Las ventas de vehículos eléctricos (EV) están aumentando en todo el mundo –IRENA cree que más de mil millones de estos vehículos pueden estar en nuestras carreteras en 2050–, con las ventajas que esto entraña para el clima. Sin embargo, la Agencia Internacional de Energías Renovables advierte que los combustibles fósiles siguen siendo fundamentales para muchas actuaciones industriales o en el transporte (aviación, refino…) donde la electrificación no es adecuada. El hidrógeno a partir de energías renovables puede ser el eslabón perdido en la transformación del sistema energético global.
Lanzado por la agencia esta semana, el informe Hidrógeno a partir de energía renovable describe el papel potencialmente fundamental que puede desempeñar el hidrógeno para lograr esa transición energética más profunda y convertirse en un portador de energía limpia complementando el papel que ya desempeñan en este terreno las energías solar y eólica. Todo ello, destaca la agencia, gracias a que:
• El hidrógeno a partir de renovables puede propiciar una mayor participación de la energía eólica y solar en los sectores eléctricos de todo el mundo. El exceso de potencia variable producida por proyectos eólicos intermitentes y solares puede enfocarse a la producción de hidrógeno y utilizarse en el transporte, la industria o la inyección de la red de gas. Utilizado de esta manera, el hidrógeno se convierte en una fuente de almacenamiento para la electricidad renovable, mantiene el sistema de energía flexible y ayuda a equilibrar la red.
• El hidrógeno ofrece la posibilidad de aprovechar recursos de energía renovable de alta calidad. A menudo, los mejores recursos solares y eólicos se encuentran lejos de los usuarios finales en las ciudades y los principales centros urbanos. El hidrógeno, una vez producido, puede ser transportado por tierra (como el gas natural licuado) como un producto global no restringido por las conexiones a la red.
• El hidrógeno puede aprovechar la infraestructura de energía existente. Hasta cierto punto, se puede inyectar en las redes de gas natural y reducir las emisiones de la infraestructura de gas existente.
• Alimentados por hidrógeno renovable, los vehículos eléctricos de célula de combustible (FCEV) ofrecen a los consumidores una conducción de baja emisión. Los vehículos con células de combustible pueden complementar a los vehículos eléctricos, superando las limitaciones de peso, alcance y carga asociadas con los primeros.
• El hidrógeno puede convertirse en un factor clave para un futuro del 100% de energías renovables. Para llegar allí, sin embargo, hace falta reducir los costes y esto solo es posible a través de economías de escala. Con políticas adecuadas y marcos regulatorios establecidos, se estimulará más inversión privada permitiendo que las tecnologías maduren, lo que se traduce en reducciones de costes.