El objetivo del Perte de Economía Circular (que fija ayudas de 492 millones de euros y movilizará recursos superiores a los 1.200 millones hasta 2026) es "acelerar la transición hacia un sistema productivo más eficiente y sostenible en el uso de materias primas". El proyecto estratégico busca así mismo "incrementar la competitividad de los sectores industriales y la empresa en general, y asegurar una mayor autonomía estratégica del país en un contexto de alta incertidumbre internacional". En ese sentido, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, sostiene que “este Perte contribuirá de manera decisiva a los esfuerzos del Gobierno para fortalecer la autonomía estratégica de España en cuanto a disponibilidad de materias primas y reduce nuestra vulnerabilidad ante las crisis globales”.
La Economía Circular supone un cambio de paradigma de producción y consumo en el que materiales y recursos se mantienen en la economía durante el mayor tiempo posible, se reducen al mínimo los residuos generados y se valorizan aquellos que son inevitables recuperando sus componentes para volver a introducirlos en el ciclo productivo. En ese sentido, la vicepresidenta Ribera ha subrayado que “el actual modelo económico de crecimiento lineal es insostenible. España no es ajena a esta realidad y por ello trabajamos en la búsqueda de soluciones integrales que cuenten con participación de todos los actores”.
Tres objetivos
De este modo, el PERTE apuesta por los tres objetivos fundamentales para el avance de la Economía Circular en la industria española: (1) el fomento del ecodiseño de los productos para hacerlos más duraderos y reparables desde su mismo origen, reduciendo los residuos; (2) la mejora de la gestión de residuos mediante plantas de tratamiento que incrementen la reutilización, el reciclado y la incorporación de materias primas recuperadas en la producción de nuevos bienes; y (3) el impulso de la digitalización vinculada a ambos objetivos, que permitirá mejorar la competitividad e innovación del tejido industrial en cualquier sector.
Para lograr estos objetivos, el proyecto estratégico ahora aprobado fija ayudas de 492 millones de euros y movilizará recursos superiores a los 1.200 millones entre inversión pública y privada que se desarrollarán desde este año y hasta 2026. En esta línea, el plan se compone de 18 instrumentos distribuidos en dos líneas de acción: actuaciones en sectores claves, que cuenta con una presupuesto de 300 milllones, y actuaciones transversales para impulsar la economía circular en la empresa, dotada con 192 millones.
Transversalidad
Según el Gobierno, debido a la propia naturaleza transversal que caracteriza a la economía circular, una de las dos líneas de acción del proyecto estratégico de Economía Circular estará "específicamente dirigida en los procesos productivos". Esta línea incorpora un programa de ayudas para el impulso de la economía circular en el ámbito de la empresa, con el objetivo de mejorar la competitividad y la innovación del tejido industrial y se distribuirá en cuatro categorías: reducción del consumo de materias primas vírgenes; ecodiseño; gestión de residuos; y digitalización.
Las medidas contempladas en el plan se encuadran principalmente en la componente 12 del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia (PRTR). "Sin embargo -matizan desde el Gobierno-, van más allá y permean otros componentes del plan generando sinergias con otros Perte en ámbitos como la construcción; la agricultura, la ganadería y la pesca; la gestión hídrica; la energía y las renovables; el turismo o la recapacitación, la formación profesional y el empleo verde". Esta línea activará ayudas a las empresas por valor de 100 millones de euros en una primera convocatoria, ampliables en 92 millones adicionales en función de la acogida y demanda.
Sectores estratégicos
La otra línea de actuación, financiada con 300 millones de euros, es un instrumento diseñado para impulsar la implantación de esquemas circulares en nuestro país, en particular en tres industrias específicas que abordan serios retos de sostenibilidad: la textil-moda, la del plástico y la de las energías renovables.
En estos tres sectores confluyen un elevado nivel de implantación en nuestro país, grandes expectativas de crecimiento potencial con la generación de un elevado volumen de residuos y la necesidad de dar un mayor impulso a la circularidad.
Por otro lado, las dificultades en el acceso a la tecnología necesaria, junto al elevado coste que hoy en día caracteriza los procesos precisos para la reutilización y el tratamiento de sus residuos, hace imprescindible el apoyo público a proyectos que promuevan esta transformación, complementando así los esfuerzos empresariales en este ámbito. Las ayudas sumarán 100 millones por cada uno de estos sectores.
Textil y moda
El sector textil, uno de los de mayor importancia en nuestro país, plantea retos ambientales debido al impacto que provoca su modelo de producción y consumo rápidos. Para mejorar su competitividad a nivel internacional y ofrecer al consumidor productos textiles seguros, de alta calidad y asequibles, el Perte actuará para incorporar al sector materias primas con bajo impacto, invertirá en tecnologías e infraestructuras que faciliten la reutilización y el reciclaje e impulsará medidas para mejorar la trazabilidad de productos y materiales.
Plástico
Por su parte, el sector del plástico está comprometido en la búsqueda de alternativas eficientes para el reciclaje y la valorización de sus residuos, debido a los elevados impactos medioambientales derivados de su abandono, a las exigencias cada vez más altas en las tasas de reciclado o a la necesidad de satisfacer la demanda de materias primas de calidad para el sector alimentario. Es por esto que el Perte de Economía Circular contempla medidas como fomentar el ecodiseño, promover el impulso de envases reutilizables y pontenciar el reciclado mecánico y químico.
Bienes de equipo para energías renovables
En cuanto a las energías renovables, el despliegue que está viviendo el sector en la actualidad exige gestionar los residuos generados por estas tecnologías cuando las instalaciones llegan al final de su vida útil. Componentes como las palas de los aerogeneradores eólicos, paneles fotovoltaicos o baterías de almacenamiento deberán integrarse en un esquema de producción y reutilización circular, en coherencia con el liderazgo de nuestro país en la generación de energía de fuentes renovables. Por ello, el plan fomentará el ecodiseño de estos productos asociados al sector de la energía limpia, así como el desarrollo de instalaciones y sistemas quepermitan incrementar la reutilización y el reciclaje de estos productos.
Además, en lo tocante a las baterías, el Perte permitirá financiar instalaciones de tratamiento, inexistentes hoy en España, que faciliten la recuperación de materiales valiosos como el litio o el ión litio, y también el desarrollo de sistemas para implementar la segunda vida de las baterías procedentes de la movilidad eléctrica que pueden emplearse para otros usos.
Clave de recuperación
El Gobierno considera que la economía circular "será una de las claves de la reactivación en España, favoreciendo nuevos nichos de empleo y aportando resiliencia al aliviar la dependencia de nuestra economía del exterior en un momento de incertidumbres en la disponibilidad de materias primas y otros insumos".
Se calcula que la aplicación de los principios de circularidad a toda la economía de la Unión Europea podría aumentar el PIB comunitario en un 0,5% adicional de aquí a 2030 y crear unos 700.000 nuevos puestos de trabajos de los que al menos un 10% podrían ser españoles.
El Gobierno de España adoptó en junio de 2020 la Estrategia Española de Economía Circular – España Circular 2030, un esquema que marca objetivos cuantitativos para alcanzar un nuevo modelo de producción sostenible ambiental y económicamente.