El índice de desempeño en materia de cambio climático valora a los 56 países (más la Unión Europea) responsables del 90% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). Ese índice tiene en cuenta cuatro categorías: emisiones de GEI (40%); energía renovable (20%); uso de energía (20%); y política climática (20%). Esta última valoración se sustenta en evaluaciones de expertos realizadas por oenegés y grupos de reflexión de los respectivos países. Este índice (Climate Change Performance Index, CCPI) se define como "un instrumento diseñado para mejorar la transparencia en materia de políticas climáticas" y es obra de Germanwatch, NewClimate Institute y Climate Action Network. El Índice de Actuación frente al Cambio Climático (CCPI) 2019 reconoce que "se ha producido un crecimiento continuo de la energía renovable, especialmente en los países que antes tenían una baja puntuación", pero denuncia al mismo tiempo "una falta de voluntad política en la mayoría de los Gobiernos para eliminar los combustibles fósiles a la velocidad necesaria".
Según uno de los coautores de este informe, Jan Burck, de la oenegé Germanwatch, si tenemos en cuenta los desarrollos tecnoeconómicos de los últimos años, "el retraso en la implementación de soluciones con bajas emisiones de carbono difícilmente puede justificarse". Más claro aún: "si bien la cumbre del G20 ha demostrado un fuerte apoyo de 19 países al Acuerdo de París -apunta Burk-, la voluntad política de esos Gobiernos para su implementación nacional aún no se ha visto reflejada".
Así, tras tres años consecutivos de emisiones de CO2 estables, estas han vuelto a aumentar.
La situación es crítica, según otro de los coautores del CCPI, el profesor Niklas Höhne (del instituto NewClimate): "antes de París, el mundo se dirigía a 4-5°C de calentamiento global. Ahora todavía estamos en un camino a más de 3°C, lo que representa una perspectiva catastrófica, y eso a pesar de que los costes de la electricidad producida por la energía eólica y solar se han reducido en casi un tercio desde entonces, para que todos los países puedan aumentar el ritmo de instalación ".
Así las cosas -explica el informe-, la brecha entre los niveles de emisión actuales y lo que se necesita para encaminar al mundo a una ruta por debajo de 2°C o incluso de 1,5°C se está ampliando. Los autores apelan al liderazgo de la Unión Europea: "es muy importante que la Unión Europea mejore su compromiso climático actual para mostrar liderazgo", ha dicho Stephan Singer, de Climate Action Network (CAN), coeditor del CCPI.
Resultados clave del índice de desempeño en materia de cambio climático (CCPI) 2019
Ninguno de los 56 países analizados o de la UE se encuentra claramente en una trayectoria que consiga ir por debajo de los 2°C. Con clasificaciones buenas en emisiones y energías renovables, Suecia lidera el escalafón (rango 4), seguido por Marruecos, que aumentó significativamente su participación en la capacidad de energía renovable y tiene un ambicioso objetivo climático nacional. India avanza (11) gracias a la energía renovable, niveles comparativamente bajos de emisiones per cápita y un objetivo de mitigación relativamente ambicioso para 2030.
Alemania vuelve a caer, desde el puesto 22 al 27 (sus emisiones no han disminuido desde 2009), y obtiene una calificación media con respecto a la energía renovable y la política climática. China sube al rango 33 por la tendencia descendente de emisiones de 2014 a 2016 -con un exitoso plan de apoyo a la energía renovable-, aunque comenzaron a aumentar de nuevo recientemente.
En el grupo de países con muy bajo rendimiento en ambición climática aparecen casi la mitad de los países del G20: Japón (49), Turquía (50), Federación de Rusia (52), Canadá (54), Australia (55), Corea (57) y - en el parte inferior del índice – Estados Unidos (59) y Arabia Saudí (60).
Los expertos de Estados Unidos han calificado a la baja la política climática de la Administración Trump, aunque resaltan algunas señales positivas debido a la acción climática en varios estados y ciudades, debido al impulso que los demócratas prometen con su nueva mayoría en la Cámara de Representantes.
España sube, pero con deberes importantes para conseguir liderar
España ha subido ligeramente en la clasificación, gracias especialmente al nuevo impulso a la ambición climática y las energías renovables, con las políticas y legislación introducidas después del cambio de gobierno del pasado verano. No obstante, los últimos datos disponibles a nivel estatal indican que, a finales de 2017, las emisiones seguían la preocupante tendencia al alza de los últimos años.
Según David Howell, responsable de Cambio Climático de SEO/BirdLife: “felicitamos al nuevo Gobierno por las iniciativas de los últimos meses que han hecho que España suba ligeramente en la clasificación este año, pero para seguir esta tendencia y convertirse en un auténtico líder climático -tal y como aspiraba el ex presidente Rajoy y hace pocos días proclamaba el presidente Sánchez-, se tiene que avanzar con decisión en varios frentes, en competencias de casi todo el Gobierno y de las autonomías y municipios”.
Para SEO/BirdLife, organización que forma parte de la coalición Climate Action Network, los deberes clave en el próximo año son los siguientes
• Lanzar a información pública, debatir, tramitar y aprobar una Ley de Cambio Climático y Transición Energética ambiciosa, junto con un Plan Nacional Integral de Energía y Clima.
• Aprobar una Estrategia de Transición Justa y una Estrategia a Largo Plazo para reducir las emisiones a "neto cero" para mediados de siglo que garanticen una transición energética respetuosa con las personas, los territorios y el medio natural.
• Introducir las reformas fiscales y los incentivos necesarios para avanzar de forma rápida, ambientalmente responsable y socialmente justa en la eficiencia energética de los edificios, el transporte de emisiones cero y la economía circular.
• Defender los principios de transición ecológica en la posición española frente a la reforma de la Política Agrícola Común, sobre todo para reducir los incentivos a la actividad agraria intensiva y contaminante e incentivar los sistemas productivos que ayudan a frenar y revertir los declives en el agua y el suelo; la pérdida de biodiversidad, y el aumento de los agroquímicos y las emisiones de los fertilizantes y la ganadería intensiva.
• Lanzar un plan de conservación y restauración de ecosistemas y hábitats, clave en la lucha contra el cambio climático por su papel en la absorción del carbono y como defensas naturales contra los impactos de eventos extremos y cambios a largo plazo.
• Empezar a revertir la lamentable trayectoria de España de inversión en I+D+i de los últimos años, para que el conocimiento figure como eje imprescindible en la transformación del modelo productivo hacia una economía y una sociedad respetuosa con el planeta.
Según la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, "los deberes son claros, tanto para el Gobierno, como para todas las fuerza políticas del arco parlamentario, las comunidades autónomas y municipios, los sectores económicos y la sociedad civil. Si España apuesta fuerte por la transición energética y la descarbonización, y si lo hace de forma justa y de acuerdo con principios de buena gobernanza y transición justa y ecológica -añade Ruiz-, empezará a contestar a las preocupaciones principales de la sociedad española. Sondeo tras sondeo, se ha visto que estas son la corrupción, la política, el paro y el cambio climático; retos que requieren de liderazgo, diálogo y consensos duraderos. Instamos al presidente Sánchez a tomar la iniciativa”.
Sobre el Índice de Actuación frente al Cambio Climático 2019
El CCPI evalúa hasta qué punto los respectivos países están tomando medidas adecuadas dentro de las categorías de emisiones, energías renovables y uso de energía para estar en el camino hacia el objetivo global de París de limitar el calentamiento global a muy por debajo de 2°C.
Según el Fondo Monetario Internacional, España es la décima tercera potencia económica del mundo.