España se ha incorporado hoy al Programa de Transiciones de Energía Limpia de la AIE, una herramienta de la organización para acelerar el proceso de descarbonización en países emergentes, sobre todo de África, Latinoamérica y el Sudeste de Asia. La ministra Ribera ha destacado que se trata de una iniciativa “que trae prosperidad y desarrollo, y aumenta la seguridad de suministro y el compromiso internacional. La situación es particularmente desafiante, pero necesitamos trabajar en acelerar el proceso de transición energética y la implantación de soluciones asequibles y seguras, basadas en renovables, eficiencia energética y la electrificación de las economías”. Tras la incorporación de España, el Programa lo integran Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Japón, Holanda, España, Suecia, Suiza, EEUU y la Comisión Europea en representación de toda la UE. Las partes han manifestado su intención de habilitar un fondo de 20 millones de euros anuales para financiar las actividades del Programa.
La vicepresidenta del Gobierno de España ha aprovechado la cita de París para mantener varios encuentros bilaterales con sus homólogos de países como Ucrania, con el que ha tratado las necesidades del país para hacer frente a los efectos de la invasión y los desafíos energéticos de la UE, además de otros con los representantes de Francia, Italia, Grecia, Portugal, Reino Unido o Chile.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha difundido esta tarde un comunicado de valoración de la Reunión Ministerial de la AIE, que se celebra en París para aprobar la nueva orientación estratégica de la organización. En ese comunicado, el Ministerio que dirige Ribera destaca su respaldo al "nuevo rumbo" que toma la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que adopta un pilar orientado a la descarbonización del sistema energético mundial. “Es momento de agilizar la transformación del modelo energético, aprovechar sus grandes oportunidades económicas y sus ventajas ambientales, a la par que solucionamos nuestros problemas de seguridad energética”, ha declarado al respecto Teresa Ribera.
La vicepresidenta ha hecho alusión así mismo, en la Sesión Plenaria de la Reunión, a las barreras que obstaculizan el despliegue de nueva potencia renovable: “tenemos que levantar las barreras que impiden el despliegue de tecnologías asequibles, seguras y sostenibles para alcanzar los objetivos climáticos establecidos por el Tratado de París”, ha dicho. La vicepresidenta ha dedicado buena parte de su intervención a la necesidad de garantizar la seguridad de suministro “en una situación extremadamente difícil y peligrosa, derivada de un repunte sin precedentes de los precios de la energía, combinado con graves acontecimientos geopolíticos”, en alusión al conflicto en Ucrania y su impacto sobre los mercados energéticos internacionales.
La vicepresidenta ha abogado por afrontar la situación con medidas para aumentar la seguridad energética, no solo desde la perspectiva de la continuidad del suministro, sino también desde la asequibilidad y la sostenibilidad. “Si no somos capaces de garantizar una energía segura, asequible y sostenible, estamos fallando en nuestro mandato, poniendo en peligro la recuperación post crisis y nuestras ambiciones de alcanzar las emisiones cero”, ha recalcado.
Ribera ha expuesto sus prioridades actuales, empezando por “abordar el Efecto Contagio de los precios del gas a los de la electricidad” o la reducción de la demanda europea de suministros rusos, con particular incidencia en el comercio internacional de gas natural licuado y la optimización de las infraestructuras de almacenamiento en la UE.
Ha concluido su intervención subrayando que más allá de la actual coyuntura de crisis, “no debemos olvidar nuestras prioridades: canalizar masivamente los fondos hacia las fuentes de energías renovables, dejando atrás todos los combustibles fósiles y la dependencia energética”.
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