Ipsos ha pedido a los encuestados que elijan, de entre una lista de propuestas, sus tres principales preocupaciones medioambientales. Pues bien, el cambio climático ha sido seleccionado en el 55,8% de las ocasiones (1.821 personas); la contaminación de mares y ríos, en el 51,9% (1.632 personas); y la contaminación ambiental, en el 51,7% de los casos (1.620). Ello demuestra -explican desde Greenpeace- que "la gravedad de los impactos del cambio climático ha calado ya en la sociedad". Según la organización ecologista, "estos datos se unen a que el 70% de las personas encuestadas se confiesan convencidas de que se deben al cambio climático impactos como la sequía o los grandes incendios forestales en España".
Causas del cambio climático
A la vista de los resultados de la encuesta, Greenpeace destaca que la mayoría de las personas encuestadas identifica que entre las tres principales causas del cambio climático están las emisiones industriales (73,5%), la deforestación (65,1%) y la quema de combustibles fósiles (64,6%). Las emisiones del transporte alcanza el cuarto puesto (42,5%). Si centramos la pregunta en el ámbito de las fuentes de energía que generan el cambio climático, la quema de petróleo es asociada en el 81,7% de los casos; la de carbón, en el 71,5%; y la de gas natural, en el 55,3, "lo que revela que la ciudadanía es consciente de que la quema de combustibles fósiles es perjudicial para la salud y el medio ambiente".
Responsables de actuación
El 35,1% considera que la comunidad internacional es el principal responsable para actuar frente al cambio climático (el 28,4% considera que el principal responsable es el Gobierno central). Preguntados sobre "¿en quién se confía más para atajar el cambio climático transformando el modelo energético?", solo 11 de cada 100 encuestados se decantaba por el Gobierno; un 9,4% por las empresas, y un 21% por la Comisión Europea.
La ciudadanía en todo caso -apuntan desde Greenpeace- espera de los Gobiernos y de los compromisos internacionales que faciliten el camino de la lucha contra el cambio climático, que ha de librarse fundamentalmente en el ámbito de la energía, que es considera "sector prioritario para la actuación".
Según la responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace, Tatiana Nuño, "actualmente se están negociando tanto a nivel europeo como a nivel nacional las políticas energéticas que marcarán los próximos años". En ese sentido -ha dicho Nuño-, el Gobierno de España "debe marcar el camino para acelerar la transición energética hacia un modelo basado al completo en renovables, poniendo una fecha para el abandono de los combustibles fósiles y la energía nuclear y permitiendo a la ciudadanía participar en la producción y la gestión de esa energía".
La organización ecologista pone el acento en la responsabilidad de los Gobiernos para actuar de forma urgente frente al cambio climático, destacando también la importancia de la actuación ciudadana para combatirlo.
Compromiso social y mayor concienciación entre las mujeres
En este sentido -explican desde Greenpeace-, los resultados de la encuesta revelan que la ciudadanía es bastante crítica consigo misma y en torno al 70% está dispuesta a adoptar medidas que contribuyan a mejorar el cambio climático, y prácticamente el 90% de las personas encuestadas se manifiestan abiertas a reducir su consumo de energía en alguna medida.
En este caso, destacan especialmente las mujeres, que están más comprometidas a la hora de tomar medidas para frenar el cambio climático. Así, por ejemplo, ya usan más el transporte público en sus desplazamientos (9,3% frente a 6,9% de hombre), o apuestan por medidas de eficiencia energética como el uso de bombillas de bajo consumo (21,4% frente a 15,4%) o utilizar el aire acondicionado lo menos posible (18,4% frente a 11,9%).
Según Nuño, “es necesario que las políticas climáticas y energéticas también incluyan las cuestiones de género, así como el aumento de las mujeres en los puestos de toma de decisiones y en las negociaciones políticas como camino imprescindible para fomentar sociedades más sostenibles donde primen valores de salud y bienestar para frenar el cambio climático. Necesitamos una transición energética y unas políticas justas y transformadoras que tenga en cuenta a toda la población”.