La pandemia, el posterior confinamiento y la paralización de las actividades económicas no esenciales han inducido efectos nunca observados sobre el sector eléctrico: desplome de la demanda, cambios sin precedentes en la estructura de generación, caída de los precios y la reducción de las emisiones de gases contaminantes, caída en el uso de combustibles fósiles en la industria y en el transporte. Para el Observatorio Sostenibilidad (OS) este parón en la actividad ha sido un "gran experimento de campo" que ofrece “una oportunidad histórica para estudiar en detalle el impacto que han tenido las medidas de confinamiento sobre el sistema eléctrico nacional, la estructura de generación, el comportamiento de la demanda y sobre los precios, y cuya dimensión puede brindar lecciones y experiencias de gran utilidad para el futuro”.
El Observatorio de la Sostenibilidad presentó ayer, 1 de junio, día 79 de confinamiento, un primer estudio sobre ese impacto: «Energía y Covid-19. Lecciones aprendidas». El trabajo ha sido realizado por Juan Antonio Avellaner, doctor ingeniero industrial, con amplia experiencia en planificación energética, energías renovables y desarrollo regional, por encargo del Observatorio de Sostenibilidad.
Según Fernando Prieto, doctor en Ecología, miembro del Observatorio, las lecciones aprendidas deben servir para el futuro postcovid: "se hace necesario trasladar los bajos precios a los usuarios, además de mantener y aumentar el nivel de descarbonización de la producción de energía eléctrica con menores emisiones de gases de efecto invernadero; eliminar el 2% de la generación por carbón y posteriormente el 14% de la de gas y fuel, además se deben trasladar las caídas de precios a los consumidores, potenciar las renovables no intermitentes como la termosolar y la hidráulica de bombeo, y dar un impulso inequívoco a la energía distribuida y al autoabastecimiento, sobre todo en tejados y cubiertas solares para avanzar en la indedependencia energética”.
Estos son algunos de los hallazgos principales recogidos en el informe
• El descenso de la demanda eléctrica del 17,5% en abril constituye la mayor caída histórica mensual observada desde que existe información estadística.
• Durante el período de confinamiento (marzo y abril) el consumo de energía final ha caído un 17,6% y un 45%, respectivamente, sobre los mismos meses de 2019, según estimaciones del Observatorio Sostenibilidad (OS). La demanda energética total en abril ha sido la más baja en los últimos 20 años y ha inducido una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero del 42% asociadas a la energía, que han sido las más bajas desde 1990.
• Otro hito singular es que en abril se alcanzó el máximo histórico de penetración diaria de las renovables, con un 70,9%. Su aportación superó el 70% durante más de 7 horas, confirmando la estabilidad y gestionabilidad de la red en esas condiciones. La generación fotovoltaica logró atender al 27,6% de la demanda, un hecho que se produce por primera vez desde que existen datos.
• Se ha constatado que los bajos precios alcanzados durante el confinamiento no repercutieron en la factura de los consumidores finales. Los precios en origen cayeron en abril un 56,6% interanual que no se vieron reflejados en los recibos finales de los usuarios.
• El OS estima una caída del consumo energético en una banda del 4,8%-10,3% para este año, dependiendo de la situación macroeconómica y que, además, esta descarbonización, reducción en las demandas y bajo precio de la energía se puede y debe mantener en el tiempo y pasar a ser una regularidad del sistema en vez de una situación coyuntural como sucede en los países de nuestro entorno.
• La caída de la demanda eléctrica, ha visibilizado la virtuosidad de las renovables, que, al aumentar su peso hasta el 70,3%, (1) han contribuido a la bajada de precios; (2) han confirmado la gestionabilidad de la red en condiciones extremas; y (3) han hecho posible una reducción substancial de las emisiones de GEI.
Estas son "otras conclusiones" que destaca el Observatorio
• La demanda de gas natural en el sistema eléctrico en marzo cayó un 8,3% y en abril un 23% reduciendo los precios hasta el mínimo histórico de 7,6 €/MWh, un 56,6% menos que en abril 2019.
