Las trayectorias económicas regionales divergentes y el despliegue acelerado de tecnologías limpias y de ahorro de energía se están combinando para desacelerar progresivamente el ritmo de crecimiento de la demanda de petróleo, con una meseta que emerge en los últimos años del pronóstico de la AIE, que se extiende hasta 2030. Las economías emergentes de Asia, en particular China e India representan todo el crecimiento de la demanda global. En cambio, la demanda de petróleo en las economías avanzadas cae bruscamente.
Sin embargo, lejos de acabarse, aún queda petróleo para rato y pronto sobrará por todas partes. Según sus datos recogidos en su informe 'Petróleo 2024: Análisis y previsión hasta 2030', la capacidad de oferta total aumentará hasta la desbordante cifra de 113,8 millones de barriles diarios (mb/d) para 2030, una estimación que supera en 8 mb/d la demanda mundial proyectada de 105,4 mb/d para el final de la década.
Además, el último informe mensual de estadísticas petroleras de la AIE -que incluye datos de marzo de 2024- muestra que, para el total de la OCDE, la producción total de petróleo crudo, Gas Natural Liquado (GNL) y materias primas de refinería aumentó un 3,5% en marzo de 2024 en comparación con marzo de 2023.
También indica que la producción bruta de refinería del total de productos aumentó un 0,9% interanual, aunque las entregas netas del total de productos disminuyeron un 3% en marzo de 2024 en comparación con marzo de 2023. Además, los niveles nacionales de existencias de petróleo crecieron 1.429 kilotoneladas (kt) en marzo de 2024 en comparación con los niveles de existencias de cierre en febrero de 2024 y cerraron en 466,2 millones de toneladas métricas.
Respecto al exceso de oferta global proyectado para 2030 que recoge el informe 'Petróleo 2024: Análisis y previsión hasta 2030', un colchón tan grande como el proyectado por la AIE podría alterar la actual estrategia de gestión del mercado de la OPEP destinada a respaldar los precios. Por ahora, la alianza de productores ha trazado una hoja de ruta para deshacer los recortes voluntarios adicionales de hasta 2,2 mb/d desde el cuarto trimestre de 2024 hasta el tercer trimestre de 2025. Pero esta perspectiva está sujeta a su advertencia de que los aumentos de producción pueden pausarse o revertirse según las condiciones del mercado.
Según el análisis de la AIE, un entorno de precios más bajos en última instancia desafiaría a la industria estadounidense, tradicionalmente la que responde más rápidamente a las circunstancias cambiantes del mercado. La forma en que la industria se adapte y ajuste al nuevo panorama de suministro tendrá consecuencias de amplio alcance para los productores y consumidores a nivel mundial durante el resto de la década y más allá.
Las renovables y su relación con una menor demanda de petróleo
Sin embargo, a pesar de la dirección en la que parece apuntar la producción mundial para finales de la década, el informe también señala que según las condiciones y políticas actuales del mercado, la demanda mundial de petróleo podría estabilizarse cerca de los 106 mb/d para 2030 debido a una transición acelerada hacia tecnologías de energía limpia, en la forma de coches eléctricos y motores más eficientes, así como el peso cada vez mayor de las renovables para generar electricidad.
No obstante, se prevé que la demanda total de petróleo aumentará en 3,2 mb/d entre 2023 y 2030, respaldada por un mayor uso de combustible para aviones y materias primas del floreciente sector petroquímico. De hecho, el consumo de nafta, gas licuado de petróleo (GLP) aumentará en 3,7 mb/d durante el período previsto, impulsado también por el crecimiento en el uso de GLP para cocinar de forma limpia.
Este crecimiento de la demanda de petróleo estará dominado por las economías asiáticas, especialmente India y China, a medida que continúe el giro de la demanda de petróleo hacia los mercados emergentes. En concreto, según apunta la AIE, entre 2023 y 2030 la demanda de petróleo de las economías emergentes y en desarrollo se habrá multiplicado por 2,5. Sin embargo, la demanda de estas dos potencias económicas asiáticas se desarrollará de maneras muy diferentes.
En China, el crecimiento será impulsado por el sector petroquímico a medida que el rápido despliegue de tecnologías de energía limpia y las enormes inversiones en infraestructura en trenes de alta velocidad reducen la demanda de combustibles para el transporte.
En la India, los combustibles para el transporte desafiarán la tendencia mundial y aumentarán considerablemente. Otras economías emergentes y en desarrollo de Asia también obtendrán ganancias significativas.
Por el contrario, la demanda en las economías avanzadas continuarán las caídas de las últimas décadas, cayendo de 45,7 mb/d en 2023 a 42,7 mb/d en 2030. Aparte de durante la pandemia, la última vez que la demanda fue tan baja fue en 1991.
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