Con el cierre de ocho centrales térmicas de carbón, la capacidad instalada de esta tecnología en el sistema eléctrico peninsular español ha caído a menos de la mitad, ya que los 5,5 GW que se van a cerrar representan el 60% de la capacidad de generación de electricidad con carbón y nada menos que el 16% de la capacidad térmica total de gas y carbón.
Desde que se empezó a producir electricidad, el carbón ha sido uno de los principales combustibles utilizados. En España, esta tecnología ha pasado de ser la reina durante la década de los 90, cuando producía incluso más electricidad que la nuclear, a ser una tecnología muy marginal desde principios de 2019. La entrada de los ciclos combinados de gas, mucho menos contaminantes, y de las renovables, sobre todo la eólica, a partir de los primeros años del siglo XXI han ido restando cuota al carbón en el mix de generación eléctrica.
Fuente: Elaborado por AleaSoft con datos de REE.
Los precios de los derechos de emisión de CO2, que en 2019 alcanzaron valores cercanos a los 30€ por tonelada, han supuesto un aumento de costes y una pérdida de competitividad de las centrales de carbón frente a los ciclos combinados de gas, mucho menos contaminantes. La fiscalidad de la producción de energía también afecta al carbón. El Impuesto Especial sobre Hidrocarburos, más conocido como céntimo verde, graba a las centrales de carbón por el carbón que queman, mientras que los ciclos combinados de gas están exentos de ello desde finales de 2018.
El carbón y la transición energética
“El principal hándicap con que se han encontrado los propietarios de las centrales de carbón ha sido las inversiones necesarias para hacerlas menos contaminantes y adecuarlas a los estándares exigidos por la Unión Europea”, explican desde Aleasoft. Unas inversiones que hubieran hecho que la explotación de estas centrales “no hubiera sido rentable”. Aun con la pérdida de protagonismo en el mix de la última década, la producción de electricidad con carbón suponía entre el 60% y el 70% del total de emisiones del sistema eléctrico.
El cierre de las plantas de carbón dejará algunas regiones de la península sin una de sus instalaciones industriales con mayor impacto en su actividad económica. No por ser una noticia anunciada con mucha antelación, deja de causar un impacto profundo en el tejido económico y laboral de sus entornos. Según AleaSoft, “esta es una de las situaciones que se darán inevitablemente durante la transición energética, pero que se debe aprovechar para impulsar en esas regiones el potencial para las energías renovables que existe en la península ibérica”.