La nueva edición del Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España, presentado por el presidente y director general de APPA, Santiago Gómez y Jose María González Moya, respectivamente, constata que las energías renovables han abandonado los años negros y viven un buen momento. Sobre todo las utilizadas para generar electricidad, cuya capacidad instalada creció en 7.051 MW en 2019. Una cifra que, de acuerdo con APPA, "da una idea del amplio mercado que puede liderar España si consigue vincular el desarrollo renovable a la regeneración industrial nacional".
Con un crecimiento real del 15,6%, las renovables aportaron 12.540 millones de euros al PIB de España el año pasado, rompiendo la barrera psicológica del 1%. Dieron trabajo a 95.089 personas, tanto de forma directa como en empleos inducidos en otros sectores de actividad y, en sus distintos usos (eléctrico, térmico y de transporte) nos ahorraron 8.702 millones de euros en importaciones fósiles, más otros 1.017 millones de euros en derechos de emisión, si bien, como matizó González Moya, esto se debe, sobre todo a un fuerte incremento en el precio medio del CO2 (en 2018 la tonelada de CO2 costaba en torno a 15 euros y en 2019, 24 euros).
Respecto a la balanza comercial, la aportación del sector también fue positiva, con un saldo exportador neto de 1.186 millones. Las exportaciones se redujeron hasta los 4.273 millones y las importaciones aumentaron con fuerza hasta los 3.087 millones; unas variaciones relacionadas con la fuerte actividad instaladora en el ejercicio 2019, sobre todo debido al enorme crecimiento de la solar fotovoltaica y a los muchos módulos que importamos de China, aunque también importamos tecnología europea.
En cuanto a las exportaciones, los principales destinos son Latinoamérica, Europa y EEUU, según destacó el director general de APPA. Pero el sector renovable no puede compensar, por sí solo, el fuerte déficit energético (-23.242 millones) que sigue teniendo España y que supone el 72,6% de todo el déficit comercial español (-31.980 millones). El principal responsable de ello es el gas natural, cuya sustitución por renovables térmicas es mínima. En concreto, el gas natural representó el 24,5% del consumo de energía primaria en 2019 y el petróleo, con un 44,6%, casi el doble. El del carbón cayó hasta el 3,8%.
González Moya considera, no obstante, que el porcentaje de energías renovables sobre la energía final bruta, que se situó en el 18,1% en 2919, "es un buen dato" para alcanzar el 20% establecido como objetivo para 2020. Además, la contracción de la demanda de energía (derivada del Covid-19) puede empujar también a que 2020 termine en ese porcentaje, según el director general de APPA.
Primeras en generación de electricidad
En el mercado eléctrico, las renovables aportaron en 2019 el 37% de nuestra electricidad, lo que las convierte en las primeras tecnologías del mix, por delante de la nuclear, que generó el 20,9%, y los ciclos combinados, cuya aportación fue del 20,6%. Las renovables recibieron por esa generación 5.732 millones de euros de retribución específica, pero debido al efecto depresor de estas energías, redujeron el precio del mercado en 4.365 millones.
Las subastas de 2016 y 2017 han sido determinantes para el avance de las energías limpias, al "marcar un ritmo trepidante en la integración de energías renovables", según destaca APPA en el informe. "La fecha límite del 31 de diciembre de 2019 aceleró los proyectos y permitió ver un nuevo récord de nueva potencia renovable en nuestro país: 7.051 MW renovables, tanto en grandes plantas conectadas a red como en instalaciones distribuidas de autoconsumo".
Ahora bien, si nos fijamos en el consumo de la energía final, los números son muy diferentes y dejan claro que a las renovables térmicas les queda un largo camino por recorrer. De momento, solo suponen el 6,9%. Los productos petrolíferos, con un 54,1%, siguen dominando claramente el escenario energético. La electricidad, incluidas las renovables, suponen un 22,2%; el gas natural, un 15,3%; y el carbón, el 1,5%.
"Gran parte de la discusión sobre renovables se centra en la electricidad, obviando el hecho de que más del 75% de nuestras necesidades energéticas son no eléctricas. Por lo tanto, alcanzar los objetivos fijados —del 42% de renovables en energía— implicará afrontar de forma decidida el reto de integrar renovables en los usos térmicos y el transporte", destaca APPA en su informe.
Si queremos avanzar hacia nuestras metas de descarbonización, la asociación pide, asimismo que "hagamos realidad el adagio de quien contamina, paga", apostando, claramente, por una fiscalizad energética adaptada a esos objetivos.