El centro de excelencia en investigación sobre las causas y consecuencias del cambio climático BC3, que conduce la doctora María José Sanz, acaba de publicar su primera infografía de seguimiento del cumplimiento de los objetivos Pniec 2030, un documento que la prestigiosa institución vasca ha adelantado que será publicado de manera anual a través de su Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA). La infografía hoy difundida por el BC3 hace referencia "a los objetivos establecidos en la versión [del Pniec] aprobada en marzo de 2021 (...) a la espera de que durante 2024 se apruebe una versión actualizada del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2030". La primera de las tablas que aparece en la infografía de OTEA recoge los objetivos fijados para los 6 principales indicadores (emisiones; porcentaje de renovables sobre uso final de energía; porcentaje de renovables en el sector eléctrico; consumo final de energía (cuánta energía está consumiendo ahora mismo España); electrificación (consumo eléctrico sobre el consumo final de energía); y dependencia energética (es decir, porcentaje de las importaciones netas sobre la energía bruta disponible).
La electrificación, muy mal
Pues bien, al "progreso" de cada uno de esos indicadores, el BC3 le pone una nota (adecuado; moderado; muy lento, etcétera), y las notas más preocupantes son las referidas al porcentaje (23,6) de aportación renovable sobre el uso final de energía, cuando el Objetivo 2030 está en el 42% (ello significa que el 76,4% de la energía que usa España es sucia: nuclear o fósil, o sea, importada); y, sobre todo, la relativa a la electrificación. La idea es aumentar el grado de electrificación de la economía, porque producir electricidad renovable es cada vez más barato y limpio y además lo podemos hacer de manera autóctona.
Hay sectores más difíciles de electrificar, como el transporte por carretera (hoy casi absolutamente dependiente de los combustibles fósiles) o la industria pesada (que necesita cantidades formidables de energía térmica que ahora mismo está obteniendo mediante la quema de gas y que ahora mismo son difíciles de sustituir por combustibles o energías renovables). Pues bien, según la infografía que acaba de publicar OTEA, en vez de ganar puntos en electrificación (que las calefacciones domésticas por ejemplo pasen del gas a la electricidad o el coche de motor de combustión sea sustituido por el vehículo eléctrico), estamos perdiendo porcentaje.
Hasta el punto de que España estaba más electrificada en 2015 que en 2023.
El BC3 destaca estos como "los principales mensajes de la infografía"
• El cierre de las centrales de carbón y la fuerte caída de 2023 ha permitido que las emisiones de gases de efecto invernadero permanezcan en la trayectoria para alcanzar el objetivo establecido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
• El auge de la solar fotovoltaica en los últimos años ha hecho que las renovables representen más del 50% del mix eléctrico, muy cerca del camino marcado.
• Sin embargo, la lenta penetración de las renovables en otros sectores hace que su peso en el consumo final de energía sea insuficiente.
• El consumo de energía final se ha reducido alrededor del 6% desde 2019 y sigue la trayectoria para cumplir el objetivo.
• La dependencia energética, aunque más volátil y expuesta a factores geopolíticos, está muy cerca de la senda marcada en el PNIEC.
• La electrificación de la economía no progresa y representa uno de los principales desafíos para los próximos años.
Otros mensajes de interés:
• La buena marcha de las emisiones de GEI se debe principalmente a la caída de las emisiones en los sectores regulados por el Régimen de comercio de derechos de emisión de la UE.
• El buen desempeño de la solar fotovoltaica contrasta con la energía eólica, cuya potencia instalada está yendo más lento de lo esperado.
• No se observan avances suficientes para la descarbonización del transporte, en parte por su escasa electrificación.
• Las emisiones del sector industrial caen en línea con el objetivo. Sin embargo, el mal comportamiento de la intensidad de emisiones en el sector hace pensar que podría deberse al menor peso económico de la industria con respecto a lo esperado.
• La caída en el consumo final de energía en los sectores residencial y terciario hace que las emisiones sigan la senda establecida.
Tabla para el seguimiento de los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima