Las ayudas -informa el Gobierno- irán destinadas "a cubrir costes excepcionales derivados de la clausura de instalaciones y la restauración del espacio natural a causa del cierre de minas de carbón, por un importe máximo de veinticinco millones de euros" (25 M€). El Gobierno considera costes excepcionales "las obras adicionales de seguridad en el interior de la mina, los daños provocados por la actividad minera, la rehabilitación de las antiguas zonas de extracción de carbón y los costes de nueva puesta en cultivo de la superficie".
Podrán beneficiarse de estas ayudas las empresas que figuran en el Plan de Cierre del Reino de España para la minería del carbón no competitiva que hayan cerrado o estén cerrando unidades de producción. El Ejecutivo exige haber obtenido "la autorización por parte de la autoridad minera competente del proyecto de abandono definitivo de las labores mineras y el proyecto definitivo de cierre y clausura de las instalaciones de residuos mineros".
Se da la circunstancia de que precisamente la semana pasada Iberdrola anunció a través de un comunicado un plan de cierre para todas sus centrales de carbón del mundo. La compañía ya ha solicitado la autorización de cierre de dos centrales térmicas asturianas: Lada y Velilla, 874 MW en total. La compañía explicaba en ese comunicado que se ha comprometido a recolocar al 100% de la plantilla -90 empleados en Lada y 80 en Velilla- "tanto en las labores de desmantelamiento de ambas plantas -que se extenderán durante cuatro años desde la fecha de aprobación de cierre por parte del Ministerio de Energía y supondrán una inversión cercana a los 35 millones de euros- como en otras instalaciones de la empresa". En su comunicado, la compañía aseguraba así mismo que las zonas ocupadas por Lada y Velilla serán objeto de una restauración paisajística. Abajo, los últimos números de Iberdrola, que ha obtenido, en los nueve primeros meses de este año, un beneficio neto de 2.417 millones de euros, un 18,4% más que en el mismo periodo del anterior ejercicio.