Christine Lagarde (presidenta del BCE) afirmó: “Si se excluye a las mujeres, se está dejando de lado la mitad del talento disponible. Y ningún país ni economía pueden permitirse ese lujo”. Estoy muy de acuerdo con esta afirmación y añado que no estamos para lujos…
Un sector con una brecha de género persistente
A pesar del avance en muchas industrias hacia una mayor igualdad de género, el sector energético sigue estando dominado por hombres. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), solo uno de cada cinco puestos en este sector está ocupado por mujeres. En el caso de las energías renovables, la situación mejora levemente, con una participación femenina del 32%. Sin embargo, en posiciones de liderazgo y en los sectores de crecimiento, como el del hidrogeno y la eólica marina, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas.
En España, la brecha es evidente. Un estudio de la Fundación Naturgy indica que, en 2022, las mujeres representaban solo el 18,2% del empleo en la transición energética, mientras que en la economía general la cifra ascendía al 47%. Además, el 44% de las mujeres en el sector ocupan puestos administrativos, frente al 13,8% de los hombres. Por otro lado, los hombres dominan los roles técnicos y de alta cualificación, con un 62,3% de ocupación frente al 24,2% de las mujeres. Es decir, incrementamos la presencia de mujeres en las empresas, pero los empleos de alta cualificación siguen estando ocupados por hombres, mientras las mujeres desempeñan puestos administrativos.
La diversidad impulsa la innovación y el rendimiento
Múltiples estudios han demostrado que la diversidad de género no solo es una cuestión de justicia social, sino también de eficiencia empresarial. Un informe del McKinsey Global Institute señala que las empresas con mayor diversidad de género en sus equipos directivos tienen un 21% más de probabilidades de superar su rendimiento financiero. Además, las organizaciones con una fuerte presencia femenina en la toma de decisiones son más innovadoras y resilientes frente a cambios del mercado.
En el caso del sector energético, esta diversidad es particularmente relevante. La transición hacia un modelo basado en renovables requiere enfoques multidisciplinarios, creatividad y la capacidad de adaptarse a nuevas tecnologías y modelos de negocio. En este contexto, contar con equipos diversos es fundamental para abordar los retos que implica la descarbonización de la economía.
Barreras y desafíos a superar
A pesar de los beneficios evidentes de la inclusión femenina, las barreras estructurales persisten. Una de las principales dificultades radica en la baja presencia de mujeres en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), que son la base del conocimiento en el sector energético. En España, solo el 16% de los profesionales STEM son mujeres, y en titulaciones específicamente relacionadas con la energía, como ingeniería mecánica o eléctrica, la cifra es aún menor, situándose por debajo del 15%.
Otro desafío es la falta de referentes femeninos en el sector. La escasa visibilidad de mujeres en posiciones de liderazgo hace que muchas jóvenes no vean la energía como un camino profesional. Además, las dificultades para la conciliación y la rigidez de algunos entornos laborales siguen siendo obstáculos para el avance profesional de muchas mujeres.
Estrategias para impulsar la igualdad en el sector
Para revertir esta situación, es necesario un enfoque integral que combine políticas públicas, iniciativas empresariales y cambios culturales. Algunas acciones que facilitarían una mayor participación de la mujer en el sector energético podrían ser:
• Promoción de carreras STEM: Fomentar el interés de niñas y jóvenes en carreras relacionadas con la energía desde edades tempranas, con programas educativos y mentorización.
• Equidad en la contratación y promoción: Implementar políticas de igualdad salarial y garantía de oportunidades de ascenso para mujeres en el sector.
• Redes de apoyo y mentoring: Crear comunidades profesionales que impulsen el desarrollo de mujeres en la energía.
• Flexibilización laboral: Adaptar modelos de trabajo que faciliten la conciliación, promoviendo el teletrabajo y horarios flexibles.
• Visibilización de referentes femeninos: Destacar a mujeres que están liderando el cambio en el sector energético para inspirar a nuevas generaciones.
Un futuro energético inclusivo y sostenible
No se trata solo de aumentar la participación femenina por una cuestión de igualdad, sino de aprovechar el talento, la creatividad y la capacidad de liderazgo que las mujeres aportan al sector y apostar por mejores resultados empresariales y entornos laborales innovadores.
El sector de la energía del siglo XXI necesita un sector diverso, con oportunidades reales para todas las personas y con una cultura laboral que refleje los valores de sostenibilidad e inclusión que defendemos en la transición energética. Es hora de acelerar el cambio, de derribar las barreras y de construir un modelo energético que sea sostenible no solo en lo ambiental, sino también en lo social y en lo económico. La transición energética necesita más mujeres profesionales y, si queremos acelerar la equidad, hay que animar a las empresas a ser proactivos. Ganamos todos.