La crisis del coronavirus comienza en Wuhan, una enorme ciudad de la provincia-estado de Hubei, a principios-mediados de diciembre de 2019. El día 31 de ese mes, el Gobierno de China informa a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre un brote de neumonía de origen desconocido. La OMS declara el 30 de enero la emergencia sanitaria internacional. Al día siguiente, el Gobierno de España confirma el primer caso de coronavirus en nuestro país (un turista alemán en la isla canaria de La Gomera). El 25 de febrero la Generalitat de Cataluña anuncia el primer caso de Covid-19 en la península ibérica (una ciudadana italiana residente en Barcelona que acababa de regresar de Milán). La Organización Mundial de la Salud cataloga el 11 de marzo como pandemia al coronavirus Covid-19. Dos días después, 13 de marzo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncia que va a decretar el estado de alarma. El Boletín Oficial del Estado recoge el real decreto (RD) correspondiente el día 14. Exactamente dos semanas después, el 28 de marzo, el Ejecutivo publica un segundo real decreto (RD 476/2020, de 27 de marzo, por el que se prorroga el estado de alarma hasta las cero horas del día 12 de abril). Horas después de publicado ese RD, el Gobierno publica en el BOE otra norma, en este caso con rango de Real Decreto-ley, que restringe a unas pocas actividades esenciales las permitidas durante el estado de alarma.
Ahora mismo nos encontramos en ese marco. Las primeras restricciones comenzaron el 14 de marzo; las más exigentes (las que han afectado a la industria, gran demandante de energía), el 29. Red Eléctrica de España, que es el operador del sistema eléctrico nacional- acaba de publicar sus dos últimos balances: balance mensual 1 de marzo-31 de marzo y balance trimestral 1 de enero-31 de marzo. Estos son sus datos principales: la demanda nacional de marzo se estima en 20.924 gigavatios hora (GWh), un 4,6% inferior a la registrada en el mismo mes del año anterior. REE matiza: “si se tienen en cuenta los efectos del calendario y las temperaturas [no todos los años son las mismas, y de ellas también depende la demanda], la cifra disminuye un 6,3% con respecto a marzo de 2019”. Más allá del episodio mensual va el balance trimestral. Y ahí la caída de la demanda es mucho menor: en el primer trimestre de 2020 -informa REE-, la demanda se estima en 65.695 GWh, un 3,1% menos que en 2019. “En este caso -vuelve a matizar el operador-, una vez corregida la influencia del calendario y las temperaturas, la demanda es un 2,7% inferior a la registrada en el mismo periodo del año anterior”.
Fuentes limpias de energía
En el mes de marzo, y según datos estimados por REE, la generación procedente de fuentes de energía renovable representó el 50% de la producción, seis puntos más que los registrados para todo el trimestre: “de enero a marzo -concreta Red Eléctrica-, la generación renovable alcanza el 44,7% del balance eléctrico total”. Los combustibles fósiles han sido la segunda fuente de generación de kilovatios hora: 29,5%. En último lugar, las centrales nucleares, de las que ha salido el 23,9% de la electricidad que hemos generado aquí (el 1,9% restante se lo apuntan los residuos no renovables y la turbinación-bombeo).
La demanda de energía eléctrica desciende en Baleares y en Canarias en marzo
En las islas Baleares, la demanda de energía eléctrica en marzo se estima en 405.010 megavatios hora (MWh), un 7,3% inferior a la registrada en el mismo mes del año anterior. Si se tienen en cuenta los efectos del calendario y las temperaturas, la cifra disminuye un 7,6% con respecto a marzo del 2019. En los primeros tres meses del 2020, la demanda balear se estima en 1.264.823 MWh, un 4,9% menos que en 2019.
El ciclo combinado (gas natural), con un 77,1% del total, fue la primera fuente de generación eléctrica de Baleares, en donde las tecnologías renovables y que no emiten CO2 representaron un 6,7%. El carbón, por tercer mes consecutivo, no produjo ni un solo megavatio hora en el sistema balear.
Por su parte, en el archipiélago canario la demanda de electricidad se estima en 672.832 MWh, un 8,9% inferior a la registrada en marzo de 2019. Si se tienen en cuenta los efectos del calendario y las temperaturas, la cifra disminuye un 9,4% con respecto al mismo mes del año anterior. En lo que va de 2020, la demanda en Canarias se estima en 2.134.193 MWh y desciende un 1,8% respecto al mismo periodo del año anterior.
En el mes de marzo y según datos estimados, el ciclo combinado fue la tecnología líder en el mix de generación canario, con una aportación del 45,3%. Las renovables y tecnologías sin emisiones representaron el 16,4% de la generación canaria.
En resumen, en Baleares ha caído la demanda de electricidad casi cinco puntos en el primer trimestre de 2020 (con respecto al período equivalente de 2019); mientras en Canarias ha descendido apenas un 1,8% con respecto al mismo período del año anterior. Los combustibles fósiles son la principal fuente de electricidad en ambos archipiélagos. Destaca el gas natural en Baleares (más del 77%). En Canarias la situación es peor, pues al 45,3% de aportación del ciclo combinado (centrales térmicas que queman gas para producir electricidad) hay que sumar la así mismo elevadísima producción de electricidad en centrales que queman combustibles más contaminantes aún, como el diésel, gasóleo y fuelóleo.