El Gobierno no prevé más centrales nucleares y los ecologistas no quieren más térmicas

Antes de que finalice el primer semestre de este año estará listo el informe que elabora el Ministerio de Economía para planificar las inversiones en el sector energético que afiancen el nuevo escenario de liberalización y, sobre todo, eviten problemas como los aparecidos en los últimos meses con los apagones en varias ciudades.

La base, que ya se conoce, no es otra que el Informe Marco sobre la Demanda de Energía Eléctrica y Gas Natural, y su Cobertura, realizado por la Comisión Nacional de la Energía (CNE). En él se cuantifica en 4.054 millones de las inversiones que las empresas deberán destinar a remodelar las infraestructuras eléctrica y gasista.

Las centrales de gas en ciclo combinando parecen la apuesta clara para aumentar la potencia instalada y asumir el desbocado aumento de la demanda de electricidad. El Gobierno cree que la demanda eléctrica se irá suavizando de forma progresiva hasta establecerse en el listón del 3% anual, la mitad que en los últimos años, pero en consonancia con las previsiones de otros países de la Unión Europea.

La liberalización del mercado energético, dicen en Economía, va a exigir que la planificación esté consensuada entre todas las compañías, el Gobierno y las comunidades autónomas que, a juzgar por las amenazadas de sanciones planteadas en Cataluña y Extremadura, parecen dispuestas a exigir un servicio de calidad.

Greenpeace no quiere más centrales térmicas
En un momento en el que puede desatarse la fiebre de la instalación de más potencia, Greenpeace ha pedido al ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, que no autorice la construcción de más centrales térmicas, principal fuente de emisión de CO2, en coherencia con la ratificación del Protocolo de Kioto anunciada por el Gobierno. En estos momentos se está elaborando la evaluación de impacto ambiental de la ampliación de la central térmica Litoral de Almería, que incrementaría su potencia en 700–800 MW hasta alcanzar los 1.859–1.959 MW. Sería con diferencia la mayor de España y podría llegar a emitir más de 14 millones de toneladas al año.

"La urgente ratificación del Protocolo de Kioto exige la elaboración de un plan para reducir las emisiones, que será inviable mientras se sigan aprobando nuevas centrales térmicas", asegura José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace España.

Según la organización ecologistas, "el Ministerio de Medio Ambiente ya ha aprobado la declaración de impacto ambiental de 22 nuevas centrales térmicas, y no ha rechazado ninguna. Las compañías eléctricas, de gas y petroleras han anunciado la construcción de una avalancha de 49 nuevas centrales térmicas, que supondrían entre 31.000 y 36.000 MW de nueva potencia, y sumarían unas emisiones de entre 108 y 126 millones de toneladas de CO2 al año. Casi todas esas centrales emplearían gas natural como combustible; la de Carboneras sería de carbón".

Más información:
www.greenpeace.es

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