Endesa distribuye electricidad en 27 provincias españolas de 10 comunidades autónomas -Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia y Navarra-, lo que implica una extensión de 194.687 kilómetros cuadrados y una población superior a 22 millones de habitantes. El número de clientes con contratos de acceso a las redes de distribución de Endesa en 2017 fue de 12.359.985 y la energía total distribuida por las redes de Endesa, medida en barras de central, alcanzó los 117.961 gigavatios hora, un 2% más que en 2016. La red de distribución de Endesa tiene 317.782 kilómetros de longitud. Pues bien, en 2017 –informa Endesa-, una de cada cinco inspecciones realizadas por la empresa permitió destapar un caso de fraude.
En concreto, Endesa “detectó cerca de 68.000 fraudes eléctricos y recuperó 761 millones de kWh defraudados, una cifra que equivale al consumo eléctrico de Palma de Mallorca durante seis meses”. El 40% de los fraudes se produce mediante “enganches ilegales a la red por parte de usuarios sin contrato, y el resto, de otro tipo de fraudes, como dobles acometidas o manipulación de los equipos de medida”. La compañía explica en un comunicado que, “en los últimos tres años, las pérdidas de energía contabilizadas por Endesa se han reducido en casi un 7% gracias al refuerzo de los medios para combatir el fraude”, un esfuerzo que –anuncian desde Endesa- continuará en los próximos ejercicios, “ya que la reducción de pérdidas de energía en la red y la lucha contra el fraude son una de las prioridades de Endesa en la red de distribución en los próximos años”.
Empresas industriales y de servicios, así como negocios y particulares con consumos elevados
La compañía asegura por otro lado que, ”a diferencia de lo que inicialmente podría creerse, el grueso del fraude eléctrico en España no lo cometen consumidores que se hallan en situación de vulnerabilidad energética, sino grandes consumidores, es decir, empresas industriales y de servicios, así como negocios y particulares con consumos elevados”. Frente a ello, la compañía italiana explica que no solo ha aumentado las inspecciones, sino que, además, está haciendo “un uso intensivo de las nuevas tecnologías y la utilización de herramientas de análisis masivo de datos (Big Data) que hacen que la detección del fraude sea cada vez más efectiva”.
Entre las nuevas tecnologías, Endesa (que es filial de Enel) destaca los videoscopios y trazadores, “que permiten inspeccionar instalaciones subterráneas, empotradas en las paredes o inaccesibles a simple vista, para detectar, entre otras manipulaciones, la existencia de dobles acometidas”. A su vez –señala en su comunicado-, las herramientas de análisis masivo de datos están permitiendo a la compañía “agrupar los datos históricos de consumo y contrato de las instalaciones sobre los que se aplican algoritmos de cálculo para la identificación de posibles fraudes”.
El año pasado, Endesa recibió 50.649 avisos de “anomalías” por teléfono y correo electrónico. Estos avisos derivaron en cerca de 17.000 inspecciones y permitieron detectar más de 6.000 fraudes.
Endesa es propiedad de Enel, compañía italiana cuyo accionista mayoritario es el Ministerio de Hacienda de Italia. Última cuenta de resultados (2017)