La falta de interlocución entre la Administración y el sector renovable, dentro del proceso de tramitación de la reforma energética, ha sido denunciada por todas las asociaciones de renovables. Ahora, en la fase final del proceso, cuando Boston y Roland Berger, las dos consultoras encargadas de elaborar los parámetros retributivos de las distintas tecnologías verdes, están a punto de terminar su trabajo, se abre ligeramente la puerta para el sector. Los citados parámetros son los pilares de los ingresos que se obtendrán por la producción eléctrica limpia a partir de enero. Se publicarán en una Orden Ministerial –fácil de recurrir en los tribunales– y, para instalaciones tipo, establecerán conceptos como la retribución a la inversión por unidad de potencia, la retribución a la operación, la vida útil regulatoria o el número de horas equivalentes mínimo, y variarán en función de la tecnología, la potencia, la antigüedad de la instalación o cualquier otra segmentación que el Gobierno juzgue conveniente.
La obsesión del ministerio
La efectividad de este tardío proceso de interlocución con la Administración es, no obstante, dudosa. En otras ocasiones, el Ministerio de Industria ha utilizado al IDAE como pantalla, ofreciéndolo al sector renovable para mantener contactos y tenerlo ocupado, pero después ha actuado por libre, sin atender lo que se había tratado en esas reuniones. Los comentarios de el presidente de la patronal de las renovables, José Miguel Villarig,apuntan en esa dirección: “impotencia” y “engaño” son algunas de las expresiones que ha empleado para definir el sentir del sector: “estamos con un asombro que se nos cae encima”. Villarig ha denunciado que el Gobierno ha hecho suyo el discurso de las eléctricas sobre el déficit de tarifa, que culpa a las renovables, y que la presión de Bruselas –ha dado de plazo hasta finales de año para atajarlo– le obligan a actuar. El problema es que lo está haciendo sin tener en cuenta cuál es el origen del déficit: “nos han dicho que no les interesa, sólo les interesa el resultado”, lo cual “es un error”.
Lo que las renovables le han ahorrado al consumidor
A juicio del presidente de la Asociación de Productores de Energías Renovables, el Gobierno debería reconocer los efectos positivos de las renovables, que sólo entre 2005 y 2011 han abaratado el precio de la electricidad en 28.500 millones de euros –es decir, 7.600 millones más que las primas recibidas–, tendría que sacar del sistema todas las partidas ajenas al suministro y actuar con visión de Estado, valorando la gran dependencia energética del país. También Jaume Margarit, director general de la asociación, se ha mostrado muy duro con la reforma energética durante la Jornada, a la que ha calificado de “improcedente, inadecuada, insostenible e ineficiente”.
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