5 en todas las áreas de manera simultánea, con el objetivo de completar su desmantelamiento a nivel de rasante en mayo de 2025, y la posterior remediación de suelos en diciembre de 2025.
Actualmente los trabajos de desmantelamiento se encuentran avanzados en más de un 50%, y en ellos está trabajando personal especializado, el 80% del cual son profesionales del entorno del Bierzo.