• Los mercados, en general no consiguen trasladar los precios bajísimos en origen: en electricidad los 20 €/MWh del mercado diario de generación llegan al consumidor a 180 €/MWh; al igual que en los productos petrolíferos, cuyas caídas del 55,8% apenas llegan al consumidor final. "Si se lograran trasladar estas depreciaciones en la actual coyuntura se proporcionaría una liquidez esencial a los hogares e industrias", apuntan desde el Observatorio, que demanda para ello una vigilancia especial de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, "además de los ajustes necesarios en la regulación".
• El sistema energético, y más en concreto el eléctrico en España, está sobredimensionado en comparación con redes similares de países de la Unión Europea (UE): tanto, para estas situaciones de confinamiento con un factor de 6,6; como en situaciones normales con factores de 3,6; y en máximas demandas con el 2,7. (Por ejemplo el Reino Unido tiene un factor de 1,6). Es decir, aporta seguridad de suministro, pero con cargas fijas que son muy altas y que se trasladan a los precios de suministro.
• La dependencia energética, el gran reto global en energía de nuestro país, presenta una resistencia estructural a superar la barrera del 70%. Sin embargo, en 2020 se va a traspasar esa barrera por la fuerte caída energética y aflorar con mayor peso los recursos ndógenos. Alcanzar el objetivo del 59% a 2030 va a requerir un esfuerzo de inversión extraordinario en eficiencia y en renovables.
• La demanda de productos petrolíferos cayó en marzo el 25,9% y el OS estima que para abril el descenso será del 70%; arrastrando una caída de precios y unas mejoras ambientales insólitas tanto en emisiones de gases de efecto invernadero como en emisiones que afectan a la acidificación y calidad del aire en las ciudades.
• La electrificación de la economía, estimada en 2019 en el 21,5%, base del Plan Nacional Integrado (PNI 2021-2030) de Energía y Clima, que a 2030 propone alcanzar el 27,0%, deberá llevar a cabo un profundo cambio para doblegar la tendencia a la baja de los dos tres últimos años; señalando una desindustrialización profunda.
• Las caídas tan extraordinarias de precios de la electricidad en los mercados, aunque beneficiosas para la economía a corto, pueden representar un freno a las inversiones en equipos para la descarbonización de la economía, del PNI 2021-2030 de Energía y Clima.
• Las estimaciones sobre energía-economía que el OS ha realizado, señalan caídas del consumo de energía final para 2020, respecto a 2019, según los tres escenarios analizados graves, severo y profundo de: -4,8%; -7,6% y-10,3%. Estas caídas en energía, se traducirán en un desplome del PIB del -7,6%, -12,2% y del -17,0%; con periodos de recuperación de 12, 14 y 16 meses.
• La necesaria acción integral y coordinada para superar la crisis y mantener objetivos energéticos a medio plazo tiene soluciones muy estrechas, aún así el OS anota: potencia por deuda, para los escenarios de inversiones en equipos; regulación transitoria de amortiguación de precios en las cadenas de suministro, al objeto de inyectar liquidez; constatando que los mercados en condiciones extremas y de estrés son inestables y la competencia irrelevante.
A la luz de esos hallazgos, estas son las "Recomendaciones" que hace el Observatorio
• Ajustes en la regulación de los mercados de electricidad y gas para bajar precios y trasladar márgenes de mejora a los consumidores.
• Revisión de la planificación incluyendo análisis coste-beneficio a la vista de la experiencia de la Covid-19.
• Robustecer la planificación e innovación de las renovables, tanto eléctricas como térmicas para impulsar las inversiones en equipos.
• Potenciación de algunas renovables, como la hidráulica de bombeo y la termosolar, que pueden solucionar la no gestionabilidad de algunas otras tecnologías renovables, que no pueden almacenarse.
• Importancia del autoconsumo como estrategia de electrificación de la industria y la movilidad.
• Análisis de la gestión de la demanda para analizar posibilidades de aumento de la eficiencia.