Greenpeace denuncia en un comunicado que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha remitido el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 a la Comisión Europea, dando así por cumplida (cuando no lo está) la obligación exigida a los Estados miembros de aprobar un Plan Nacional Integrado (con la estrategia de reducción de emisiones hasta 2030) y una Estrategia a Largo Plazo (hasta 2050). Esa obligación está establecida en el Reglamento UE 2018/1999, sobre la Gobernanza de la Unión de la Energía y de la Acción por el Clima, que señala que ese Plan debía haber sido enviado a la Comisión el pasado 31 de diciembre de 2019, o sea, que en realidad ya estábamos fuera de plazo, por lo que son varias las voces del sector que no acaban de entender el por qué ahora de las prisas, en mitad de la crisis del coronavirus.
Greenpeace España, Ecologistas en Acción y Oxfam, presentaron el pasado 25 de enero un requerimiento al Gobierno en el que exigían que, además de aprobar el Plan Nacional Integrado (PNI) de Energía y Clima 2021-2030, debía elevar el grado de ambición en la reducción de emisiones, de un 23% a un 55%, de acuerdo con el compromiso adquirido en la adopción del Acuerdo de París, que se marca el objetivo de no superar los 1,5 ºC de calentamiento global. También pedían al Gobierno que incrementara sustancialmente el grado de participación pública en la elaboración del PNI de Energía y Clima, tal y como exige la normativa europea.
José Luis García Ortega, responsable del Programa de Cambio Climático de Greenpeace España: “es decepcionante: el Gobierno llega tres meses tarde en el cumplimiento de esta obligación europea, para acordar deprisa y corriendo, modificando las reglas del juego en mitad del procedimiento, un Plan completamente insuficiente para alcanzar los compromisos del Acuerdo de París de no superar el 1,5º C de calentamiento global. Sabemos que los objetivos que marca este Plan constituyen un esfuerzo importante de reducción de emisiones, pero debemos tener en cuenta que España ha estado décadas aumentando sus emisiones por encima de los límites internacionales y europeos acordados, mientras la mayoría de países de la UE las reducían, por lo que ahora no queda más remedio que hacer el esfuerzo que no se hizo en su momento, de elevar la ambición al nivel que la comunidad científica indica”
Greenpeace recuerda que “el estado de alarma en que nos encontramos tras la aprobación del RD 463/2020, de 14 de marzo, suspendió todos los plazos administrativos desde el pasado 15 de marzo” y lamenta que el Gobierno haya aprobado el Plan “en estas condiciones”.
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