El anteproyecto, informa Europa Press, permite de esta forma canalizar hacia la tarifa eléctrica la recaudación de nuevos impuestos y, al mismo tiempo, ofrece una vía de financiación adicional a un sistema eléctrico cuya sostenibilidad económica se ve amenazada por el déficit de tarifa.
Los nuevos impuestos eléctricos entrarán en vigor el 1 de enero de 2013, con lo que no podrán utilizarse para contener el déficit de tarifa de 2012, y se destinarán a financiar costes del sistema "vinculados a fines de fomento de las energías renovables y de ahorro y eficiencia energética".
Así, según la misma fuente, el esfuerzo fiscal permitirá consolidar el modelo de primas a las renovables y avanzar en la "internalización de los costes medioambientales derivados de la producción de la energía eléctrica".
Los impuestos serán recaudados por los organismos tributarios convencionales y posteriormente plasmados en una partida de los PGE, que será tenida en cuenta a la hora de fijar los peajes de acceso, que son la parte de la tarifa eléctrica en la que se recogen los costes regulados del sistema.
El anteproyecto de ley incluye en total tres nuevos impuestos, que son el del 6% a la producción de electricidad, el de la producción de combustible nuclear gastado y residuos radioactivos, y el correspondiente al almacenamiento de combustible nuclear gastado y residuos radioactivos en instalaciones centralizadas.
Además, se crea un canon por uso de las aguas continentales para la producción de energía eléctrica, del que queda excluida la minihidráulica, y se modifican los tipos impositivos establecidos para el gas natural y el carbón, al tiempo que se suprimen exenciones en actividad como la cogeneración.