El encuentro, celebrado en la Zona Franca de Barcelona, ha planteado desde diversos ángulos los posibles escenarios para el futuro a corto y medio plazo de la industria catalana, entre otras cuestiones. En este debate, tanto instituciones públicas como expertos académicos y el mundo empresarial han coincidido en su postura de "defender la permanencia y consolidación del tejido industrial como pilar de la economía catalana, e incluso su crecimiento" en la medida de lo posible, según explicó el
director del Foro Industria y Energía 2023, Albert Concepción.
A su vez, el responsable del encuentro ha recordado que el “industrialismo necesario” debe ir “parejo al cumplimiento estricto de los objetivos de descarbonización marcados por la Unión Europea y los estados miembros”, porque “si bien no se puede renegar de los beneficios económicos y sociales de la industria, tampoco se puede dar marcha atrás la lucha contra el cambio climático”. Por ello, “toda estrategia de potenciación del tejido industrial ha de venir de la mano de un suministro energético suficiente, estable y basado en energías renovables, tales como la eólica o la solar", entre otras.
Las necesidades de la industria energética
En este sentido, la empresa Forestalia, en su participación en la mesa redonda sobre “Agenda energética y territorio”, hizo público un detallado estudio sobre los proyectos en curso de la compañía que aportarán energía a Cataluña desde parques eólicos y solares ubicados en Aragón. Dichos proyectos, que gozan ya de la Declaración de Impacto Ambiental correspondiente aprobada, suman una potencia instalada de 4.000 MW y, por ejemplo, podrían resolver el 40 % de las necesidades energéticas de la industria en Cataluña para 2030.
En el transcurso del evento,
Carlos Ontañón, director de Transición y Medio Ambiente del grupo empresarial aragonés dedicado a las energías renovables, Forestalia, explicó que el
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha emitido declaraciones de impacto ambiental favorables para diversos parques eólicos y fotovoltaicos proyectados en las provincias de Huesca y Zaragoza, y que suman en torno a 1,7 gigavatios. Las instalaciones ya cuentan con puntos de conexión autorizados por
Red Eléctrica en los municipios catalanes de Pierola y Rubi. "Estos nuevos proyectos contribuirán de manera muy significativa a alcanzar los objetivos de generación de renovables previstos en la planificación y la normativa vigente", señaló Ontañón.
Estas declaraciones ambientales favorables, junto con el resto de la tramitación administrativa, permitirán activar “una inversión de unos 4.000 millones de euros para construir los parques, con su correspondiente generación tributaria y creación de puestos de trabajo”, lo que contribuirá a la "vertebración territorial", dado que "estas infraestructuras permiten unir territorios con recursos sostenibles y renovables de viento y sol, como Aragón, con otras zonas de alto consumo, como Cataluña”.
Además, en los procesos de evaluación ambiental, Forestalia ha eliminado algunas instalaciones y reubicado otras, con el objetivo de minimizar afecciones a la biodiversidad. En este sentido, "se han propuesto medidas complementarias para el fomento y protección de las aves esteparias", como el sisón, la avutarda o el alcaraván. Estas actuaciones de vigilancia ambiental incrementarán el número de sistemas de detección de avifauna y permitirán detener de forma automática los aerogeneradores.
¿De dónde viene la energía que usa la industria?
La sesión vespertina acogió la presentación del informe “¿De dónde viene la energía que usa la industria?”, a cargo del director de la consultora Opina 360, Juan Francisco Caro, y del catedrático del IQS de la Universitat Ramón Llul, Pere Palacín. Dicho documento señala que el consumo de energía final por parte de la industria española se ha mantenido estable en la última década, en torno a 20 millones de toneladas equivalentes de petróleo, lo cual supone una cuarta parte de la energía final consumida en el país.
En palabras de Caro, este peso de la industria implica que “buena parte del éxito de la transición energética nacional recaerá en la transformación del consumo industrial“. Muestra de ello es que la industria española alcanzó en 2021 un 25,1% de consumo de energía de origen renovable, incluyendo tanto las fuentes de uso directo, fundamentalmente biomasa, como la energía eléctrica generada por renovables. Se trata del porcentaje más alto entre las principales economías industriales de Europa, por encima de la media europea, que está en el 22,3 %.
Reconocimiento del ministro de Industria
La intervención de clausura del FIE2030 corrió a cargo del ministro de Industria, Comercio y Turismo en funciones, Héctor Gómez Hernández, que felicitó a la organización y participantes del foro por considerar que se trata de un espacio “de debate y de análisis” cuyas aportaciones y conclusiones pueden provocar “enormes oportunidades para nuestro país”.
En su exposición, el ministro de Industria subrayó que “en este momento, la comunidad internacional afronta un desafío sin precedentes en el ámbito de la transición”, el cual a su vez es “una extraordinaria oportunidad para Europa y para España”, país que ya es “el más competitivo en materia de energías renovables”. “Un ejemplo práctico es el vehículo eléctrico; hay grandes marcas que se posicionan para desarrollar sus proyectos de fábricas de batería en España, precisamente porque somos extremadamente competitivos en el precio de las energías renovables, lo cual es un claro ejemplo de que se está desarrollando una labor extraordinaria”, señaló el ministro Gómez.