La evolución del modelo energético hacia un sistema descarbonizado y basado en renovables traerá consigo una profunda transformación del modelo económico, del que ya se esbozan algunas tendencias: un impulso de la eficiencia, tanto energética como de procesos, y un mayor protagonismo de las TIC y los centros de datos. Así se recoge en el último Informe de conclusiones de Foro Sella: Industria, datos y energía, publicado este martes, que analiza los retos y los efectos de la transición ecológica sobre la economía, las tareas pendientes para lograr la plena descarbonización y las necesidades de la industria para afrontar el proceso.
En este sentido, señala que el acceso a la energía es un vector clave que va a generar cambios en cuestiones como dónde se ubican las empresas, cómo se diseñan o cómo se trabaja en ellas, y, en este proceso, la innovación y la tecnología y, dentro de esta, los centros de datos, tendrán un peso fundamental. El documento explica también que la transformación del sistema energético traerá consigo una apuesta cada vez mayor por la eficiencia, puesto que la sostenibilidad del sistema impone una reducción de la demanda global, lo cual pasa por la optimización de los procesos productivos y del consumo energético.
Para acometer el proceso de transición ecológica, el informe defiende la necesidad de un incremento en el consumo de energías renovables, para lo cual identifica una serie de retos pendientes: un marco normativo propicio y la transformación del sistema de generación eléctrica centralizado en un modelo distribuido, lo que hace necesario un refuerzo de las redes. El informe apunta que este cambio de modelo requiere transformar la actual red radial en una red mallada y destaca que un modelo integrado de energía verde y competitivo para todos los sectores requiere una ampliación de las redes eléctricas.
En este nuevo modelo energético distribuido, el informe advierte que no todos los territorios van a ser iguales, por lo que es muy probable que la industria se desplace hacia aquellos que son generadores de energía por una cuestión de eficiencia. En este escenario, el informe identifica Aragón como una localización clave para la transición energética, ya que, por su riqueza en sol y viento, puede ofrecer continuidad en el suministro de energías renovables; y con capacidad excelente de interconexión, que le permite establecerse como puente energético con Euskadi, Catalunya o la Comunidad Valenciana.