La madrugada del 16 de diciembre de 2012, la central nuclear de Santa María de Garoña (Iberdrola, 50%, Endesa 50%) dejaba de producir electricidad. La central, que había comenzado su operación comercial el dos de marzo de 1971, cerraba así tras más de cuarenta años en funcionamiento. El 16 de diciembre de 2012, el suministro eléctrico no percibió incidencia alguna, según el operador del sistema eléctrico nacional, a pesar incluso de que la unidad I de Almaraz también estaba parada por procesos de recarga y la unidad I de Ascó había sufrido asimismo una parada el día anterior durante su proceso de arranque tras otra maniobra de recarga. Desde entonces, Garoña está parada. Y ayer, el Consejo de Seguridad Nuclear anunciaba el cambio de titularidad (de Nuclenor a Enresa) y la "primera fase del desmantelamiento".
Las actividades que son objeto de estas autorizaciones son el traslado del combustible gastado de la piscina al Almacén Temporal Individualizado de combustible gastado (ATI) en contenedores metálicos de doble propósito (almacenamiento y transporte) así como el desmantelamiento de equipos y componentes del Edificio de Turbina, para su acondicionamiento como Edificio Auxiliar para la siguiente fase del Desmantelamiento (EAD).
Asimismo, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) podrá remitir directamente al titular (Enresa es una entidad pública) instrucciones técnicas complementarias para garantizar el mantenimiento de las condiciones y requisitos de seguridad de la instalación y para el mejor cumplimiento de los requisitos establecidos en la autorización, de acuerdo con el apartado cuatro del artículo 6 del Reglamento sobre instalaciones nucleares y radiactivas.
Una vez que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico emita, en su caso, las autorizaciones para proceder a la primera fase del desmantelamiento y el cambio de titularidad a Enresa de la central, el Consejo de Seguridad Nuclear emitirá instrucciones técnicas reglamentarias para precisar y detallar los requisitos que desarrollen esas autorizaciones en lo referente a la seguridad nuclear y la protección radiológica de la instalación.
Antecedentes
La central nuclear Santa María de Garoña está situada en la mancomunidad de municipios de Valle de Tobalina, en el margen izquierdo del rio Ebro. Esta instalación se encuentra en situación de "cese definitivo" una vez que el 3 agosto de 2017 se publicó en el Boletín Oficial del Estado la orden del entonces Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, por la que se denegó la solicitud de renovación de la autorización de explotación (Orden ETU/754/2017).
La instalación contaba con un sistema nuclear de producción de vapor formado por un reactor de agua ligera en ebullición, del tipo BWR-3, y recinto de contención del tipo Mark-1, suministrado por la empresa norteamericana General Electric Company.
Previamente, en 2013 (mediante la Orden IET/1302/2013) se declaró el "cese de la explotación" de esta instalación, que no ha vuelto a estar en operación desde el 16 de diciembre de 2012, cuando el titular efectuó una parada programada y la descarga de los elementos combustibles del núcleo del reactor a la piscina de almacenamiento de combustible gastado. Desde entonces, el titular ha vuelto a analizar los sistemas necesarios para mantener las funciones de seguridad requeridas en la situación de cese definitivo.
En verano de 2018, el Ministerio para la Transición Ecológica emitió la Resolución correspondiente a la autorización de la modificación de diseño para la puesta en servicio del Almacén Temporal Individualizado de combustible gastado (ATI) previo informe favorable del CSN.