Estas y otras recomendaciones están recogidas en el estudio The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions de la AIE, presentado ayer en un webinar organizado por Enerclub y que ha contado con la participación de Tae-Yoon Kim, Analista Senior de la Agencia Internacional.
En su intervención, el experto señaló que los países que representan más del 70% del PIB mundial se han comprometido a alcanzar las cero emisiones netas en 2050, lo que implica la aceleración en el despliegue de energía limpia; y un sistema energético impulsado por estas tecnologías necesitará muchos más minerales: litio, níquel, cobalto, manganeso y grafito para baterías; elementos de tierras raras para turbinas eólicas y motores de vehículos eléctricos; cobre, silicio y plata para energía solar fotovoltaica; y cobre y aluminio para redes eléctricas.
El estudio de la AIE subraya que los minerales necesarios en este nuevo sistema energético impulsado por tecnologías renovables difiere profundamente del que estamos acostumbrados, que funciona con combustibles fósiles. Por ejemplo, un automóvil eléctrico requiere seis veces más recursos minerales que un automóvil convencional, y una planta eólica terrestre utiliza nueve veces más recursos minerales que una planta de energía de gas de tamaño similar.
De acuerdo con Tae-Yoon Kim, no hay escasez de estos recursos, pero el aumento reciente en el precio del cobalto, el cobre, el litio y el níquel indica que la oferta podría limitarse y ralentizar el ritmo de las ambiciones climáticas del mundo. En este punto, el experto hizo un llamamiento a los responsables políticos para que actúen reduciendo los riesgos de volatilidad de los precios y las interrupciones del suministro.
Demanda creciente
Los minerales representan una parte cada vez mayor del coste total de las baterías y otras tecnologías clave en esta transición, condicionando, por tanto, el precio de estas tecnologías. La demanda de estos minerales varía ampliamente según de cuál se trate, pero la AIE estima que el sector energético necesitará hasta seis veces más de estos elementos críticos para 2040, a medida que crece el compromiso global para alcanzar la neutralidad climática.
En el caso de los minerales utilizados para las baterías de los vehículos eléctricos y para el almacenamiento en la red, la demanda crecerá al menos treinta veces hasta 2040. La energía eólica, impulsada por la energía eólica marina, será la que más utilice estos materiales, seguida por la energía solar fotovoltaica, por el gran volumen de capacidad agregada. La expansión de las redes eléctricas también requerirá una gran cantidad de cobre y aluminio. Y determinados minerales, como el litio, aumentarán su demanda especialmente deprisa (por 42, según la AIE).
A ello se añade que la producción y el procesamiento de minerales como el litio, el cobalto y algunos elementos de tierras raras se concentran en un número reducido de países. Los tres principales productores, República Democrática del Congo, China y Australia, representan más del 75% del suministro. Las cadenas de suministro son complejas y no siempre transparentes, lo que aumenta el riesgo de sufrir interrupciones o restricciones comerciales en estos países productores.
Además, de acuerdo con el estudio del organismo internacional, aunque actualmente no hay escasez de estos recursos, sí se observa una disminución de su calidad, lo que genera numerosos desafíos sobre los costes de extracción y procesamiento, las emisiones y los volúmenes de residuos.
En este escenario, la AIE ofrece estas recomendaciones a los gobiernos para que aseguren el suministro estable de minerales críticos:
• Garantizar la inversión en fuentes de suministro diversificadas.
• Promover la innovación tecnológica en todos los puntos de la cadena de valor.
• Aumentar el reciclaje.
• Mejorar la resiliencia de la cadena de suministro y la transparencia del mercado.
• Incorporar estándares ambientales, sociales y de gobernanza más estrictos.
• Fortalecer la colaboración internacional entre productores y consumidores.
La jornada organizada por Enerclub también contó con la participación de Vicente Gutiérrez, presidente de la Confederación Nacional de Empresarios de la Minería y la Metalurgia (Confedem), quien explicó que una materia se considera crítica en función del precio y el abastecimiento. España cuenta, por este orden, con wolfranio, plata, cobre, litio, manganeso y níquel.