Para la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, la Unión Europea “continúa ejerciendo el liderazgo en materia de lucha contra el cambio climático”. De ahí que, entre los objetivos post-Kioto, la Comisión proponga una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a escala europea del 20% con respecto a 1990 –que podría elevarse al 30% en caso de alcanzar un acuerdo internacional–, para 2020, y el compromiso de que, en ese mismo año, el 20% de la energía consumida provenga de fuentes renovables. Asimismo, la CE propone que el transporte consuma, al menos, un 10% de biocombustibles, siempre que su producción sea sostenible y que los biocombustibles de segunda generación estén disponibles en el mercado.
Para analizar en detalle el paquete de la CE, en España se reunirá el Grupo Interministerial de Cambio Climático y se convocará a los representantes de las CCAA y al propio Consejo Nacional del Clima, ya que el Gobierno debe dar a Bruselas una respuesta precisa sobre el Plan propuesto.
Oportunidad para España
La Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) valora positivamente el paquete de medidas. “El de ayer es el primer día del que esperamos sea un espléndido futuro de las energías renovables en Europa y especialmente en España, que parte en una excelente posición para liderar el ambicioso proyecto emprendido por la Comisión”, ha manifestado José María González Vélez, presidente de APPA, para quien “los objetivos de la Comisión pueden suponer una gran oportunidad de negocio para las empresas españolas del sector de energías renovables”.
APPA aplaude también el mantenimiento de los actuales sistemas de apoyo a las renovables. “Desde APPA felicitamos al gobierno español, que conjuntamente con el alemán, el esloveno y el letón, ha liderado el apoyo a los sistemas de primas instaurados en la mayoría de los países europeos, que se han mostrado como esenciales y los más eficaces en el desarrollo de las energías limpias en Europa”.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) “se felicita por el nuevo escenario de crecimiento”. La propuesta de la CE es considerada como muy positiva por el sector eólico español “ya que recoge sus principales aspiraciones como lo es el hecho de salvaguardar los sistemas de apoyo de cada país, que en el caso de España es el del apoyo al precio que, como en otros países –Alemania, por ejemplo–, se ha revelado como el más eficaz y eficiente”.
El sector eólico destaca “la seguridad que representan los objetivos vinculantes en la nueva propuesta y aplaude la oportunidad para la industria eólica española de desarrollar esta tecnología dentro de una senda definida, vinculante y estable en todo el entorno de la UE”. Además AEE entiende que "se da una señal clara de incentivo a la industria para mantener e incrementar la confianza de los inversores sin incurrir en riesgos regulatorios", como había solicitado.
Otro punto importante para las empresas del sector es que las transferencias de garantía de origen previstas entre estados sólo podrán realizarse desde aquellos que hayan cubierto sus objetivos nacionales.
Buen punto de partida
“Un buen punto de partida para el despliegue de la electricidad solar fotovoltaica”. Así ha calificado la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica (EPIA) la propuesta de la CE. Pero también piensa que se necesitan algunas “aclaraciones y mejoras”, entre las que cabe destacar “la introducción de objetivos intermedios antes de 2020, la salvaguarda del sistema de primas o apoyo al precio, la garantía de acceso a la red eléctrica de las fuentes renovables, o la obligación de instalar renovables en todos los edificios nuevos o rehabilitados”.
El sindicato Comisiones Obreras piensa que “España puede y debe superar el objetivo del 20% de energías renovables en 2020, lo que supondrá un estímulo para un empleo de calidad y fortalecer la independencia energética de Europa”. CCOO está a punto de hacer público un estudio sobre renovables y empleo que demuestra hasta donde llega el tirón laboral del sector: las renovables han creado en nuestro país 89.000 empleos directos. Muy por encima de cualquier otro sector energético.
Las medidas aprobadas por la CE “suponen un paso adelante en la lucha contra el cambio climático”. La reforma del sistema de comercio de emisiones de los sectores industriales –tal y como había demandado la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y Comisiones Obreras– mejora sustancialmente a partir de 2013. Entre otras cosas porque se armoniza la asignación de los derechos de emisión para todos los países de la Unión Europea y ya no dependerá de cada Gobierno, lo que provocaba que algunas empresas se viesen beneficiadas y otras perjudicadas sin motivo suficiente.
Objetivos más ambiciosos
Para WWF/Adena, el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero debería haber sido más ambicioso y llegar hasta un 30%, de acuerdo con la decisión tomada en el Consejo Europeo de Marzo del 2007 y con la meta de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2º C. “El objetivo del 20% implica que se esperan medidas nulas o débiles por parte de otros países industrializados. Es un objetivo que ni siquiera está en consonancia con el acuerdo de Bali, según el cual los países desarrollados deberían reducir sus emisiones entre un 25 y un 40% para el 2020. Por lo tanto, WWF/Adena pide al Parlamento Europeo y al Consejo que mejoren considerablemente estas propuestas legislativas.
En cuanto a los objetivos de renovables, la organización ecologista tampoco entiende que “siendo España uno de los países líderes en energías renovables, se le asigna un objetivo de producción de sólo el 20%, menos ambiciosos que el asignado a 11 países de la UE, entre ellos Francia o Portugal”, tal y como explica la responsable de Cambio Climático, Mar Asunción. WWF/Adena pide al Gobierno español que desarrolle una estrategia nacional que sea más ambiciosa respecto a los objetivo mínimos propuestos por la UE, que resultan claramente insuficientes para demostrar el pretendido liderazgo de nuestro país en la lucha contra el cambio climático.
Greenpeace califica de “buen comienzo, pero vacilante e insuficiente”, el paquete de medidas sobre energía y clima. Para los ecologistas “los objetivos asignados a España equivalen a un premio por haber aumentado las emisiones más que los demás países. El objetivo de reducir las emisiones un 10% (respecto a 2005 en los sectores no industriales) equivale a permitir que el total de las emisiones nacionales en 2020 aumenten más del 30% respecto a 1990, es decir, España podría aún aumentar sus emisiones el doble de lo permitido por el Protocolo de Kioto”.
En cuanto a las renovables, Greenpeace apoya el compromiso político para aumentar su uso, aunque considera que España debería asumir un objetivo de renovables de al menos el 30%, y no sólo del 20% que le ha correspondido, que es el mismo objetivo global europeo . “El cumplimiento del objetivo europeo del 20% de renovables será un paso crucial para conseguir un futuro energético seguro y limpio, y dejar atrás tecnologías obsoletas como la nuclear y el carbón. Además es una oportunidad para España para liderar un desarrollo sostenible”, explica José Luis García Ortega, responsable de la campaña de energía.
Sin embargo, creen que el objetivo de aumentar el uso de biocombustibles en el sector transporte a un 10% plantea serias preocupaciones sobre su impacto social y ambiental, ya que los estándares de la Comisión no pueden garantizar adecuadamente la sostenibilidad. “El objetivo de la UE para biocombustibles es un error. La biomasa es más eficiente cuando se utiliza en electricidad y calefacción que como combustible para automóviles de alto consumo de energía”, piensa Frauke Thies, responsable de energías renovables de Greenpeace para la UE.
Más información:
http://ec.europa.eu/environment/climat/climate action.htm
www.appa.es
www.aeeolica.org
www.epia.org
www.ccoo.es
www.wwf.es
www.greenpeace.es