La Comisión Europea (CE) ha presentado hoy un gran paquete de medidas sobre energías renovables y cambio climático (véase Panorama) que está llamado a perfilar las bases de lo que podría ser el futuro energético de la Unión Europea en los próximos años (todo, en todo caso, está pendiente de su definitiva aprobación).
El paquete-propuesta incluye, en primer lugar, una revisión de la directiva en vigor sobre el comercio de derechos de emisiones, mercado en el que operan actualmente diez mil instalaciones, responsables ellas del 40% de los gases de efecto invernadero que pone en órbita cada año el Viejo Continente.
Además, la Comisión ha hecho otras tres grandes apuestas: una propuesta de “reparto del esfuerzo” para los “sectores no cubiertos por la Directiva” (transporte, construcción, agricultura; en total, el 60% de GEI)”, una directiva sobre la promoción de las energías renovables y otra sobre la captura y almacenamiento de carbono.
El paquete-propuesta de la CE mantiene el objetivo adelantado el pasado mes de marzo –que las emisiones de CO2 en la Unión Europea caigan un 20% en 2020; para ser exactos, que sean un 20% menores que las registradas en 1990–, pero introduce algunos cambios.
Cambios sustanciales
Por una parte, los sectores que ahora están operando en el mercado de emisiones de la UE (eléctricas, cementeras, cerámicas, siderúrgicas, vidrio, papeleras...) deben reducir un 21% sus emisiones (un 21% con respecto a las registradas en 2005, año del nacimiento de la UE a 27).
Esa reducción, y he ahí un gran cambio con respecto a lo hasta ahora acordado, es un “límite único para toda la UE”. O sea, que, a partir de ahora no hay 27 límites fijados por los 27 miembros. Esa pauta, vigente hoy, durará hasta 2013. A partir de entonces, límite único: -21%.
La nueva propuesta cuantifica los derechos de emisión de CO2 disponibles en 2020 en 1.720 millones de toneladas (-21% comparado con las emisiones de 2005). Además, otra diferencia sustancial es que los derechos de emisión no se darán gratuitamente, sino que serán subastados.
Más aún, a los Estados Miembros con un PIB por habitante más bajo se les van a asignar más derechos que a los Estados con PIB más alto, “para compensar los costes de inversión mayores” que habrán de afrontar para modernizar sus economías y reducir así sus emisiones. España está en el grupo primero.
El PIB, criterio de establecimiento de exigencias
Por otra parte, los demás sectores, los que aún no participan en ese mercado, los denominados sectores difusos (vivienda, transporte...), deben reducir en un 10% sus emisiones (el año de referencia es el mismo: 2005). ¿Cómo deberán reducir? Con políticas de fomento de la eficiencia energética, construcción sostenible, planificación racional, etcétera.
En este caso, a diferencia de lo que sucede en lo relativo al mercado de emisiones, cada Estado Miembro tendrá un objetivo individual expresado en porcentaje (la media de los 27 debe ser el 10% de reducción). Para establecer los 27 objetivos nacionales se ha de “tener en cuenta la gran diferencia de riqueza entre los países de la UE 27 (el PIB por habitante es el criterio de diferenciación)”.
Más cambios: la revisión de la Directiva sobre el Comercio de Derechos de Emisiones añade la industria química, el sector de la aviación y el sector del aluminio a todos los grandes emisores industriales que ya están (eléctricas, siderúrgicas, cementeras, cerámicas, etcétera).
Cuatro mil instalaciones podrían librarse del mercado
Por el contrario, la Comisión Europea abre la puerta a la “exclusión potencial de los pequeños emisores en caso de [que pongan en marcha] medidas equivalentes (por ejemplo, tasas)”. Esa medida, según fuentes oficiales, podría afectar a unas 4.000 instalaciones.
Según la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que ha asistido al acto de presentación de la propuesta de la Comisión Europea en la sede que el Parlamento Europeo tiene en Madrid, “con este nuevo paso de su política energética, la UE se ha convertido en líder indiscutible mundial en la lucha contra el cambio climático”. Para el ministro de Industria, Joan Clos, que ha acompañado en el acto a la titular de Medio Ambiente, los objetivos europeos (el 20% con vistas a 2020) son “ambiciosos” pero “posibles”.
Para conseguir materializar esos objetivos, ha dicho, “es preciso un gran esfuerzo, un esfuerzo que va a suponer pasar del actual 20% de aporte de las renovables al mix eléctrico español a un 42% en 2020; va a suponer pasar del actual 3,6% de renovables en usos térmicos (calefacción y refrigeración) a un 6% y llevar el actual 0,6% de biocarburantes al 10%”.
