"Este paquete de medidas de la Comisión es un espectáculo de fuegos artificiales sobre un vertedero. Puede parecer impresionante, pero si te acercas empieza a oler", ha declarado el director de Greenpeace en la UE, Jorgo Riss. "Para cambiar las cosas de verdad, la UE y los gobiernos europeos tienen que acabar con el lavado de cara verde y poner fin al apoyo a los combustibles fósiles, el transporte contaminante, la agricultura industrial y la deforestación", afirma.
También Ecologistas en Acción valora negativamente el paquete. En palabras de Javier Andaluz, responsable de clima y energía de la ONG, “la UE vuelve a fallar en dar una respuesta adecuada a la emergencia climática. Los debates previos al lanzamiento de este paquete legislativo han mostrado nuevamente cómo los intereses fósiles siguen teniendo un peso muy importante en estas negociaciones y vuelven a presionar con la introducción de medidas que solo acelerarán el incremento de la temperatura global”.
Ecologistas en Acción señala, en concreto, la insuficiencia de este marco normativo y lo inadecuados que son algunos de los mecanismos utilizados para enfrentar la emergencia climática. En particular los mercados de carbono, que permiten que sean los agentes económicos y no las autoridades públicas las que regulen la descarbonización de la economía. Esto, afirman, "no solo crea problemas adicionales en la transición energética, sino que impacta directamente sobre cientos de familias a quienes las empresas repercuten el incremento de los costes. A pesar de que la normativa establecerá mecanismos de compensación a las personas más vulnerables, son insuficientes".
Elementos a rectificar
En opinión de esta ONG, uno de los primeros errores –como los califica– a rectificar es la inclusión de los proyectos de captura y uso de carbono y de "bajas emisiones de carbono" que deja abiertas las puertas al gas fósil.
Del mismo modo, dice que los objetivos energéticos y climáticos para 2030 deben alinearse con el Acuerdo de París. Para lo cual hay que ir mucho más allá del –55 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, estableciéndose un objetivo de reducción de emisiones de al menos el 65% para 2030, lo que supondría lograr al menos reducciones del –70% en los sectores cubiertos por el Sistema de Comercio de Derechos de Emisión (ETS) de la UE y al menos el –50% en los sectores del Reglamento de Reparto de Esfuerzos (ESR).
Además, las próximas revisiones deben garantizan que se cancelen por completo los derechos de emisión excedentes y se eliminen las trampas en la contabilidad del carbono. Ecologistas en Acción pide, igualmente, mejorar los sistemas de gobernanza, los procesos transparentes de supervisión y presentación de informes coherentes con los objetivos de París y la participación pública. Y mantener el transporte por carretera, los edificios y las emisiones agrícolas en el Reglamento sobre el reparto del esfuerzo y no depender del régimen de comercio de emisiones (ETS).
"Si bien los precios del carbono son esenciales para garantizar el principio de que quien contamina paga, es insuficiente para abordar las barreras, para desplegar las soluciones limpias en los sectores del transporte por carretera y la construcción", dicen desde la ONG, que reclama "un fuerte liderazgo por parte de los Estados miembros" y, al español, en concreto "aumentar la ambición en la política climática española".
Pero no solo las organizaciones ecologistas lo critican. Como el paquete Fit for 55 obliga a revisar todas las directivas en materia de clima y energía de la UE, se prevé difíciles meses de negociación entre los 27 países miembros de la UE y el Parlamento Europeo hasta que finalmente sea aprobado.