La ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, que fija los compromisos que deberá cumplir España durante las próximas décadas para lograr en 2050 la neutralidad climática, se aprobará definitivamente en las próximas semanas. La ley canalizará los fondos europeos de recuperación y, según se indica en su preámbulo, movilizará más de 200.000 millones de euros de inversión hasta 2030 y creará entre 250.000 y 300.000 nuevos puestos de trabajo.
Entre el 70 y el 90% de la inversión necesaria para poner en marcha un parque eólico lo ponen hoy los bancos, que en 2020 firmaron en Europa hasta 27.800 millones de euros de deuda sin recurso, fiándose de que el prestatario devolverá su crédito con los ingresos que así obtenga. ¿Qué problema hay, entonces? Pues, según el sector, que la Administración no tiene recursos suficientes como para atender la demanda de tramitación, cada vez mayor, de nuevas instalaciones.
La colaboración ciudadana ha sido clave en el proyecto GRECO. Gracias a ella, investigadores del Instituto de Energía Solar de la UPM, de la Universidad de Évora (Portugal), y de la Academia de Ciencias Búlgara, han podido comprobar cómo envejecen las instalaciones fotovoltaicas tras más de diez años de funcionamiento ininterrumpido. ¿Su conclusión? La degradación anual de los paneles es bastante menor que la señalada por los fabricantes en su catálogo.
La inmensa mayoría de las instalaciones de autoconsumo están bien diseñadas y realizadas. Pero su crecimiento exponencial puede traducirse en una bajada de los estándares de calidad que no puede permitirse el sector. De ahí que la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) se haya decidido a lanzar un sello de calidad para instaladores que pretende frenar a los posibles chapuceros que sientan la tentación de medrar con la energía solar.
Entrevistamos a Jordi Cardoner, consejero y partner en España de Chint Astronergy. Y nos ha dicho algo que no habíamos oído hasta ahora, pero que explica de maravilla qué supone aprovechar la energía solar: “Si lo que cayera en nuestros tejados fuera vino, lo recogeríamos, embotellaríamos y consumiríamos. Hagamos lo mismo con el sol”.
Las ciudades albergan actualmente a más del 55% de la población mundial y esto se traduce en unas necesidades y un consumo ingentes de energía, buena parte de la cual sigue procediendo de los combustibles fósiles. Como consecuencia, las ciudades son responsables de más del 70% de las emisiones totales de CO2 vinculadas a la energía. Pero la situación está cambiando y más de mil millones de personas –alrededor del 25% de la población urbana– vive ya en una ciudad con objetivos o políticas de renovables, como pone de manifiesto el informe Renewables in Cities Global Status Report (REC), de REN21.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, convocó los pasados días 22 y 23 de abril a 40 mandatarios mundiales a la llamada Cumbre de Líderes sobre el Clima, una movida que vuelve a traer a su país al concierto global de acciones en contra del cambio climático. Y que espera producir actos reflejos en los demás países. Analizamos cómo han respondido a ese llamado los presidentes latinoamericanos participantes en dicha Cumbre.
• Aquí puedes ver el sumario completo
• Descarga gratis el PDF
• Suscríbete