El proyecto prevé la construcción de una central de producción de electricidad de 1.200 MW de potencia eléctrica, y ha sido encargado por la Comunidad de Madrid a la empresa norteamericana Entergy, que prevé tenerla lista para el año 2005. La inversión rondará los 80.000 millones de pesetas.
Pero las críticas contra su construcción crecen como la espuma, animadas posiblemente por las consecuencias de otras protestas que impidieron a la empresa Enron llevar a cabo un proyecto similar en Cataluña. Está previsto que el próximo 23 de septiembre se celebre una manifestación para protestar por "la agresión medioambiental que está sufriendo Madrid", en palabras de la vicepresidenta de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, María Prado de la Mata.
El portavoz del PP en el municipio, Mariano Franco, tampoco comparte la posición de su partido en la comunidad autónoma y ha criticado su actuación por aprobar "una central que incrementará la contaminación en la zona, castigada ya por la presencia de otras empresas contaminantes, como la cementera Portland". También los sindicatos han mostrado su preocupación por el abandono de las energías renovables y la "pésima política energética basada en energías contaminantes y fósiles", según Guillermo Díaz, de CC.OO.
Emisiones tóxicas de las térmicas de gas
Uno de los asuntos que más preocupa a los ciudadanos afectados es el de las emisiones de las centrales térmicas de gas. El responsable del proyecto de Entergy, Bill Barnes, ha descartado que tenga efectos nocivos para la salud. Pero Ecologistas en Acción ha denunciado repetidamente que esos efectos existen y que el Gobierno español oculta información sobre las emisiones tóxicas de estas térmicas.
La organización ecologistas se basa en un informe publicado el año pasado por la Agencia de Medio Ambiente de los Estados Unidos. Extrapolando los datos manejados en este informe, si las 40 centrales de gas en ciclo combinado que en mayo de 2001 habían solicitado autorización al Ministerio de Economía, entraran en funcionamiento, se produciría un aumento muy sustancial en España de las emisiones de contaminantes de metano (8%), monóxido de carbono (9%) y óxidos de nitrógeno (21%), sobre las emisiones totales de 1996. El metano es uno de los principales gases de efecto invernadero. El monóxido de carbono produce asfixia en concentraciones elevadas. El dióxido de nitrógeno está relacionado con enfermedades respiratorias crónicas (asma, bronquitis) y es responsable de la formación en verano de otro contaminante como el ozono troposférico. Además de estos contaminantes, las centrales térmicas de gas emitirían, según Ecologistas en Acción, una cantidad muy importante de sustancias químicas tóxicas como el acetaldehido, el tolueno, los xilenos o el etil benceno, y cancerígenas como el benceno y el formaldehido, contaminante este último del que se emitirían a la atmósfera cerca de 15.000 toneladas anuales. El incremento de la contaminación sería especialmente importante en provincias como Cádiz, Murcia, Tarragona, Valencia o Vizcaya, que ya cuentan con problemas serios de calidad del aire.
Ecologistas en Acción ha pedido al ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, los datos que obraran en poder de su Ministerio sobre las emisiones de sustancias tóxicas para cotejarlos con los aportados por las autoridades ambientales norteamericanas. La petición, reiterada varias veces en los últimos meses, no ha tenido respuesta por lo que se plantean "si se pretende ocultar una vez más información relevante para las poblaciones afectadas por actividades contaminantes o, simplemente, nuestras autoridades ambientales desconocen el impacto real de las centrales de gas en ciclo combinado, lo que no ha sido obstáculo para aprobar algunos proyectos, dando por buenos los datos facilitados por los promotores".
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