Las 18 horas y 53 minutos del día 17 de diciembre de 2007. Ese fue el momento -el instante preciso de toda la historia de este país- en el que más electricidad demandamos a la vez los españoles, el instante en el que más aparatos enchufamos simultáneamente. Lo registró Red Eléctrica de España (REE), el operador del sistema eléctrico nacional. Máximo de potencia instantánea demandada: 45.450 megavatios. Solo unos meses después empezaron a sonar las primeras señales del desconcierto y, en septiembre de 2008, llegó la bancarrota de Lehman Brothers, a la que seguiría una crisis que, casi doce años después, parece aún lejos de haber sido resuelta. La demanda de potencia instantánea en España nunca ha vuelto a ser la que fue aquel día. Ni mucho menos. Es más, en el último quinquenio no hemos alcanzado tampoco los 44.000, ni los 43.000, ni los 42.000 megavatios de potencia instantánea demandada. En 2019, ni siquiera los 41.000. Porque, según el primer balance provisional de REE, el máximo se ha quedado en 40.455 megavatios, un 11% por debajo del techo fijado en 2007. Otro registro que ha caído en 2019 ha sido la demanda, que se ha quedado en los 264.843 gigavatios hora, un 1,5 % inferior a la de 2018. Más aún -matizan desde REE-, "si se tienen en cuenta los efectos de la laboralidad y las temperaturas, su descenso es del 2,5% respecto al año anterior".
Baja la demanda, pues, y crece el parque de generación limpia
Según los datos publicados esta semana por Red Eléctrica de España, en la actualidad, el contingente renovable asciende a un total de 55.247 MW (55 gigas sobre el total de 110). 55 gigas, de los que un 46% son eólicos, un 16% son fotovoltaicos y el resto (38%) corresponden a otras tecnologías renovables. Durante el año 2019, el incremento (+5,6%) de la potencia instalada nacional se ha debido precisamente a los 6.456 megavatios mencionados. De ellos, 5.689 correspondieron a las subastas celebradas en el año 2017 y el resto, 767 megas, a instalaciones renovables no adscritas a este procedimiento. Esta potencia equivale a 189 instalaciones, de las cuales 86 son eólicas (2.319 MW), 93 fotovoltaicas (3.975 MW) y 10 corresponden a otras tecnologías renovables (162 MW). Durante 2019, la producción renovable nacional ha sido de 97.826 gigavatios hora, lo que supone un peso en el mix de generación del 37,5% (el 62,5% restante ha sido producido en centrales nucleares o instalaciones que queman combustibles fósiles). El segundo combustible más empleado para producir electricidad en España en el año 2019 ha sido el gas natural (tecnologías de cogeneración y ciclo combinado; entre ambas, 33,3%). En tercer lugar ha quedado la nuclear (21,4%).
Máximos históricos en 2019
El parque nacional de generación renovable ha roto varios techos históricos en 2019, según los datos de Red Eléctrica de España, "tanto en la generación eólica como en la fotovoltaica", explica el operador. En concreto, el domingo 3 de noviembre, a las 5.20 horas, la eólica cubrió la demanda instantánea en la península en un 75,97%, el mayor valor alcanzado hasta la fecha. Asimismo, poco antes de acabar el año, el jueves 12 de diciembre, a las 16.21 horas, se alcanzó un nuevo máximo histórico de potencia de generación eólica, también en la península, con un valor de 18.879 MW. Ese mismo día, esta tecnología -continúa REE- superó su techo de generación entre las 16 y las 17 horas, alcanzando los 17.908 MWh. Un día más tarde, el viernes 13, también batió su máximo diario llegando a los 396.898 MWh y, además, registró el máximo del año de producción renovable con 535 GWh.
Por su parte -añaden desde Red Eléctrica de España-, la solar fotovoltaica nacional ha incrementado su producción un 18,8%, registrando el valor de generación anual más elevado hasta la fecha. "Entre los récords históricos alcanzados por esta tecnología -continúa Red Eléctrica- destacan varias fechas: el viernes 23 de agosto registró su máximo de producción diaria peninsular con 34.758 MWh; ese mismo mes contabilizó el máximo mensual alcanzado hasta la fecha, con un total de 972.519 MWh, y, así mismo, el 26 de octubre obtuvo un nuevo máximo de producción horaria, entre las 13 y las 14 horas con 4.185 MWh".
Curiosamente, el operador del sistema eléctrico nacional omite en este adelanto de su balance 2019 otra tecnología renovable que ha establecido así mismo nuevos máximos históricos: la termosolar, que en 2019 ha generado 5.166 gigavatios hora, lo que representa un incremento del 16,8% sobre la producción registrada en 2018 y un +3,8% respecto a la media de los últimos 5 años. Incrementos no debidos al crecimiento de la potencia instalada, pues en España en 2019 la industria del sector no ha instalado un solo megavatio termosolar. Se deben a las mejoras en la operación y el mantenimiento (OyM).
Los datos, omitidos por REE, los proporcionaba hace unos días la asociación de la industria de ese sector, Protermosolar: "un año más -señalaba en un comunicado-, la generación termosolar en España ha demostrado su fiabilidad, al alcanzar contribuciones puntuales de cerca del 10% y un 2,1% del total de generación eléctrica en España en 2019, consolidando su imagen de tecnología fiable tras más de 10 años de operación" (algunas centrales termosolares llevan efectivamente ya más de diez años operando). La asociación insistía en ese comunicado sobre el asunto de la OyM: "las actuales instalaciones termosolares, algunas de ellas con más de una década de operación, siguen operando sin dar señales de degradación e incorporando experiencias de funcionamiento que las hacen más eficientes".
La termosolar se postula como tecnología de respaldo, por su condición de "almacenable": las centrales termosolares disponen de enormes tanques de sales térmicas en los que almacenan el calor del Sol durante el día para liberarlo por la noche y producir con él electricidad entonces.
Así, esta tecnología renovable, que lleva ya muchos años operando fiablemente, como insisten desde Protermosolar, se oferta como tecnología de respaldo para cuando no sopla el viento o brilla el Sol. En esos casos, las termosolares tienen la capacidad de generar energía eléctrica (por la noche o cuando está nublado, a demanda, en definitiva) gracias a sus almacenes de sales. Y, así, ocuparían el lugar que ocupan ahora otras tecnologías de respaldo (otras tecnologías"almacenables"), como el gas natural o la nuclear. Pero lo harían con una ventaja: la termosolar es una tecnología limpia, a diferencia de sus alternativas. Porque las centrales nucleares producen residuos peligrosos y de larga duración, y los ciclos combinados que queman gas natural emiten gases de efecto invernadero, desencadenantes de cambio climático.
El respaldo pues tiene tres aspirantes
La nuclear cerró hace unos meses trato con la ahora vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, y no dejará de operar hasta 2030-2035 (aunque el PSOE llevaba en su programa que cerraría el parque atómico en 2028). Y el gas, que ha ido perdiendo hueco a lo largo de todos estos años en el mix eléctrico porque ahí han entrado muchas renovables (con prioridad de despacho) y porque el carbón estaba muy barato, pues está haciendo ahora su agosto. De hecho, su aportación al mix ha crecido más de un 90% en 2019. La apuesta del PP por el gas siempre ha estado clara. De hecho, en todos sus programas electorales ocupa un lugar destacado. Y sus gobiernos lo han demostrado. El PP de Rajoy tardó un quinquenio en convocar la primera subasta de potencia renovable, pero, cuando lo hizo, no convocó ni una sola de termosolar (sí de biomasa, sí de eólica, sí de fotovoltaica, pero no de termosolar).
Y Sánchez, que lleva ya año y medio en el gobierno, tampoco ha convocado subasta alguna. ¿Beneficiarias? La nuclear y el gas. Cuanto más se congele el despliegue de la termosolar, que sigue necesitando de cierto apoyo (como lo tuvieron en su momento eólica y fotovoltaica) más tiempo tendrán ambas para rebañar facturas y mejorar sus balances de resultados. La termosolar pide subastas y presume de su condición de energía limpia y de su condición de almacenable:
Protermosolar: «Las nuevas centrales termosolares, provistas de grandes sistemas de almacenamiento y despachando la electricidad a partir del atardecer, aliviarían las rampas que provocarían diariamente la caída de producción de la fotovoltaica por la tarde y evitarían, en gran medida, las emisiones que, de otra forma, irían asociadas a la combustión de gas en los ciclos combinados (...). Las centrales termosolares podrían actuar incluso de reserva estratégica a disposición del operador del sistema para los momentos de máxima demanda al poder mantener una parte importante de su capacidad durante días, semanas o meses, para cuando fuese requerido con disponibilidad absoluta».
Red Eléctrica de España ha olvidado a la termosolar en el adelanto que ha publicado esta semana de su balance 2019, cuando la termosolar, de entre todas las renovables de última generación, es la única capaz de prestar respaldo al sistema y se postula además como herramienta de gestión para la integración de energías renovables en la red: "implantar sistemas de almacenamiento en aquellas centrales que actualmente no disponen de él o hibridar algunas centrales con biomasa -explican desde Protermosolar- reforzaría su valor para el sistema. Asimismo -continúa la asociación-, el incorporar el autoconsumo fotovoltaico en las centrales actuales incrementaría su producción síncrona y gestionable. Respecto a la flota futura, su despacho complementario a la fotovoltaica contribuiría a la integración de energía renovable en el sistema, optimizando las infraestructuras de transmisión, existentes y futuras, y contribuyendo a la estabilidad de la red", todo lo cual atañe, precisamente, a Red Eléctrica de España, responsable máxima de la optimización de las infraestructuras de transmisión, de la estabilidad de la red y de la integración de las nuevas energías renovables (la nota de prensa en la que REE presenta su adelanto del balance 2019 se titula (léase URL) precisamente "Integración de Renovables 2019").
España cierra 2019 inmersa en una transición energética cuyo horizonte -eólico y fotovoltaico- necesitará de un respaldo. La apuesta PP por el gas y PSOE por la nuclear (el PSOE dijo cerraremos todas las nucleares en 2028 y ha acabado acordando el cierre en 2035) deja de momento fuera de juego a la termosolar. Entre tanto, crece el parque de generación. Hasta los 110 gigavatios, aunque la demanda anda por los 40.